Estados Unidos, Chicago 1921. La Mansion

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Era una fresca mañana en Chicago, la tía abuela Elroy como era costumbre, se levantaba por las mañanas a caminar por el hermoso jardín de la residencia más grande y privada de la ciudad de los vientos, Chicago.
Estaba ansiosa y solamente el jardín de rosas de Rosemary calmaría sus nervios y ansiedad.
_ Es una hermosa mañana_. Musitó la anciana mientras se acomodaba su preciado chal.
La decisión de su amado sobrino la tenia de esa manera.
De regreso a la sala se encontró con George.
_ ¡Buenos días señora Elroy! ¡Se levantó temprano el día de hoy! Mas temprano que de costumbre.
_ ¡Buenos días George!... ¿Dónde está William? Preguntó la anciana buscándole con la mirada.
_ En su recamara preparando sus maletas, nos embarcaremos hoy por la tarde. ¡¿Vendrá usted a despedirlo?! _ Preguntó George mientras el personal cargaba sus maletas a la limosina que los llevaría a la estación de tren.
_ Por supuesto que si George. Aunque no tardaré en reunirme con ustedes. Rosemary me necesita en la Villa, debemos enpezar con los preparativos para la boda de Archibal. _ Dijo la tía Elroy llevándose la taza de té a sus labios. Estaba un poco emocionada por la boda de su sobrino con Annie Brighton.
_ ¡Si señora Elroy!...La señora Rosemary tiene trabajo con los preparativos de la boda del joven Archibal y la señorita Annie.
_ George, ¿qué sabes del lugar donde Annie creció? Preguntó la anciana intrigada por saber más de la verdadera familia de Annie. A la matriarca del clan, siempre le pareció que Annie no estaba a la altura de su sobrino Archie. Por lo que en varias ocasiones habían tenido enfrentamiento con Archie y Albert.
— Se muy poco señora, la señorita Annie no habla al respecto.— dijo George tratando de no involucrarse en el tema.
— Tengo entendido por el joven William que la señora Brighton no le permite hablar mucho del lugar donde ella vivió sus primeros años.
El Joven Archie sabe todo sobre la adopción de la señorita Annie, creo que él sería el indicado para responder sus preguntas. — La anciana dejó de cuestionar a George, era más que obvio que no diría nada al respecto.
— ¡Bien George! hablaré con él.
La tía estaba convencida que al final lograría persuadir a Albert y evitar el matrimonio entre los Brighton y los Ardlays.
De pronto los pasos firmes de Albert se escuchaban bajar las tapizadas gradas de madera fina.
— ¡Buenos días tía Elroy, George!...
¡Cómo está la tía más bella de esta Casa y de la familia! — Albert cargo a su tía con tanta felicidad. Después de la muerte de sus padres,
Su hermana y su tía, fueron quienes se encargaron de su crianza.
— ¡William!... — musitó la anciana. — ¡Compórtate!... ¡¿Cuando te comportaras como el hombre y cabeza que eres de esta familia?!
— Casi gritándole al oído y en con una leve sonrisa, la anciana adoraba los momentos de adolescente de su amado sobrino e único hijo de su hermano de padre y madre. Archie, Stare, Eliza y Neil eran sus sobrinos pero en segundo grado. William Albert y Rosemary eran sus sobrinos directos, hijos de su hermano mayor.
—¡Oh tía!... ¡¿Cuándo sonreirás y dejarás de regañarme cómo si fuera un chiquillo?! Vamos tía dime... susurro a su oído colocándole un beso en la mejilla. Haciendo que la anciana sonriera felizmente.
— ¿Que no te alegra ver me feliz? Preguntó Albert mientras se colocaba su gabardina negra de lino y bufanda cachemira con los colores del clan Ardlay
— ¡Si hijo! Me hace muy feliz. Y lo que más deseo es verte casado, con hijos William. ¡Archie se casará antes que tú!..
— Sabes muy bien que aún no he conocido la mujer que pueda entrar en mi corazón. ¡Soy un solitario!... Con mis animales y ayudando a los demás es mi felicidad. ¿No es así George? Sonrió observando a George esperando su apoyo.
— Prefiero no opinar joven William. Diciendo estas palabras, George se giro
— George tú siempre fiel a William, le ayudas a cada disparate que se le ocurre. No puedo creer que ahora quiera ir de colaborador a la universidad de Edimburgo, donde la familia Ardlay es respetada por ser los fundadores de una de las universidades más famosas en Escocia, nuestra tierra.
— Por eso mismo tía deseo conversar con los jóvenes como amigos, no quiero que me traten con el respeto y miedo, por alguna manera decirlo así. Tan solo por el apellido de la familia se sienten en deuda y creen que deben verme como alguien superior.
— No solo el apellido William, tú eres el Patriarca de la familia y heredero.
— De acuerdo tía, pero no podré ayudarlos si no me involucró directamente con ellos. Necesito saber porque razón están negando las becas a las familias de bajos recursos.
— Desde hace un tiempo los fondos para la Universidad estaban desapareciendo.
— Está bien William, por lo que veo estas decidido a hacerlo.
Vamos es tiempo de terminar e irnos no queremos llegar tarde, no quiero pedirle ni un favor a Vincent.
— Tía, cuando solucionarás las cosas con él, hazlo por la felicidad de Rosmery, ella lo ama y eso es lo más importante, el amor.
— ¿Tú también me saldrás con esa absurda idea?
Te lo advierto William, tú te casarás con una Dama de nuestra clase.
— Lo dudo tía, no pienso en casarme todavía.

La decisión de mi vida.         Albert y Candy Fic ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora