25. Uno menos

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Todo se volvió extraño, pero a la vez podía admitir que la paz tomaba de la mano a eso. Ya no sabía qué hacer, sólo dejaba que todo pasara y justo en ese momento me encontraba observando sólo como los chicos repasaban tanto su plan como la habitación en la que se encontraban.

Estaban nerviosos y yo estaba ansiosa.

Ni siquiera recordaba todas las veces que insistí porque me dejaran ir con ellos, estaba segura de una o dos cosas. Una, que posiblemente podía ser de ayuda, o dos, que podría estorbar en todo.

Ninguna la tenía bien definida, pero ellos sólo se centraron en mantenerme a salvo, no en si podía arruinarlo o no.

Aunque, hubo un momento en el que quise quedarme de verdad y ese fue cuando vi a las niñas con rostros tristes y preocupados. Ellas ya nos habían perdido una vez, y aparentemente no querían volver a hacerlo. Sólo por ellas cedí.

—Escucha... Cariño, volveré lo antes posible —murmuró Fred con una tenue sonrisa—. Sólo quédate aquí y cuida a las niñas, ellas ahora son las que te necesitan.

—Lo sé... —asentí abrazándolo aún más fuerte; sintiendo sus brazos enrrollarse a mi cuerpo tembloroso— Vuelve con los niños.

—No regresaré sin ellos —respondió alejándose un poco para posteriormente, plantar un beso en mi frente—. Te amo, _____.

—¡Fred, vámonos ya! —gritó Nahel desde lo lejos echandonos una mirada llena de desaprobación, sin embargo, Fred soltó una leve risa y suspiró.

—Te voy estar esperando... —le susurre.

—Y yo voy a estar feliz de que lo hayas hecho...

Y sin más, se alejó de mí. Podría decirse que ya quería que regresaa cuando aún ni siquiera se había ido, pero, ¿qué más podía hacer yo?

Una de las cosas las cuales aprendí, es no estorbar en algo lo suficientemente serio como para seguir insistiendo. Debería de obedecerlo ésta vez, debería dejarme llevar y confiar en él y en el que regresaría con los niños.

Porque ésto, era algo serio.

Observaba como los chicos repetían una vez más su plan en el umbral de la gran puerta antes de partir, y entonces noté que alguien más faltaba ahí.

De pronto, lo sentí, él pasó por mi lado escoltado de dos Shadow's más,

Él me echó una última mirada, tan seria que incluso sentí escalofríos. Sabía que ahora todo estaba bien entre ambos, que él ya no intentaría nada, pero, seguía siendo ese hombre el cual en algún momento fue la razón de mi miedo y noches en vela. Ahora sólo había una especie de cosa la cual me decía que todo estaba bien pero que él ya era así, que él tenía ese aire sombrío.

—Señorita, tengo órdenes de llevarla a la habitación de las niñas —dijo un Shadow a mi lado.

Entonces simplemente asentí con una tenue sonrisa y lo seguí, escuchando como la puerta se cerraba detrás de mí llevándose a los hombres más importantes en mi vida.

Nahel

Él ya estaba listo, se veía más seguro que cualquiera de nosotros ahí. Definitivamente Spring sólo se esforzaba cuando quería; cuando era necesario.

Tenía una especie de ejercito, eran aproximadamente doscientos Shadow's bien armados y su distribución era tan buena, que incluso parecería haber una pequeña masacre por aquí. Y era gracioso, ya que ese ejército no era ni la mitad de todos los hombres que Spring tenía a su servicio.

Estábamos seguros de que _____ no tenía esa cantidad de Shadow's, de que ése enfrentamiento sería nuestro y lo lograríamos sí o sí.

Y en ese momento, Spring desde lejos nos dió la señal.

Nuestras sombras {Fred & Tú} EDITANDO #O3 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora