Capítulo 6

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Aquella sonrisa, la conocía. No del todo pero lo hacía. Existía algo en su interior que le decía que aquella sonrisa había formado parte de su pasado, pero como todo el tiempo, no lograba recordar nada.

Sus manos se separaron de manera lenta, disolviendo la unión que por largos segundos se mantuvo intacta, con el objetivo de no ser separadas.

Sintiendo una extraña sensación aparecer en su estómago cuando dichas manos estuvieron totalmente alejadas, elevó su vista hacia aquellos ojos cafés que la miraban de una manera anhelante, como tratando de mostrar algo, mostrarle algo deseoso para ella, necesario y vital para ambas. Frunció su ceño pestañeando a la vez, sin apartar su mirada de aquella enigmática que delante de ella se posaba.

Su respiración era acompansada, lenta, tranquila. Pero los latidos de su corazón tenían un ritmo diferente, sintiendo a su vez la adrenalina recorrerle por sus venas, logrando que su sangre se encrispara y que su piel se erizara.

Un vano recuerdo llegó a ella, uno que siempre estaba presente en su mente, en su corazón y en su alma.

Cerró los por inercia dejando que aquel borroso recuerdo se apodere de sus pensamientos.

Y la vio...

Una vez más la vio.

Aquella mujer...

En aquel bar...

A metros de ella...

Con su rojo vestido...

Con sus miradas penetrantes...

Con su perfecta sonrisa...

Caminando hacia ella...

De forma lenta y seductora...

En cada paso, un latido errático...

En cada avance, una emoción se marcaba en su piel...

Y al estar delante de ella, un tatuaje se creó perforando su alma...

La recordaba.

Aquel beso...

Aquellas palabras...

Aquella mujer...

La recordaba.

Todo recordó.

Pero no su rostro.

No recordó las facciones de aquel desconocido rostro...

No recordó ningún rasgo de aquella cara...

No.

No lo pudo hacer...

No la pudo recordar...

Y se lamentaba...

Aquello la lastimaba...

Sintió el aire faltarle, ahogándola en la prisión de la desesperación.

Desesperación por no reconocerla. Por no recordarla.

La gravedad pareció no existir porque su cuerpo se sintió caer en un precipicio sin fin. Sus piernas temblaron junto con el nerviosismo que atrapó de manera aferrante sus manos. Su garganta seca la hacía asfixiarse y su corazón empezó un palpitar trágico por hallar una salvación hacia aquel cuerpo que se sentía morir en vida.

Llevó la mano a su pecho palpando, literalmente, la opresión que se formaba de manera dolorosa, de sus labios salió un quejido, uno que marcaba dolor, daño, perjucio. Sus ojos aún se mantenían cerrados, obligándola a tener una visión de aquel borroso rostro. Lastimándose, hiriéndose, dañándose por no poder hacer que su mente logre recordarla.

TIME ||HANIXLE|| -- EXIDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora