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...-Papá pero ¿por qué tenemos que ir a casa de esos extraños?, podíamos haber seguido en el motel.

-No hijo, no podíamos. No tenemos dinero para pagarlo por más tiempo y el local apenas da beneficios. Además estoy luchando con el seguro para que se haga cargo de la reconstrucción de nuestra casa.

-Pero yo puedo trabajar.-habló de nuevo el ojiazul.

-No, tú debes estudiar. Además solo será por un tiempo y al parecer Anne tiene hijos, ahí podrás hacer amigos.

Mark finalmente aparcó su camioneta en frente a la entrada de una gran casa.

-Anda hijo, cambia esa cara y sé amable, por favor.

-Si, vale papá-dijo este no muy contento.

Los dos se bajaron y empezaron a descargar las pocas pertenencias que les quedaban, de repente Louis escuchó una voz tras su espalda que le heló la sangre.

-¿Necesitas ayuda?.

El ojiazul se giró y ante él estaba el objeto de su sufrimiento, el hombre por el que suspiraba y el mismo que lo había humillado días atrás.

-¿T-Tú vi-vives a-aquí?....-balbuceó intentando no caerse.-¡oh Dios, voy a mo-morirme!- pensó en voz alta.

-¡oh Dios, voy a mo-morirme!- pensó en voz alta

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El ojiverde rió incrédulo.

-Pero... ¿acaso no te llega en el Instituto?, también me persigues hasta mi casa. ¿qué clase de broma es ésta?. —habló Harry.

—Al pa-parecer tu m-madre y mi pa-padre se conocen desde ni-niños

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—Al pa-parecer tu m-madre y mi pa-padre se conocen desde ni-niños.— tartamudeó el ojiazul nervioso.

Louis no sabía donde meterse, su vida cada vez se le estaba complicando más y el ojiverde no ayudaba mucho.

-No te rías, y-yo no quería venir aquí.

-Anda trae eso...por lo visto lo tuyo tampoco es el músculo-dijo Harry cogiendo la pesada maleta que el ojiazul intentaba llevar.

-¡No!...¡no necesito tu ayuda!, deja mis malditas cosas- dijo el más bajo sacándole la maleta de las manos.

- Está bien... como quieras. Menudo genio.

Realmente pesaba mucho, por lo que el ojiazul caminaba con dificultad, mientras emitía pequeños gemidos seguido por el ojiverde, el cual llevaba una pequeña caja en sus manos y no paraba de reírse.

-Realmente eres muy tonto... al final vas a reventarte por el esfuerzo.

Louis se paró y entonces lo fulminó con la mirada.

-Está bien... tú mismo -rió Harry mientras se adelantaba y caminaba erguido había el interior de su casa.—yo ya cumplí, te presté mi ayuda.

Cuando el ojiazul consiguió llegar, su padre le estaba explicando a Anne lo sucedido.

-¡Oh! ya está aquí...hijo ven-dijo Mark-...mira Anne, este es Louis...saluda hijo.

El ojiazul dijo un tímido «hola» y luego extendió su mano.

-Vaya eres muy lindo...tus ojos son muy hermosos. Es como mirarse en el mar- lo alabó la mujer.

—Gracias señora.

-Hola muchacho, yo soy Des y esa de ahí es mi hija Gemma. Creo que a Harry ya lo conoces.-Dijo este mirando molesto a su hijo, el cual se había vuelto a tumbar en el sofá mientras miraba la tele.

-¡Harry!... ¿no te dije que ayudaras a nuestros invitados con sus cosas?.-preguntó molesta su madre-¿Cómo permites que Louis cargue con esa enorme maleta?.

-Yo ya quise ayudarlo pero fue él el no quiso. Al parecer quiere sufrir tontamente. Quizás quiera trabajar como mula de carga algún día y esté practicando -respondió este riéndose, mientras chocaba la mano con su hermana, la cual también se reía.

-Hijo, por favor, no seas impertinente.

-T-Tienen una casa pre-preciosa-dijo el ojiazul intentando no derrumbarse tras escuchar las duras palabras del ojiverde.-M-uchas gracias por permitirnos a mi padre y a mí vivir aquí con u-ustedes.

-De nada Louis-dijo Anne sonriente-Veo que eres un chico muy educado y dulce. A ver si a nuestros hijos se le pega algo de tu hermoso carácter.

-Menudo pelota- Soltó la benjamina de la familia.

Harry emitió un gruñido pero no dijo nada.

Finalmente el equipaje lo subieron las dos doncellas, mientras todos disfrutaban de una deliciosa cena servida en una gran mesa.

Louis jamás había visto una tan repleta de comida exquisita, era como estar en un sueño.

-Wow, t-todo se ve de-delicioso-balbuceó este muy nervioso al ver que Harry se sentaba en la silla de su lado.

-Come todo lo que quieras Louis, estás en tu casa-dijo amablemente Des.

-Si claro... para que ese enorme trasero no quepa por las puertas y tengan que cambiarlas todas-susurró Gemma burlona mirando a su hermano, el cual se rió también.

Louis lo había escuchado y luchaba por no llorar pues él estaba muy acomplejado por sus femeninas curvas y por su redondeado trasero, por el cual muchos alumnos en la escuela le había dicho cosas muy feas.

42. Un Amor De Ensueño- Primera Parte (Larry Stylinson)-TerminandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora