Enfermería

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-¿Tarea? Es algo sencillo, solo es una- Pero Connie no terminó de hablar, un hombre alto con cabello blanco y micha energía entró al aula.

-¡Hola! Yo seré su profesor de deportes, mi nombre es Papyrus- Dijo aquel hombre haciendo una pose de héroe.

Todos lo miraban sorprendidos, quizá fue porque entró al aula lleno de energía o por lo alto que es, pero no podían apartar la vista de aquel hombre alto, delgado y de hermosos ojos color azul.

-Wowie... Parece que son de pocas palabras. -Caminó hasta el escritorio y miró a sus alumnos. -Sé que nadie les avisó que hoy tendríamos clase de deportes, pero no se preocupen, hoy esta clase será solo de presentación, no saldremos a ejercitarnos. Así que vamos a presentarnos.-

Los minutos pasaban, los alumnos se presentaban, algunos reían, otros permanecían en silencio e intimidados por la altura de Papyrus, todos excepto ___ quien tenia la mente en otro lado.
Los recuerdos del día anterior y el pequeño error que cometió esta mañana, no la dejaban tranquila. ¿Fue buena idea haber aceptado ese trato? ¿Valía realmente la pena? ¿Realmente importaba tanto no reprobar? Ella sabía que no, pero algo en el fondo... Muy en el fondo de ella estaba de acuerdo con la decisión que había tomado.

-Bien, ya que todos nos conocemos, podremos establecer el reglamento de esta clase- Papyrus habló. -Durante mi clase que es la clase de deportes, deberán usar el uniforme determinado por el director...- Papyrus decía las reglas y las explicaba.

Mientras tanto ___ revivía el recuerdo que vivió el día anterior, su rostro se estaba comenzando a tornar de un hermoso color carmesí.

-¿Se encuentra bien, señorita?- La voz de Papyrus se escucho frente a ___ quien dio un pequeño salto al escucharlo.

-Yo... emm... bueno...- los nervios habían invadido por completo a ___.

-Vaya por favor a la enfermería, no luce muy bien- Papyrus colocó su mano sobre la frente de ___ - Su rostro esta muy rojo, al parecer tiene fiebre.- 

-¿Qué? No, no, no, estoy bien, en serio jeje- ___ se puso de pie.

-No me gustaría que uno de mis alumnos se enfermara, hágame caso y vaya a la enfermería, por favor- Papyrus sonrió tiernamente. ___ no respondió y solo camino en dirección a la enfermería.

___ caminó por los pasillos buscando la enfermería... En aquel momento de nerviosismo olvidó preguntarle a su profesor en donde estaba la enfermería. Cansada de dar vueltas sin dirección alguna, ___ se recargó en la pared y dio un largo y pesado suspiro.

-Al menos pude distraer mi mente un poco- Habló para si misma. Cuando iba a volver a su camino, una puerta fue abierta con brusquedad provocando que la joven se asustara.

Aquella puerta era de la oficina del director, de esa puerta salió un hombre de cabello blanco quien se encontraba de muy mal humor y esto podía verse en su mirada, si sus ojos pudieran lanzar fuego el pasillo estaría en llamas, a ___ pareció que así era, de los ojos de aquel peliblanco parecía que salia fuego de color azul. Al reconocer a aquel hombre, ___ hizo lo posible por no ser vista por el. De pronto otro hombre salió de la oficina pero este vestía con un traje negro.

-¡Sans, vuelve aquí, aun no termino de hablar contigo!- Gritó Gaster pero Sans lo ignoró por completo. Al dar la vuelta para volver a su oficina, Gaster vio a una joven. -Amm... ¿Hola?-

--Ho-hola jeje- Contestó ___.

-¿Por qué no estas en clase?- Gaster se incorporó y caminó hacia ___. 

___ lo miró, el aura de aquel hombre se sentía más fría cuando estaba cerca, se sentía tan pequeña frente a Gaster.

-Yo... estoy buscando la enfermería, no me siento muy bien.- Mintió ___.

Gaster se detuvo frente a ella, su rostro estaba inexpresivo, sus ojos azules la miraban fijamente, ___ sentía que aquellos ojos podían ver a través de ella, incluso sentía que podían ver sus más oscuros y ocultos pecados. De pronto una sonrisa sincera se dibujó en aquel rostro.

-Ya estas cerca de la enfermería, de hecho,  esta a un lado de mi oficina.- Dijo Gaster sonriente. Dio un par de palmadas y una caricia a la cabeza de ___. -Mejorate- dicho eso se alejó de la joven, entró en su oficina y la cerró.

___ entró a la enfermería pero no había nadie, que raro que no haya nadie cuando ella entra a un lugar o quizá solo es la falta de personal en esa institución. Se sentó en una silla que se encontraba ahí, esperó por un momento y recordó que no se sentía mal realmente, sacudió su cabeza y salió de la enfermería. Mientras volvía a su aula pensaba en la escena del director y Sans, ¿Por qué Sans habrá salido tan furioso? Y ¿Por qué el director habrá acariciado su cabeza? Han pasado algunas cosas extrañas ese día.
Cuando ___ volvió al aula, Papyrus ya no se encontraba ahí.
Todos estaban en grupos platicando, al parecer la hora de deportes se volvió una hora libre. ___ caminó hasta su lugar.

-¿En dónde esta el profesor? solo me fui por un momento- ___ esperó a que Connie o Alice le contestaran.

-Tuvo que salir... emmm... corriendo. Un extraño de sudadera azul estaba atacando el auto del director y Papyrus dijo que tenia que detenerlo- Habló Connie mientras mordía una rebanada de pizza.

-¿Extraño de sudadera azul?- Preguntó ___ sin comprender.

-Si, incluso vimos como le lanzaba una botella de ketchup al auto. Fue muy gracioso jajaja- Alice retocaba su maquillaje.

-Fue de lo único interesante que te perdiste cuando saliste a la enfermería. Por cierto, ¿Ya estas mejor?- Connie le sonrió.

-Si, ya estoy mejor- ___ le devolvió la sonrisa.

-Eso explica porque estabas muy distraída y porque llegaste tarde, ¿Por qué no dijiste que te sentías mal? Pudiste irte temprano y pedir los apuntes de hoy. No es bueno que descuides tu salud solo por venir a clases, ___- Alice apartó el espejo de su rostro y miró a ___ -Somos tus amigas y puedes confiar en nosotras.-

-Si, ella tiene razón.- Connie terminó con su rebanada de pizza y tomo por los hombros a ___. -Puedes pedirnos cualquier cosa, no importa que sea, incluso puedes contarnos tus problemas e inconformidades, te escucharemos y aconsejaremos y si es necesario pelearemos por ti.-


Volvió la paz y tranquilidad al aula, Alice no apartaba la vista de su celular, Connie jugaba vencidas con los varones y ___... Ella estaba perdida en sus pensamientos. La imagen de Sans saliendo de la oficina del directo invadía la mente de la joven.

-¿El extraño de sudadera azul... habrá sido Sans?- pensó.

Más aparte, los cambios de expresión del director en el momento que ___ habló con él, ¿Será normal que ese hombre haga eso?

Muchas dudas inundaban su cabeza, quizá con el tiempo pueda conseguir las respuestas.

Mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora