Le dolía todo el cuerpo. Notó como sus manos y piernas estaban atadas, además de q no.notaba la presencia de sus gafas sobre su nariz. Su bebé le pateaba dese dentro, como si quisiera q se despertase.
Cuando lo hizo, se encontró en una especie de sótano con paredes de metal y las frías valdosas dobre las q estaba tumbado. Había una cama con una fina sábana y un gran amario de madera. Su cuerpo estaba lleno de ematomas graves y numerosos corres. El suelo estaba salpicado de sangre.
Kidou desesperado, se despejó de golpé y trató d identificar el lugar.
La estética y el estilo le resultaba familiar, pero no había visto esa habitación en su vida.
De pronto, escuchó uno pasos q bajaban por unas escalera de metal. La puerta de la sala se abrió y allí estaba él...Kageyama.
-¿QUE? ¿POR Q?- gritó Kidou desesperado.
- Hola Kidou. No sabes cuanto me alegro de verte.
-¿Q quieres de mi? ¿por q me hace esto?- ese brillo de ira y odio relucìa con fuerza en sus ojos carmesí.
- Venganza.- dijo el mayor con una malvada sonrisa.- Tu y tu marido me habeis arruinado la vida y, aun por encima, me arrebatasteis a los unicos jugadorcillos decentes q quedaban.
-Si te refieres a Sakuma y a Genda, te diré q ellos son mejores q cualquiera.- hubo un breve silencio y Kidou volvió a hablar.- ¿Q clase de venganza tienes planeada?
- Ya creí q no me lo preguntarías nunca.- Kageyama se acercó al armario y habló dándole la espalda.- En primer lugar; esperaré a q la criatitura nazaca, mara matarlo frente a su madre, es decir, tu para ver como sufres. Luego te mataré a ti y le enviaré tu cabeza a tu amorcito. Y... en fin. No creo q haga falta q mate a Fudou pues seguramente ya lo haga èl.
-¡¡¡ESTÁS ENFERMO!!! ¡¡¡PUTO PSICÓPATA!!! ¡¡¡PAGARÁS POR ESTO!!! ¡NI SE TE OCURRA PONERLE UN DEDO EN CIMA A MI BEBÉ O LO LAMENTARÁS!
Kageyama se comenzó a reir a carcajadas para luego abrir el armario. Este contenía todo tipo de armas de tortura. Desde un cuchillo hasta un bate de pinchos. Luego se fue, dejando a Kidou solo y asustado.
-Aaaah- un terrorífico dolor hizo q se retorciera. Su vientre estaba muy alterado debido al estrès. Kidou no pudo evitar llorar. No por el dolor, si no por el miedo q sentía con solo pensar q podría perder a su hijo.En otra parte:
Todos llegaron corriendo a casa de Fudou. Tanto ukes como seme. Este estaba a punto de estallar.
-¡MALDITO DESGRACIADO! ¡ME LAS VA A PAGAR!
-Fudou, relajate o si no no llegaremos a ningún lado.- trató de tranquilizarlo Sakuma.
-¡¿ Q ME RELAJE?! ¡ESE TIPO TIENE AL AMOR DE MI VIDA Y A MI HIJO! ¡¿Y TU M PIDES Q M RELAJE?!
La actitud del ojiañil era estremecedora.
-¡Chicos! ¡Tengo algo!- anunció Haruna, q llevaba un buen rato intentando localizar a su hermano.
Todos la roderon alterados.
-He encontrado el último rastro de su movil. Está frente al Instituto Imperial.
-Claro, si era lo más lógico.- dijo Hiroto.
-Pero...- dijo la muchacha dudosa.- esto es muy extraño, e recogido los datos de los planos de las instalaciones pero no veo nada. Es como si se lo hubiera tragado la tierra.
«¿"Como si se lo hubiera tragado la tierra"?» a Fudou se le iluminó la cara de pronto.
-Ya se donde están.- todos le miraron interrogantes.- Kageyama había construido un sótano hace tiempo. Un sótano q no aparece en los planos.
-¡¿En serio?! ¡Eso es genial!- dijo Endo.
-Haruna, te debo una. Gracias.- la muchacha sinrió.
Cuando Fudou estubo a punto de irse, Goenji le agarró del hombro.
-Espera. No seas imprudente. Primero debemos organza un plan.
-Goenji tiene razón.- dijo Kazemaru.
-¡NO HAY TIEMPO! ¡¿QUEREIS UN PLAN?! Ukes se quedan, semes y Suzuno nos vamos. Haruna jaquea las camaras y nos habisa por un microfono.
Aun q fue explicado con rápidez, nadie se atrevió a llevarle la contraria. Daba demasiado miedo.
El plan, explicado d otra forma, consistía en q los ukes secquedaban con Haruna. Cuando los seme y Suzuno(por q le apetecía) llegaban al Instituto y olocaban unos chismes en las camra para q Haruna la controlara. Y mientras sus amigos le cubrían, Fudou buscaría Kidou sin descanso y lo traería de vuelta.Con Kidou:
El dolor era cada vez más intenso. «Por favor ahora no. Hijo mio ahorano».
-Aaaah- Kidou trataba de respirar y retener al bebé. No podía permitir q naciera allí, no podía permitir q le hicieran daño. Debía aguantar como fuera.En otra parte:
Como si fueran agentes del FMI, se repartieron los coches. Fudou, Goenji, Tsunami en el de Genda y Suzuno, Afuro, Tobitaka en el de Endo.
«¡NO ME LO CREO!» Nagumo escuchó como alguien abría el maletero. Saltó fuera y se avalanzo lleno de alegría sobre su esposo.
-¿Q hacias tu ahí metido?- dijo Suzuno contento de haberse reencontrado con su marido.
-Es q me estaba escondiendo de ti, pero me quedévayrapado.- de pronto, Nagumo se dio cuenta de q se le escapó algo q no debía haber dicho.
-¿A si...? Pues ahora verás....- Nagumo se estremeció.
El coche de Endo salió un poco más tarde por q estaba estropeado y por q Suzuno se encargó de deformarle la cara a su marido y se aseguró de q se volviera a quedar encerrado en el maletero.Con Kidou:
El pobre trataba de reprimir sus gritos de dolor y sus gemidos para q Kageyama no se enterara de q había empezado a tener contracciones. Lo q quería decir q el parto se adelantaría. Para su desgracia, lo más probable era q fuera esa misma noche.
Sus lágrimas caían como ríos. Su desesperación y su estrés le.pesaban demasiado. Cada minuto q pasaba, sus esperanzas se agotaban. Pero aun así, algo le decía q Fudou vendría a rescatarlo. Si hace diez años fue capaz de salvarle la vida cuando Kageyama le apuntaba con una pistola, justo cuando menos se lo esperaba, esta vez tb lo haría. Tenía fe en él y trataría de luchar hasta el final.
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El Rico y El Marginal 2
Hayran KurguHan pasado ya diez años y Fudou se arma de valor y le pide matrimonoi a su querido novio, Kidou. El estaba seguro de que le diría q si, pero lo q no se espera es el regalo q Kidou guarda, después de la boda, en su vientre para su marido. Los ukes si...