La nota

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Las clases continuaron, ___ analizaba detenidamente las clases y a sus compañeros. Cuando llegó la hora del descanso ___ no salió de su aula, no sabia a donde ir ni tenía con decidió permanecer sentada en su lugar. Cerró los ojos y dio un suspiro.

-Hasta el momento no he tenido ningún problema, he entendido bien las clases que he tenido hasta ahora- pensó. No lo había notado pero algo en su profesor de ciencias le resultaba familiar.

-Oye- se escuchó.

___ ignoró a aquella voz, sabía que no era a ella a quien le hablaban.

-Te estoy hablando, abre los ojos-

___ abrió los ojos y vio a un joven de cabello oscuro estaba frente a ella.

-Vaya, si era a mi...- dijo ___.

-Toma, me pidieron que te entregara esto. Eres la chica de nombre extraño, ¿no? Tú eres ___- el joven extendió su brazo, sostenía una hoja de papel frente a ___. Ella tomó aquella hoja y la miró por un momento.

-Mi nombre no es extraño- pero cuando volteo a ver a aquel joven, él ya se encontraba en la entrada del aula. -Que extraño...-

Desdobló la hoja, sentía curiosidad por saber que decía. Al tenerla extendida leyó atentamente.

___, te esperó en el aula a un lado de la oficina del director. Quiero hablar contigo sobre algo.

Cuando ___ terminó de leer se mantuvo en silencio por un momento, notó que aquel mensaje no tenia firma, quizá solo sea alguna broma tonta, pero... ¿De quién?
Dobló de nuevo a hoja y la guardó en su mochila.

-¿De quién será? No conozco a nadie aquí...- Habló para si misma.

Las clases continuaron, ___ intentaba poner atención a ellas pero le intrigaba saber quién le envió aquella nota. Por momentos miraba a sus compañeros con discreción, y pensando en las probabilidades posibles de que era alguno de ellos.

-Quizá no sea de un chico... Podría ser de...- pensó y miro a su compañera Connie quien estaba sentada a una fila lejos de ella. La joven al sentir la mirada de ___ volteo y le sonrió. Al ver esa acción. ___ apartó la mirada. -No... No creo que sea ella... O eso espero.-

La campana sonó para indicar el fin de las clases, muchos se emocionaron, ___ suspiró y comenzó a guardar sus cosas.

-Vayan directo a sus casas, no se desvíen. Procuren llegar temprano mañana ¿De acuerdo?- Habló el profesor de literatura, era alto, cabello oscuro y desarreglado, usaba lentes y sus ojos eran negros como la noche.

___ caminaba por el pasillo, sacó la nota y la volvió a leer, por un momento pensó en preguntar a alguien como llegar a la oficina del director pero negó aquella idea. Caminó con tranquilidad a su casa mientras pensaba.

Mientras tanto, en el aula que se encontraba a un lado de la oficina del director, una persona permanecía sentada en el escritorio, esperando la llegada de ___, los minutos pasaban con lentitud, en ocaciones miraba su celular para saber la hora. Esperó allí durante una hora, miró la puerta del aula, sonrió.

-No vendrá...- Dijo. -Pero me las pagará-

Esa noche, ___ terminaba sus tareas, había olvidado por completo aquella nota la cual se encontraba doblada en la mochila. Al terminar su tarea se estiró y suspiró con alivio.

-¡Finalmente!- giró su silla y miró a su alrededor. -Bien... ¿Ahora qué hago?- caminó a la cocina para cenar algo, no había comido nada en todo el día. Cenó con calma, aún era temprano así que no tenia tanta prisa por acostarse a dormir. De pronto, recordó la nota que le fue entregada esa mañana. -Quizá debí echar un vistazo, así para asegurarme si era una broma o no...- bebió su vaso con leche. Lavó los trastes y se fue a su habitación. No consiguió dormir al instante por pensar en esa nota.

Mientras tanto en una enorme casa...

-Sans, debes preparar la clase que darás mañana. Y duerme temprano, no quiero que vuelvas a llegar tarde- Gaster se encontraba debajo del marco de la puerta de la habitación de su hijo Sans. -Aun no puedo creer tu excusa- Dicho eso Gaster cerró la puerta y se retiró.

-Yo aún no puedo creer que aun vivo en casa de mi padre... -Suspiró con pesadez y se acostó en su cama. -Y no es una excusa, es la verdad- dijo con molestia. -Welp, prepararé mis clases de mañana, no quiero que el señor adulto responsable se enoje más conmigo.-

Se puso de pie, no quería, en el fondo una voz le decía "No lo hagas, ya se te ocurrirá algo mañana" pero muy... Muy en el fondo otra voz decía "Vamos Sans, debes dejar de ser un flojo, debes preparar esas clases". Sans comenzaba a pensar en hacerle caso a su voz interior y no hacer nada y dormir.

Al día siguiente la alarma sonó como de costumbre, ___ se levantó llena de energía y comenzó a prepararse para asistir a clases.
Por otro lado, Gaster quien ya se encontraba listo, entró a la habitación de Sans, no se sorprendió al ver a su hijo dormido sobre su escritorio, una duda le surgió ¿Cuánto tiempo habrá permanecido despierto desde que lo dejó sólo?. Lo despertó y le ordenó que se preparara para su trabajo.

___ quien ya iba de camino a la universidad se sentía muy bien, relajada y sin preocupación alguna, y mucho mejor porque iba a tiempo, esta vez no chocaría con ningún desconocido.
Al llegar al plantel, caminó a su aula, sonriente se sentó en su lugar, nadie había llegado pero eso no le importó. Conforme pasaban los minutos, sus compañeros iban llegando. El aula ya se encontraba llena, algunos se preguntaban que clase les tocaría primero, aún no se había establecido el horario.

La campana sonó para indicar el inicio de la primer clase, solo había un pequeño problema, el profesor aun no llegaba.

-No de nuevo- dijo Connie al mirar la hora en su reloj. ___ la miro, se sorprendió al notar que se encontraba un poco más cerca de ella.

La puerta se abrió y Sans entró, todos lo miraron.

-Buenos días a todos, disculpen mi tardanza, cierto director me entretuvo de camino hacia aquí...- Dijo Sans mientras caminaba al escritorio.
Gaster conducía hacia la universidad y como quería evitar que Sans llegara tarde de nuevo, lo trajo con él, en el camino Sans era regañado por su padre por la vestimenta que había elegido y por su mala alimentación. -Como si vestir de traje ayudara a que estos soquetes prendan mejor y más rápido.- susurró. -Bien en la clase de hoy formaran equipos de tres, se que es muy pronto pero esto es para su proyecto final...- Sans miro a sus alumnos. -¿Qué esperan? Formen sus equipos y haganlo en silencio, no queremos que el directo venga.

La mayoría se puso de pie y se reunían, ___ estaba desconcertada, no imaginaba que tendría que hacer equipo tan pronto. No le hablaba a nadie y no sabia la forma de trabajar que cada uno tenia.

-¡Tiempo! En una hoja de papel escribirán el nombre de los integrantes, y me la entregaran.- Sans caminaba de un lado a otro con lentitud mientras explicaba. Iba a continuar su explicación pero una joven levantó la mano. -¿Si? ¿Pasa algo?- preguntó.
___ tomó un poco de aire para hablar.

-Yo... Yo no tengo equipo- dijo con firmeza.

Sans tomo su tablilla en la cual tenia la lista de alumnos, mientras buscaba el nombre de aquella joven, caminaba hacia ella.

-Veamos... Veamos... -Acomodó sus lentes, se colocó a un lado de ___. -Tu eres ___ ¿Cierto?- la joven asintió. De pronto Sans le dio un leve golpe con la tablilla en la cabeza a su alumna.  -¿Alguien más no tiene equipo?-

___ no supo como reaccionar ante aquel golpe ¿Lo hizo por no conseguir un equipo como los demás?. Dos jóvenes levantaron sus manos en respuesta a la pregunta de Sans.

-Welp... ___ harás equipo con Connie y... Alicia- Apartó la tablilla y le sonrió a ___ -Quizá así podré vengarme- habló en un bajo tono de voz pero lo suficientemente alto para que ___ lo escuchara.

-Es Alice, profesor- Dijo la joven poniéndose de pie.

-Reunance con ___- Dijo Sans con seriedad.

Al volver hasta la parte de enfrente del aula, ___ no apartaba la mirada de Sans este al sentirla volteo y le guiñó un ojo.

-¿Listos para saber de qué tratara su proyecto?- Dijo Sans con entusiasmo.

Mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora