Lentamente abrió sus ojos, sintiendo pesadez en ellos, siendo sofocados por la luz se que colaba en la ventana para inmediatamente cerrarlos. Una vez más los abrió con prosa pestañeando tres veces y de esta manera poder adaptarse a la claridad de la resplandeciente mañana.
Lo primero que pudo notar fue la pared coral delante de ella con recuadros de fotografías de personas extrañas. Frunció su ceño ante aquello no sabiendo en donde se encontraba ¿Acaso estaba en alguna habitación de un hotel? Eso no podía ser, en los hoteles no existen recuadros de fotografías, entonces ¿En dónde se hallaba?
Apoyó sus manos en el suave colchón con la intensión de sentarse pero fue un terrible error al sentir un dolor recorrer su cuerpo. Un quejido salió de su boca para a su paso cerrar los ojos en un apretón forzoso, y decidiendo que debía ser cuidadosa, una vez más intentó sentarse. Tragando el nudo en su garganta lo hizo mientras palpaba el agudo dolor en su parte baja. Se miró a sí misma, pudiendo notar en aquel instante su desnudo cuerpo. Abrió sus ojos en demasía, su garganta se apretó dificultándole el respirar. Sus sentidos se alertaron cuando un brazo que no era el suyo se posaba sobre sus muslos.
Con el susto recorriéndole su cuerpo giró lentamente para de esa manera hallar a la persona dueña de una noche de aventura.
Su corazón se aceleró y una hermosa sonrisa surcó sus labios, recordando de esa manera todo lo que en la noche anterior vivió.
Los labios ajenos sobre los suyos devorándose, los gemidos y jadeos agudos, el movimiento brusco, las embestidas, las aferraciones en su hombro, su nombre salido de la boca contraria, su forma de moverse, su cuerpo débil ante las sensaciones que ella misma le provocaba, sus sentimientos encontrados, los palpitos acelerados de ambos corazones y el deseo carnal mientras se ahogaban en la llama de pasión y placer.
Esa fue su manera de amarse en tal acto profano.
Recordó cada detalle mientras veía como Heeyeon dormía plácidamente entre sábanas blancas que la hacían ver como un bello ángel.
En cómo antes de caer dormidas se miraron y se aferraron entre sus brazos con el miedo palpable de perderse. En cómo en la madrugada, mientras los pájaritos nocturnos y búhos cantaban en una sincronía perfecta, ellas nuevamente se entregaron, probando una vez más ese pecado eterno y adictivo que se tenían, siendo sus gemidos aquellos cantares que se combinaron con la música nocturna que un cielo oscuro con animales siendo libres le brindaron, llegando al orgasmo infinidad de veces hasta sentirse desmayadas.
Recordó cada detalle a la par que sonreía al sentirse feliz y completa. Porque amanecer en los brazos de la mujer que amaba era su anhelo más grande, era esa parte incompleta en su vida para poder ser feliz y ahora, viéndola allí tan vulnerable y frágil, su corazón dictaminó que amarla era lo correcto.
Se safó de su agarre, se alejó de aquella cama, caminando hacia el lugar donde sus ropas se encontraban esparcidas.
Llevó su vista nuevamente hacia Heeyeon y sintió su rostro encenderse al verla desnuda. Tragó en seco y apartó su vista para alejar aquella bruma de pensamientos pervertidos pero siendo imposible porque en su mente se proyectaba cada hecho de la noche anterior, la piel brillante de Heeyeon debido al sudor recorriendo su cuerpo, las expresiones de gusto en su rostro cuando sus dedos se adentraban en su cavidad vaginal, las irregulidaridades en su respiración producto de los gemidos y más. Aquellos hechos la hicieron jadear y que su intimidad se empiece a mojar por querer sentir de nuevo aquellas sensaciones.
Sacudió su cabeza obligándose a alejar aquellos pensamientos. Con total tímidez y con su respiración fallando se dirigió hacia Heeyeon para tapar su desnudo cuerpo con las desordenadas sábadas. Con temblorosas manos lo hizo mientras trataba de apartar su mirada de aquel arte de cuerpo que Heeyeon poseía.
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TIME ||HANIXLE|| -- EXID
FanfictionAnh Hyo Jin una chica con un frío corazón, mente que apartaba la palabra amor en su totalidad, con un lindo rostro, curvas que delineaban con fugaz pasión su cuerpo, sonrisa que poco mostraba y miradas que entristecían a cualquiera. Olvidar a su ant...