La intención nos quedó corta. Viajamos por tantas vidas y tantos abrazos, con sólo mirar una boca sonriendo. Nos quisimos intentando hacerlo bien pero en el amor lo que mejor sale es aquello que se improvisa. A cuántos «quizá» estábamos de un «te quiero». A cuántos amaneceres de un abrazo. A cuántos «mañana nos vemos» de un «quédate». Y a cuántos cafés de un beso. La distancia más grande es aquella que me impide besarte cuando nos quedamos callados, mirándonos y mirando aquel vendaval invisible de tu miedo y mis penas. No nos quedó más tiempo y el que tuvimos no estuvo a nuestro favor. Contigo aprendí que los besos que más se recuerdan son aquellos que nunca nos dimos.
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Pensamientos de un adolescente
RandomPensamientos de un adolescente cualquiera. La vida trastornada de un adolescente.