Capítulo IX

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—3...

Ya estaban en sus lugares listos para lanzar.

—2...

No podían desprender su mirada del otro.

—1...

_____ no dejaba de presentir que algo nada bueno le ocurriría, y más si se sentía nerviosa ante su presencia.

—¡Let it... rip!

Y finalmente lanzaron sus Beys a la arena.

Twister Wyvern y Kinetic Satomb impactaron y siguieron rotando. Ambos Beys mantenían distancia entre sí en medio de su rotación. Los dueños de ellos estaban mirando fijamente la forma cada movimiento. Mientras que Silas Karlisle tenía una idea de cómo vencerla, _____ de la Hoya estaba de los nervios.

El peliverde se incorporó bien a la vez en que llevaba una de sus manos a su cadera con una sonrisa de lado, haciendo que la chica se le quedará viendo extrañada.

—¿Sabes? No tienes oportunidad contra mi, no eres un verdadero reto— a ese comentario, la rubia frunció su ceño —Y eso que eres la hermana del mejor blader del mundo.

—Y yo te enseñaré de lo que soy capaz— apretó sus puños. A tal acto su Bey golpeó a Satomb provocando que este saliera de la arena.

Miró al dueño de ese Beyblade y observó que tenía una sonrisa todavía. La estaba desesperando. Lo tomó y se preparó para lanzar con su mano hábil, mientras que la chica como de costumbre.

Hicieron la cuenta regresiva y lanzaron. El comentario del peliverde rondaba por la cabeza de la chica, poniéndola nerviosa. Sabía que no estaba en su mejor estado para jugar, pero debía ganar así pedirle que la dejase en paz.

Wyvern y Satomb daban vueltas, uno en el centro y otro alrededor de ese. Pero tan rápido como empezaron, volvieron a resonar las palabras del muchacho en la cabeza de la rubia. Lamentablemente era fácil de controlar. Al perder el control, también lo hizo con su Beyblade, dandole la libertad de atacar a Silas.

—¡Ahora Satomb! ¡Derribalo!— exclamó y un aura lo rodeó a él y a su Bey, para luego terminar atravesando el de la chica. Claramente, dejándolo como vencedor.

Era la primera vez en que _____ de la Hoya era vencida por alguien que no fuera su hermano. Tenía sus ojos abiertos de par en par y su boca ligeramente abierta por la sorpresa. Movía sus dedos, como si se tratara de una especie de tic nervioso, mientras que estos descansaban colgando.

—¿Te divertiste aunque perdiste?— dijo sonriendo de lado el peliverde, triunfante, diciendo las mismas cosas que ella le había dicho en su primer enfrentamiento. Pero en el fondo no le gustó del todo como había reaccionado la chica —Porque yo sí lo hice...— se señaló con un dedo pulgar de una de sus manos.

La rubia no contestó, lo hizo porque no le había prestado atención no porque no quería admitirlo. Se agachó a tomar los pedazos de su Beyblade para armarlo con tranquilidad, pero con el ceño preocupado. ¿Qué le ocurría? Se preguntaba a si misma.

—Entonces harás lo que yo diga— dijo Silas mientras la veía con normalidad y se expresaba de la misma forma. Pero lo que había dicho había sonado como pregunta a lo que la chica se limitó a asentir con la cabeza un poco cabizbaja.

—Ya dije: cumplo mi palabra— levantó la cabeza para verlo con el rostro serio, a la vez en que guardaba a Twister Wyvern.

—Genial...— sonrió de lado para, a continuación, darse media vuelta y comenzar a alejarse de allí. Algo que extraño a la rubia.

—¿Qué haces?— preguntó incrédula.

Detuvo su andar para voltear su torso a verla —Aun no quiero que hagas nada que te pida, por los momentos ve imaginando que puedo llegar a pedirte— y se volteó rápidamente así seguir caminando con un leve sonrojo. No podía creer que tenía a la chica en la palma de sus manos.

Mientras tanto, _____ se quedaba allí con una mueca de confusión en el mismo lugar. Oyó un ruido de como un Beyblade se detenía y dirigió su mirada de donde provenía ese sonido. Y admiró que se trataba del mismísimo Beyblade que la había vencido hacia ya unos minutos.

Levantó la mirada con una sonrisa burlona en sus labios. Era despistado ese muchacho. Rió un poco bajo para luego tomarlo.

—No tienes al mejor de los bladers de corazón... Pero es un gran manipulador de mentes—le habló al objeto y negó recordando su derrota. Debía volverse fuerte de mente, era lo único que le faltaba para volverse como su hermano, eso le sería un poco complicado, pero lo lograría.

Apretó a Kinetic Satomb con la mano en que lo sostenía para luego guardarlo junto a su Bey. Elevó la mirada al cielo nocturno y pegó un salto para trepar una de las ramas de uno de los árboles que habían por allí. Y con la facilidad de un chimpancé, se translado hasta la salida del bosque por ese medio. Debía agotar sus energías de una u otra forma así luego caer tendida en su cama.

En cambio, Silas Karlisle, antes de salir del bosque, comenzó a tantear sus bolsillos con la intención de encontrarse con su Beyblade, pero este no se hayaba allí en donde debía estar. Pegó la vuelta rápidamente para volver a donde se había enfrentado contra _____ de la Hoya para buscarlo. Se sentía nervioso con el solo pensamiento de que se encontraría con la chica allí. Pero su sorpresa fue grande al no verla ni a ella ni a Satomb en la arena tumbado.

Suspiró rendido esperando de que ella lo tuviese en su poder así nada malo le sucedía. Tenía la confianza de que ella lo cuidaría.

ALGO NUEVO |Silas Karlisle y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora