Al principió resulto increíble escuchar las historias de Hermione, sobre como ella y sus amigos; Harry Potter y Ron Weasly, peleaban con Trolls y burlaban obstáculos mágicos, todo para rescatar la Piedra Filosofal. Luego fue cansador, creo que para ese entonces ya me sabía de memoria la historia, y entonces, un día en el desayunó, me puse a pensar «¿Porqué Hermione vive esas aventuras, y yo no?» «¿Porqué mi familia no es magica?» «¿Porqué tengo que ser normal?» «¿Hay alguna oportunidad de que yo sea una bruja?» Entonces toda sensación buena se convirtió en un malestar en el pecho llamado celos, cada vez que Hermione contaba su estadía en Hogwarts.
¿Eso estaba bien? No lo sabía, y creía que no. Pero no lo podía evitar, por más que la quisiera, no podía evitar sentirme así.
—... Y entonces el Troll...-comenzó Hermione a contar su historia, por décima vez en el día.
Comprendia que estuviera emocionada por tener amigos, ser una bruja y todo lo relacionado a ello.Pero, ¿no podía dejar de contar su fabulosas historias por lo menos un día? Tal vez pensaba de esa manera porque estaba celosa. Quien sabe... Solo estaba consciente de que no podía seguir escuchando a Hermione hablar sobre Trolls. Deje mis platos en el fregadera y subí a mi habitación en silenció.
Desde el pasillo se podía observar la pieza de Hermione, la puerta estaba entreabierta. Invitándome a pasar.
«¿Podría hechar un vistazo entre sus libros de Hogwarts?» «¿Podría conjurar algún hechizo, como Hermione?» «¿Podría ser yo una bruja?» No lo sabía, pero estaba decidida a comprobarlo.
Ya en su cuarto vi el baúl de Hermione, a los pies de su cama. Lo abrí y saque el primer libro que ví.
—«El libro reglamenteario de Hechizos (Clase 1), Miranda Goshwak»—leí.
Me senté en el suelo y abrí el libro por la primera página.
Y así leí durante horas y horas, y sin ser molestada. Aveces detenia mi lectura para escuchar que no se acercara nadie. Y nadie se acercaba.
—¡Hija, ordena tu cuarto!—escuche como me gritabai madre desde el piso de abajo.
—Voy... —le respondí.
Guarde los libros que había sacado en el baúl de Hermione, y al salir deje la puerta entre abierta, tal como la había dejado mi hermana.
Camine hacia mi cuarto, el cual era un chiquero, púes no lo había limpiado desde hace una semana.
Me daba «mucha» pereza levantar las cascaras de fruta, ordenar mi cama, barrer y quién sabe qué más.
De pronto, uno de los hechizos que había leído en los libros de Hermione se me vino a la mente.
—Fregotego—exclame, y todas las manchas se empezaron a limpiar solas.
Abrí como platos los ojos.
—Funcionó... —susurre atonita.
Yo era una bruja.
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Una Granger diferente [UGD#1]
Fanfiction❛ser diferente no es malo, sí muy complicado❜ LIBRO 1: La Cámara de los Secretos (EN PROCESO) Portada hecha por @elineruledeso ¡Gracias!