Noticia doble

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Capítulo 21


Las lágrimas corrían por el rostro de Candy.
No sabía qué hacer, Albert la sentía extraña, sabía que algo sucedía con ella.
No quería incomodarla con preguntas.
Solamente la abrazaba y con una dulce voz comenzó a cantarle una suave melodía A capela.

Contigo aprendí
Que existen nuevas y mejores emociones
Contigo aprendí
A conocer un mundo lleno de ilusiones

Candy, al escuchar la dulce voz de su amado, se puso frente a él.
Mirándolo frente a frente una leve sonrisa se mostró en su rostro bañado en lágrimas.
El galante rubio no se detuvo y continúo cantándole suavemente.

Aprendí
la semana tiene más de siete días
A hacer mayores mis contadas alegrías
Y a ser dichoso yo contigo lo aprendí
Contigo aprendí
A ver la luz del otro lado de la luna
Contigo aprendí
Que tu presencia no la cambio por ninguna
Aprendí Que puede un beso ser más grande Y más profundo Que puedo irme mañana mismo de este mundo Las cosas buenas ya contigo las viví Y contigo aprendí
Que yo nací el día en que te conocí.

Las palabras de esa melodía tocaron lo más profundo de su corazón... Candy deleitada al escuchar aquellas palabras dijo.
—Te amo mi amado como jamás he amado antes, no quiero perderte, no podría vivir sin ti.
Albert, cuando te conocí creí que  esta relación era imposible, nunca pensé que un hombre de tu clase pondría  sus ojos en una simple doctora como yo, sin padres, pobre...
—SShh.- dijo Albert mientras colocaba su dedo en los labios de la hermosa rubia.
Candy se perdió en su mirada, en esos ojos azul cielo como la mañana, que la miraban con dulzura y amor.

— te amo Candy eres lo más tierno y maravilloso que ha pasado en mi vida.
Sin ti es como si me faltara el aire para respirar.

Candy con lágrimas en su rostro y sosteniendo las manos de su amado las besó una a una...

—Albert, yo no podría vivir sin ti, eres mi vida mi todo, y te necesitamos a nuestro lado.

— te amo mi hechicera, no puedo vivir sin ti... quiero estar contigo por el resto de mis días.
¡Un momento! ¿Dijiste necesitamos?
— Si Albert.
— Candy, ¿estamos embarazados? ¡Digo! estás pero soy el padre entonces estamos.
— Si Albert, todavía no lo he confirmado pero tengo 6 semanas de retraso y soy regular. Además soy doctora y sé que lo estoy.

Albert se levantó rápidamente de la cama, cargó a su mujer en  y brazos y como pudo abrió la puerta de la habitación y caminó por los pasillos despertando a todo el mundo.

— Escuchen todos... despierten seremos padres- gritaba Albert con Candy en los brazos.
— Albert calla por favor, pero que locura- dijo Candy sonriendo.

A los gritos de Albert, todos salieron de sus habitaciones para ver qué era lo que sucedía.
La tía Elroy quien fue la primera en salir, se desbordó en llanto al escuchar la noticia.
A ella se le unió Rosemary, en segundos más tarde la hermana Maria y la señorita Pony.

— William mi sobrino amado, que felicidad hijo, tendremos otra alegría más en la casa.
Un pequeño William corriendo por los pasillos de esta villa, por los jardines.

Candy quedó en shock al escuchar a la tía Elroy, la endurecida mujer que hace unas horas le había declarado la guerra, estaba feliz de escuchar la noticia.

— hermano que felicidad, pronto tendremos nuestros retoños haciendo travesuras en esta casa- decía Rosemary mientras abraza a Candy y Albert.

