Despierto en una habitación desconocida, ordenada a la perfección y pintada de un pulcro color blanco, me pongo de pie y camino hasta el baño con la intención de ducharme, llego hasta el espejo y me miro, no luzco tan mal como la noche anterior, tomo un cepillo dental que aun se encuentra empacado y me aseo antes de tomar un baño relajante.
salgo de la ducha, me visto y salgo para enconarme con Adrienna. Escucho ruidos provenientes de la cocina y me dirijo allí, me paro de repente al encontrarme de frente con Ignazio.
— Oh lo siento.— Me disculpo y me hago a un lado. Ignazio ladea un sonrisa y continua su camino.
— descuida, ¿quieres algo para desayunar?— De la alacena saca una olla y regresa a la estufa.
— Claro, ¿Adrienna está?
— No, salió a la universidad.
— Ah.— Tomo asiento en la barra del comedor, y miro atenta todos los movimientos ágiles de Ignazio. — ¿Sabes? si yo cantara la mitad de bien de lo que tu lo haces, seguro de diría a todos. ¡hola, soy Ignazio y canto perfectamente! ¡hola, soy Ignazio y mi rango vocal es asombroso!— El chico suelta una carcajada y voltea a verme divertido.
— Eso seria raro.
— eso seria divertido.— me lanza una mirada acusadora y sonrió — Bueno, sí. Raro.
— Si hay algo que amo es cantar— me dice al momento que nuestras miradas se conectan y comprendo que lo dice de corazón — Por eso mismo no alardeo de ello.
— concuerdo contigo, ¿como aprendieron a hablar también el español todos ustedes?
— Con clases particulares, muy lindo idioma. Gianluca lo habla más fluido.
Sirve una especie de pasta color rojiza en dos platos y me entrega uno, mientras desayunamos lo observo entre momentos para estudiar sus movimientos un poco, y estudiarlo en general a él. Me parece un chico muy educado y amable. Sus ojos son pequeños pero lindos, su cabello luce genial con la parte mas alta larga y la inferior más corta que el resto, esa barba incipiente y el arete en su oreja hace que se vea relajado y más informal de lo que es realmente.
— ¿sabes?— sin terminar de masticar voltea verme y balbucea supongo una señal para que continúe hablando, sonrío. — me gustaría aprender su idioma, no es muy diferente pero no entiendo todo lo que dicen.
— puedo enseñarte lo que gustes, estoy algo libre— ladea la cabeza mientras juega con los cubiertos, pero no me dedica ninguna mirada.
— vale— cuando estaba a punto de preguntarle sobre las canciones de la noche anterior su teléfono comienza a sonar y se disculpa para tomar la llamada en la mesa.
—Ciao?, Piero— sonrie mientras habla con su amigo, se nota el cariño y la confianza que se tienen—si, no, sono con Amelia— pronuncia mi nombre y voltea a verme para guiñarme un ojo —sì, puoi venire, non tardare.
cuelga y suelta el aire de sus pulmones.
— Los chicos vienen, pasaran el día aquí — me comenta como si tuviera que aprobar la estancia de ellos aquí, cuando yo soy la intrusa, sonrío y me levanto de la mesa.
— ¿terminaste?— pregunto para poder tomar su plato y lavarlo en la tarja.
— sí, pero yo lavaré esto— se levanta y me quita el plato sucio de las manos, teniéndolo de frente y tan cerca a mi puedo ver la notable diferencia de estaturas.
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Melodías del corazón
Romance"El auge de un nuevo grupo de PopLirico vuelve loca a las chicas" La vida siempre te lleva por lugares inimaginables, pero ¿Como sabría Amelia que un viaje de trabajo la llevaria a triunfar en la vida, la música y en el amor? No, no todo fue fácil...