Pensamientos de un adolescente

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Aquella mañana fría del mes de Noviembre lo llevare en mi como le mejor día de mi vida. Como el mejor recuerdo de mi vida. Aquella mañana mis ojos te vieron por primera vez, mis labios sonrieron gracias a la calidez de tu mirada, mi corazon se derritió, aquella mañana mágica decidí, aun sabiendo las consecuencias, entregarle mi mirada a una completa desconocida, a la mejor desconocida que he podido conocer, que desde el primer instante que la vi, en mi corazon se quedo, un amor que no se ve, un amor que no se toca, un amor que solo se siente, a lo lejos, distante pero al fin y al cabo es amor, amor del bueno, amor real, amor duradero, no pasajero, amor que durara a través del tiempo. Pero lamentablemente nada es para siempre, fuimos amor, fuimos todo, pero este todo... Se trasformo en nada. Pasa el tiempo y sigo recordándote, no puedo dejar de pensarte, es que me has marcado como nunca nadie lo ha hecho y solo espero que el tiempo me una contigo aunque sea por casualidad, por desgracia o por fortuna... Esperaba encontrarte como te recordaba, pero era obvio que habías cambiando. A tu rostro se le notaba la expresión cansada aunque tu sonrisa me seguía pareciendo igual de hermosa. La vida nos había llevado por rumbos distintos, eramos 2 desconocidas ahora y no entiendo porque el destino o lo que fuera, nos volviera a unir. Quizás jamas lo entenderé pero lo que si se es que mi corazon latía como cuando brillábamos de amor, incluso temblaba de nervios de tenerte cerca aunque sabia que eso ya era pasado. A pesar de saber que ya no eramos lo mismo, mi corazon te conoció y no puedo negar lo que sentía por eso. Como me hubiera gustado devolver el tiempo a aquellos días, pero eso no sucede, las historias no vuelven. Ahí estamos las dos, frente a frente. Habia quedado atrás la historia que tuvimos, no se si estaba por escribir una nueva. Solo se que eramos nosotras, reconociéndonos, era mi reencuentro contigo y yo estaba feliz.