—Señorita Pony, hermana María, sé que esto no son los modales que ustedes me inculcaron. Pero estoy enamorada, lo amo y hemos estado juntos en la intimidad.
— sé que se aman Candy, pero ante los ojos de Dios  es pecado, deben casarse antes que el bebé nazca.
— Cierto- dijo la tía Elroy, mientras abrazaba a Albert por la gran noticia.
Este matrimonio tiene que llevarse a cabo antes que comience a notarse tu pancita.
— en realidad no me preocupa lo que la gente piense o diga de nosotros, nos amamos y eso es lo que importa.
— Mi amada, espera un momento aquí- dijo Albert dirigiéndose a su recámara.
Todos quedaron a la expectativa.
Cuando vieron que Albert traía una cajita en su mano.
Albert se arrodilló en un pie y propuso matrimonio a Candy frente a sus madres  su tía y Rosemary.
Al abrir la cajita todos esperaban ver un anillo de compromiso, para la sorpresa de todos era un medallón.
La tía Elroy con una dulce sonrisa, se colocó junto a él.

— mi amada, desde que te conocí supe que eras para mí, tú complementas mi vida, y  si lo soy para ti, con esta  insignia que perteneció y mi abuelo, luego pasó a mi padre y después a mi quiero pedirte que te cases conmigo, que me  hagas partícipe de tus penas y alegrías.

Todos estaban atónitos, Rosemary y la tía Elroy, ellas más que nadie sabían la tradición del medallón.
Solo un Ardlay que está dispuesto a todo por la mujer que ama, se atrevería a usar el medallón para proponer matrimonio.
En el momento Candy no entendió  lo del medallón, pero si tenía el bebé que cargaba en su vientre y si  es varón sabría el significado.

— mi amor, yo no veo mi vida sin ti, es como dejar de respirar o pedirle a mi corazón que deje de latir.
Te amo,  por supuesto que acepto.

Albert se levantó y cargó a su amada, haciéndola girar como carrusel.
Todos felices, los felicitaron.

_felicidades Candy- decía la señorita Pony y la hermana María.
—Mi felicidad no puede ser más grande, mis dos hijas han encontrado excelentes esposos.

—Señorita Pony, hermana María de la emoción no pregunté por la mano de mi prometida.
— Joven William , la felicidad de nuestra Candy es lo único que nos importa y sabemos que usted la hace feliz, además ya no solamente son ustedes dos, también ese hermoso bebé que crece en su vientre.

Albert acariciaba la pancita de Candy y hablaba a su bebé.
Al observar toda la  escena, la tía Elroy había tomado una decisión con lo del desfalco de la universidad.

Todos regresaron a sus recámaras, Albert no quería separarse ni un segundo de Candy.
Regresaron a su habitación.

—Amor soy el hombre más feliz de este planeta. Te cuidare a ti y a mi hijo.
— ¿y que si es una niña?
— de igual manera a la amo, mi princesita, tendrá tus bellos ojos verdes.

Los rubios estaban felices, en la Villa se respiraba Amor.
Al llegar la mañana, Candy caminó por los pasillos para salir al jardín, dejando a su amado en cama.
Cuando estaba a punto de salir hacia el jardín, vio a la tía Elroy quien se cubría con un velo tratando de salir a escondidas.
Cargaba un pequeño maletín.

—Señora Elroy- dijo Candy tomando por sorpresa a la entristecida dama.
¿Se encuentra bien?
— Candy, qué haces tan temprano despierta y en el jardín.
Te resfriarás, la mañana todavía está fresca.
— No podía dormir, este lugar es precioso.
— así es, es  hermoso, la rosaleda de Rosemary es lo más hermoso en este jardín.
— ¿hacia dónde  va con esa maleta señora?
—Candy, no puedo quedarme aquí, después de todo lo que Neal e Ilse hicieron no puedo quedarme de brazos cruzados, voy a entregarme a las autoridades.
— ¿autoridades? Pero porque usted, si son ellos los que se han tomado el dinero de las becas.
— me engañaron y deben de pagar, pero eso me hace su cómplice y yo también soy culpable de una u otra manera.
— Pero debe de haber una solución, usted no puede irse ahora que será abuela.
Por favor,  Albert le  ama, y su nieta o nieta la necesita.
— gracias Candy, ahora sé porque todos te aman incluyendo la mofeta de William.
Pero debo cumplir con mi deber, aunque esto signifique perder mi libertad.

Albert quien había observado a las Mujeres desde la habitación, había decidido sorprenderlas. Pero el sorprendido fue él, al escuchar que la tía estaba detrás del desfalco.

_ Tía, ¿de qué está hablando?  ¿Qué sucede? y ¿hacia dónde va con esa maleta?
_ Buenos  días mi amada- dijo Albert dándole un gran beso en sus labios.

La tía Elroy no podría oponerse más, el amor entre los rubios es fuerte y nada ni nadie los podrá separar.

_ William fui yo quien firmó los pagare para las transacciones del banco, no voy a justificarme, acepto mi responsabilidad.
Por eso he decidido entregarme a las autoridades, Ilse y Neal deben pagar.
_ Albert, por favor convéncela, ella no es culpable, no dudaría ni un segundo que Neal la haya engañado- dijo Candy mientras veía  a su hombre con una tierna mirada.
_ Tía explíqueme cómo sucedieron las cosas.
_ Desde que estaba en America, Neal me hizo firmar unos documentos  para las transacciones del resort de Miami, la ayuda que tú les enviabas para la construcción.
Confiaba ciegamente en él, entre esos documentos firme un poder donde daba la autorización para que el hiciera las transacciones.
Al principio todo iba bien, hasta que tú decidiste viajar e investigar que sucedía con el dinero.
Lo afronte, y me dijo  que era para un negocio que estaba asociado con Ilse y su padre, que no habría problemas con las becas.
_ ¿el padre de Ilse está detrás de todo esto? 
_ están en la ruina, por eso ella quería casarse contigo.
Me han estado chantajeando que te dirán la verdad  si no les ayudo a destruir tu relación con Candy.
Pero yo no puedo más callar e interponerme entre ustedes,  más ahora que viene un miembro más a la familia.
_ Albert mi amor, debe haber algo que se pueda hacer.
Por favor no permitas que tu tía se aleje, recuerda todo lo que ella ha hecho por ti.

Al escuchar todo lo que Candy le decía a su amado, la tía se soltó en llanto.

_ Candy, no  merezco tu perdón y bondad, después de todo lo que te he dicho y hecho.
_ Señora, usted es como la madre de mi hombre, él es  el ser humano que es porque usted lo supo educar, es lo que yo deseo para mi hijo, que tenga su amor y sus cuidados.

Candy abrazo a Elroy, seguidamente Albert se les unió.

_ Tía, Candy tiene razón, se la gravedad de la situación y no podré   hacer nada  en contra de ellos porque su nombre saldría a la luz pública.
Pero si quiero a Neil lejos de mis tierras, Ilse no volverá a poner un pie en mis negocios, tierras y mucho menos cerca de mi familia.
Ahora Candy es la futura señora Aldlay, dueña de mi corazón como de todo lo que poseo.
Espero que usted este de acuerdo con esto.
_eso no es necesario Albert, nos iremos  a vivir  a la cabaña.
_ A la cabaña, No Candy, mi nieto no se crecerá privado de los lujos de esta Villa.
_ Señora, yo me crie así, el dinero no es la felicidad.
_ así es tía, además podríamos ampliar la cabaña, los dos amamos el rio, la naturaleza.
Comenzaremos en la remodelación de la cabaña y la ampliaremos a tu gusto mi doctora.

La tía Elroy felizmente accedió a la petición de Candy.
Todo se estaba aclarando a  favor de los rubios.

Continuará.

Gracias por leer y sus comentarios.. se les quiere
Dios nos bendiga XO!












La decisión de mi vida.         Albert y Candy Fic ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora