Capítulo V: Fuera de control.

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POV Camila:

Dos semanas. Dos semanas pasaron desde mi primer cita con Lauren. Ella se hizo extremadamente cercana a las chicas y a mí. Íbamos en ocasiones a las gradas de la escuela a verla jugar baseball, era increíble con el bate y al correr el uniforme se ceñía increíblemente a su cuerpo.
Me encantaba cuando usaba su gorra y su cabello estaba atado en una coleta.
No habíamos vuelto a salir desde esa vez, pero sin duda la confianza crecía constantemente en mí, le estaba dando una oportunidad de conocerme.

Flashback: Recuerdos de Camila.

-¿Por qué eres tan tonta, Cabello?

-¿Ahora yo soy la tonta?

-Así es. Jamás conocí a alguien que se quedara atorada en la puerta de un baño escolar -ella intentaba sacar el pedazo de tela que seguía sin ceder.

-Yo no tengo la culpa -me frustré.

-Ah no, seguro yo la tengo.

-Entiendo el sarcasmo -alargué la palabra.

-No espero que lo entiendas.

Luego de varios intentos por fin salió, aunque... se había roto un poco. Qué fuerza bruta tenía ésta chica.

-Bueno, ve nada más -me observó- Trataré de conseguirte algo más... apropiado.

-Déjalo así -dije.

-Como quieras -respondió.

-No me ruegues -contrataquee.

-Yo no ruego, Cabello.

-Como sea.

Salimos de los baños, ya casi no quedaba nadie en la escuela y era hora de irnos a casa, Lauren había tomado la rutina de llevarme todos los días hasta la mía, cosa que por supuesto no iba a negar ¿quién puede negarle algo?

-¿En qué piensas? -pregunté.

-En nada -respondió.

-Dime -le dije.

-Enserio, sólo olvídalo ¿si?

-DIME, JAUREGUI -grité.

-Ok. Ok. Es sólo que... bueno, he tenido en mi cabeza el día que tuvimos nuestra primer cita oficial.

-¿Y? ¿No fue buena para ti? -hablé.

-No, no es eso -se apresuró a decir- Lo que sucede es que no me gusta que tengas miedo.

-Oh -fue todo lo que pude decir. 

Después de unos minutos en silencio ella habló.

-Déjame conocerte, ángel -dijo.

-Creí que ya lo hacías.

-No, me refiero a que me dejes conocerte de verdad. Quiero ver tu alma y saber por qué estás tan rota -no dije nada y lo tomó como señal para continuar- Me encantaría conocer cada pequeña parte de ti, desde tu pasado hasta tu presente, incluyendo tus manías y todo eso que pasa por tu cabeza.

-¿Qué de bueno hay en conocerlas? Siento que soy una persona poco agradable de conocer.

-¿Qué te dije sobre menospreciarte? -me miró por un segundo.

A Sacred OathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora