Nuestras sombras {Fred & Tú} EDITANDO #O3 ✔️

12. Dos pájaros de un tiro

Narra: Dan

-No estoy seguro de esto... Ni siquiera deberíamos confiar en extraños, ellas son extrañas en todos los sentidos posibles - susurró Dante a mi lado, él era muy paranoico la mayor parte del tiempo, sin embargo, podía decir que el día de hoy estaba peor que otros días.

Ary y Alex caminaban frente a nosotros, se suponía que las debíamos seguir. Al igual que Dante, no estaba para nada seguro de seguir a dos extrañas las cuales eran de apariencia poco fiable, pero es en estos momentos en los que estas desesperado y no tienes otra alternativa. Además, ellas aseguraban saber quienes eran mis padres y hermanas... No podía dejar pasar eso por alto.

-Esperen... - la voz casi inaudible y segura de Ary hizo que todos nos detuviéramos en seco esperando la siguiente indicación, sin embargo, sólo cerro sus ojos y los abrió con pesadez.

-¿Qué ocurre...? - susurró Alex a su hermana.

-Hay alguien cerca de aquí... No hagan mucho ruido.

-¿Cómo sabes que hay alguien cerca? - le pregunto Dante confundido, pero Ary simplemente sonrió de lado e ignoro el comentario siguiendo con la caminata.

-Por alguna razón simplemente siente las parecencias - explicó Alex -No es una habilidad la cual un Shadow tenga, sólo ella.

-Eso suena increíble - opinó Dante mientras llevaba una mano a su barbilla -Podría verlo por el lado científico...

-Sí, sí, cómo sea - lo interrumpí- ¿A dónde nos llevan, par de raras?

-Habla por ti también - contraataco Alex cruzándose de brazos - Aunque no nos crean, tratamos de ayudarlos, idiotas.

-No me digas idiota - respondí molesto entrecerrando mis ojos.

-Tú no te quejes tanto - contestó observándome de manera fulminante, pero sólo sonreí divertido acercándome hasta ella, de igual manera hizo lo mismo casi hasta el punto de tocar la punta de su nariz con la mía, sin embargo, nuestras miradas eran sólo de una gran rivalidad. Ella me estaba colmando la paciencia.

-Obligame -la reté, entonces lleve mis dedos a su frente, detuve la punta de mi dedo corazón con mi dedo pulgar y lo solté dándole un leve golpe en la frente ocasionando que ella cerrara con fuerza sus ojos y retrocediera por inercia.

-¿¡Cómo te atreves!? ¡Voy a matarte, Dan!

Solté una carcajada observando cómo ella sobaba su frente y me miraba con rabia.

-Cuando quieras te dejo intentarlo - respondí con superioridad mientras me encogía de hombros.

-Pero que niños tan interesantes... - escuché, en cuanto aquella voz se hizo presente, todos volteamos la dirección de donde venia. Entonces una mujer salió de entre los arboles moviendo sus caderas y sonriendo de manera divertida, nos miro con detenimiento y por ultimo su vista cayó en mí para terminar.

-Esto es como esa vieja frase, "matar dos pájaros de un tiro" - dijo riendo - Sólo buscaba a estos dos niños... y me encuentro a otro par. Es mi día de suerte.

-¿Y tú quien carajos eres? - preguntó Alex de forma agresiva, entonces la mujer llevo una mano a su boca fingiendo sorpresa.

-Pero que boca tan suelta tienes, niña.

Permanecí en silencio observando a la mujer, por alguna razón, sentía que la había visto ya en algún lugar. Pero no sabía en donde.

Aunque ahora que lo veía mejor, las gemelas tenían similitudes con la mujer albina, quizá no en sus cabellos, obviamente ni siquiera en sus ojos ya que todos eran perfectamente casi iguales... pero sus facciones claramente se parecían lo suficiente.

-¿No se conocen? - me atreví a preguntar, sin embargo, ambas gemelas me miraron con confusión mientras que la mujer soltaba una carcajada.

-Nunca las había visto, niño. Sin embargo... sé muy bien quien eres tú y tu pequeño hermano. Los estaba buscando.

-¿Q-quien eres? - preguntó Dante en un leve tartamudeo.

-Shadow Mangle, ¿tú eres Dante, no es así?

-S-sí... Lo lamento pero yo no te conozco a ti - se disculpo - No te conocemos.

-Eso no importa, aquí lo único que importa es que todos ustedes me acompañaran quieran o no, ¿bien?

-Señora, usted está loca - soltó Alex con aquel tono de superioridad que tenía mientras que Ary sólo veía a su hermana con pena ajena -Nosotros ya tenemos una ruta trazada y la cual tenemos que tomar, no la seguiremos a ningún lado. Así que puede irse yendo por donde llego a mover sus posaderas. Gracias.

-Eres una verdadera insolente... - murmuró Mangle con una media sonrisa la cual también mostraba irritación - Si no me siguen puedo asegurar que no volverán a tomar alguna otra ruta en sus cortas y asquerosas vidas.

Narra: Tn

-¡Deja de llorar, maldita sea! - gritó Fox con rabia - ¿Querías comer? ¡Pues ahí esta tu puta comida!

Cerré fuertemente mis ojos, me arrinconé aún más en aquella esquina y me encogí en ella tratando de que aquellos gritos y lloriqueos dejaran de inundar mis oídos. No sabía cuantas personas estaban aquí, pero estaba segura de que todos estaban bajo el control de ellos.

Todos al igual que yo.

Escuché cómo los gritos cesaban pata después escuchar cómo se movía la perilla de la habitación en la que me encontraba. Todo era oscuro y muy apenas podía ver algo allí dentro, sin embargo, en cuanto abrieron la puerta pude ver la silueta de Fox observarme desde el umbral.

-¿Tienes hambre? - preguntó con más tranquilidad. Pero simplemente negué con la cabeza.

-Ya veo... - rió - Quieres salir de aquí, lo sé, pero creo que ya te repetí que no puedo hacer nada por ti.

-Lo sé... - Murmuré bajando la mirada - ¿A quiénes más tienen aquí?

Fox hizo una mueca de disgusto, dio varios pasos seguros y quedó frente a mí con una mirada pensativa.

-¿Por qué quieres saberlo?

-Curiosidad...

-Veras, en este mundo no hay política cómo ya lo haz visto - explicó -Este mundo se rige por tres puestos, el puesto mayor lo ocupa el que consideremos peor, el que nos intimide y domine a todos como tal. El segundo puesto lo ocupan Shadows como yo, shadows que algún día sueñan ser como el mayor, que con méritos desean alcanzar aquél deseado puesto. Y el puesto más bajo, ocupado por Shadows cobardes, simples parásitos en este mundo los cuales están obligados a obedecer a sus superiores.

-E-entonces...

-Entonces aquí están todos aquéllos que no estén dispuestos a obedecer al mayor - me interrumpió -Tú... Sólo eres un capricho.

Antes de que pudiese replicar, Bonnie apareció en el umbral de la puerta con una media sonrisa en el rostro.

-Fox, Meg ya regreso.