Soy una casa a la que visitas cada vez que estás lloviendo, me he dado cuenta que ahora que estás más soleado ya no me visitas, ni me quieres como antes. El verano pasó y llegaron nuevas aventuras a tu vida, mi sonrisa ya no te motiva y yo ocupo un lugar inexistente en tus planes. Ya no me quieres y lo sé porque la indiferencia nunca pasa desapercibida, ya no te importa como estoy o si tengo pesadillas, las terceras oportunidades no existen y esta era nuestra segunda. Al final siempre seré la culpable por mis inseguridades, pero qué te puedo decir, soy torpe, no sé mostrar mis sentimientos, solo sé preocuparme y tratar de que las personas estén bien o intentar que sonrían, así es mi forma de demostrar cariño. Es una lástima que prefieras el orgullo, que te rindas tan fácil después que me quedaba contigo cuando no podías dormir, es una pena que ya no me quieras ni un poco.
¿Y sabes qué es lo peor? Que si me dejas ir quizás nunca encuentres a alguien que te quiera como lo estoy haciendo, porque joder te quiero como nunca he querido a alguien.
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Pensamientos de un adolescente
RandomPensamientos de un adolescente cualquiera. La vida trastornada de un adolescente.