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No lloré cuando murió, ni en el funeral, ni siquiera en la recepción, no fue hasta la mañana siguiente, cuando entré en su cuarto y el olor de su perfume me invadió, cuando vi su cama sin hacer, su ropa en el suelo, sus pastillas sin tomar, cuando me di cuenta que nunca mas iba a volverlo a ver.

Pensamientos de un adolescenteWhere stories live. Discover now