Capítulo 8
Pasaron poco más de tres años desde aquel evento, donde Trunks y Mai discutieron después de ir al cine. Él había decidido pasarlo por alto y hacer caso omiso del consejo que dio su padre, trató en vano de fingir que todo seguía bien, pero sus padres y sus amigos cercanos sabían que los problemas entre la pareja continuaban. Se había tragado su orgullo, cegado por el amor que sentía hacia la joven, llevaba una rutina que consideraba apropiada para un hombre con las responsabilidades que llevaría a cuestas, dentro de pocos años terminaría la universidad y oficialmente pasaría a ser la cabeza del gran monstruo empresarial en el que se había convertido Capsule Corp.
Sus días consistían en ir muy temprano al campus de la mejor universidad de la capital del Oeste, de ahí a comer a casa, y en las tardes las pasaba con su eterna novia. Debido al ritmo tan agitado de los últimos semestres y la investigación de su tesis, había tenido que prescindir de los entrenamientos con su padre y las niñas, que ahora eran unas pre adolescentes de 12 y 11 años. Para malestar de Vegeta, su hijo estaba perdiendo sus instintos saiyajines, decidió no presionarlo y dejar que cometiera sus propios errores, para que así, aprendiera a levantarse, "nada mejor que los golpes de la vida para madurar", se dijo convencido, la última vez que lo observó molesto, después de una de sus citas con la mujercita.
El híbrido caminaba por las calles, entre el bullicio acelerado de los habitantes de la ciudad, que apuraban sus pasos, la mayoría recién saliendo a su hora de comida. Cabizbajo, con las manos en los bolsillos de su chamarra de mezclilla, obsequio de su amada, cruzó la calle distraído pensando en los acontecimientos ocurridos en las últimas veinticuatro horas.
"Ella fue mi amante"
"Huyó conmigo a la edad de quince años"
"Así que eres el heredero de Capsule Corp. No lo dudo... A la perra le gusta volar alto"
"¿La sigue chupando igual de bien? Déjame decirte que yo le enseñé"
"La perra me abandonó por otro"
"Sí... le gustan los hombres con dinero"
-No... no es verdad, no Mai, no tiene lógica, es... imposible-. Se dijo a si mismo tratando de encontrar lógica. Debía estar mintiendo, ese horrible hombre debe estar obsesionado con ella y por eso inventó esa absurda historia, pero también aquel recuerdo de hace un año lo tenía muy presente, recordaba a la exactitud el rostro de su novia, de sorpresa, de miedo. Y la manera en que lo alejó, evitando así, seguir con la conversación que inició ese hombre.
**FLASHBACK**
La pareja de enamorados caminaba por una transitada calle de la capital de Oeste, tomados de la mano platicando y cargando las bolsas de su reciente compra.
-No hacía falta que me compraras ese vestido Trunks, es muy costoso.
-No lo veo como gasto... soy yo quien disfrutará al verlo en ti.
-Por lo que veo no hay manera de convencerte de lo contrario- dijo con una sonrisa entre dientes.
-No, no hay manera- contestó orgulloso, -no olvides utilizarlo con la ropa interior que te compré-. Guiñó un ojo de manera traviesa.
-¿Y para qué ocasión? Si se pue...- La muchacha no alcanzó a terminar su frase, pues había chocado su hombro con el de un hombre que caminaba hacia el lado contrario de la banqueta.
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Orgullo y tradición
FanfictionTrunks se encuentra entre el deber de una vieja tradición real o la libertad de poder dar el rumbo que quiera a su vida, debe elegir con sabiduría a su futura compañera. A pesar de no ser de su agrado la candidata Pan, aceptará por orgullo, pero int...