Vivimos en una mentira constante. Pasamos minutos, horas y días soñando ser quien no somos, tener lo que no tenemos y vivir como otra persona. Ni si quiera sabemos porqué, pero lo hacemos. Nos vamos a la cama deseando caer lo antes posible en los brazos de Morfeo pero, por el contrario, aguantamos horas despiertos con la mirada clavada en el techo, pensando, imaginando o deseando que nuestra vida fuera diferente. Pero es que ya cansa, día tras día igual, viviendo con el constante deseo de ser otra persona. ¿Por qué? Porque somos culeros.
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Pensamientos de un adolescente
De TodoPensamientos de un adolescente cualquiera. La vida trastornada de un adolescente.