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Pov Ignazio.


Mi hermana y Amelia llevan todo el día corriendo de un lado a otro por toda la casa,  primero acomodando todo a la hora de la limpieza, luego cocinando y ahora buscando vestidos para lucir en la presentación. Es una costumbre vestir formales en nuestros cantos, ya que nos gusta representar la música clásica de nuestra bella italia.

Aunque no me importaria que Amelia vistiera casual, Adrienna insiste en arreglarla. De igual manera me parece realmente hermosa, con jeans al abordar en el avión, con su ropa empolvada aquella noche o en pijama por las mañanas, sigue luciendo perfecta.


Al pasar frente a mi me mira y sonríe mientras ocomoda un cabello rebelde que cae sobre su rostro.

Camino a mi habitacion y comienzo a desarrugar mi traje. Cuando ya está listo saco los utensilios para sacar brillo a los zapatos. Adrienna entra corriendo y tiro cera negra por todo el suelo.


-Guarda cosa hai fatto!- En ocaciones mi hermana me saca de quicio.


-Mi dispiace- se disculpa poniendo cara de inocencia.


-no Adrienna, fai sempre cose del genere- La reprendo para que aprenda la lección.


-¡Ignazio!- Dramatiza y enseguida Amelia aparece a travez de la puerta. Respiro profundo y me guardo lo que iba a decir.


-¿Todo bien?- Pregunta Amelia con cautela, su presencia me hace sentir una extraña sensacion de alivio.

-tutto bene.- me apresuro a responder antes que Adrienna exagere las cosas.

Mi hermana me mira mal y sale de la habitacion anunciando que se dara una ducha.

Me quedo a solas con Amelia, le hago un gesto invitandola a entrar. Ya con confianza me ayuda a limpiar lo que se ha derramado y se sienta junto a mi para conversar un poco, nos entretemos más de lo que teniamos planeado, se me pasa el tiempo tan rapido con ella que Adrienna llega a gritarme porque no dejo que su amiga se arregle. Amelia se ríe mientras mi hermana se la lleva a gritos dramaticos.


Me meto a la ducha y me aseo rápido para poder vestirme con el traje e ir por las chicas para llegar a tiempo.


La primera en salir es Adrienna, con un vestido largo y azul oscuro, luce igual a nuestra madre, detras de ella aparece Amelia con un vestido Negro azabache, su belleza me absorbe y olvido completamente como hablar.

-¿Como nos vemos Ignazio?- Pregunta la voz chillona de mi hermana. Sin mirarla le digo que se ve bella. 

Sus ojos se clavan en los míos, tiene la más bella sonrisa jamás vista, el vestido resalta su color de piel y las pequeñas curvas formadas en su esbelto cuepo. Tiene el rostro mas angelical que he visto y yo solo la veo con cara de idiota.


-son realmente... Realmente bellas.- Adrienna agradeció dandome un beso en la mejilla y me sentí un buen hermano, aunque en mi interior mis palabras fuero únicamente dirigidas a la hermosa extranjera.

Melodías del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora