20. Mejor

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El viento fresco soplaba de manera ligera y delicada, lo sentía y perfectamente bien. Eso fue lo que logró despertarme, y sin embargo, aún no me levantaba del suelo lleno de hojas secas y sucias en las que me encontraba y había despertado esta mañana.

Me mantenía con los ojos cerrados simplemente tratando de disfrutar el sonido del viento y el como varias hojas crujían levemente debido a estas.

Y así permanecí unos cuantos minutos, hasta que la inquietud me invadió.

Las hojas crujían, sí, pero no como ahora lo hacían, no como las había escuchado crujir anteriormente.

Y aún con los ojos cerrados, las escuche más cerca de mí. Sabía que ya no era el viento, era alguien acercándose peligrosamente y yo simplemente me paralice ante eso tratando de regular mi respiración agitada, tratando de no hacer el ruido más mínimo.

Entonces cuando escuché las hojas crujir a unos cuántos centímetros más, fue cuando aquél parálisis me dejó libre y trate de levantarme. Pero antes de poder hacerlo, sentí como un cuerpo se sentaba a horcajadas sobre mí con rapidez y como una mano fría cubría mi boca logrando hacer que un grito se ahogara en mi garganta.

—Tranquila, querida... —dijo riendo— Así que aquí estabas.

Entonces abrí mis ojos de golpe observando a quién se encontraba sobre mí ahora.

—Eres tan escandalosa —murmuró retirando su mano de mi boca para ahora sostener ambas de mis manos contra el suelo—. No importa, así me gustas más.

—¡Maldita sea! —grité pataleando y tratando de retorcerme bajo su peso — ¡Vete! ¡Fox, ya basta! Por favor...

—¡Eso es! —contestó soltando una risa cínica y asintiendo con su cabeza logrando así que sus cabellos pelirrojos cayeran por su frente— Ya gritaste mi nombre, ahora hazlo mientras lo gimes.

—Estás tan enfermo... —susurré— ¿Cómo me encontraste?

—Este lugar es mi hogar, no esperabas que no te encontrara en él,  ¿o sí, preciosa?

—¡Bien! —grité llena de frustración sintiendo el como mis mejillas se humedecían debido a las lágrimas que comenzaron a salir— ¿Qué quieres? ¿Qué hago para que simplemente te vayas? ¡Estoy tan cansada, Fox! Extraño a mi familia, extraño todo y mientras más busco más me doy cuenta que no encuentro nada... No tengo nada.

Ignoré el hecho de que me viese destrozada, las lágrimas ácidas y mi voz hecha trizas lo ignoraron a él e incluso a mí.

—¿Crees que me importa? —preguntó soltando una risa— Me vale una mierda, y ahora dime, ¿aceptarías acostarte conmigo? Lo dudo mucho después de la última vez que nos vimos. Así que simplemente te tomaré, las cosas son así.

—No claro que no... —susurré con tristeza mientras un sollozo más salía de mi garganta— nada tiene que ser así.

—Me dejaste completamente erecto aquélla noche, me golpeaste, escapaste, y me trajiste muchos problemas más —dijo en forma de advertencia—. Ahora cerrarás esa boquita sucia que tienes y te pondrás completamente a mi merced como la zorra que eres y que siempre serás.

—Fox...

—¿No quieres revolcarte con uno más? ¿No conmigo? —cuestionó entre risas— Porque a mí me encantaría. El hecho de saber que a Fred le disgustaría lo vuelve más interesante.

—Cierto, me disgusta mucho —escuché detrás de ambos— No sabes cuanto, maldito idiota.

Fred relamió sus labios y no lo pensó dos veces para después plantarle un golpe lleno de furia al pómulo de Fox.

Nuestras sombras {Fred & Tú} EDITANDO #O3 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora