Orgullo y Tradición - Capítulo 2

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***Corregido***

Gracias por su visita. Antes que nada, quiero hacer una aclaración; la base de inspiración para mi historia son Dragon ball Z y Super. A Dragon ball GT no lo tomaré en cuenta, ya que de hacerlo tendría algunas incongruencias esta historia.

Orgullo y tradición - Capítulo 2

Cuatro meses pasaron desde que padre e hijo tuvieron aquella plática en el techo de la gran corporación. En ese tiempo ambos continuaron con sus vidas de manera normal, el más joven comenzó a restarle importancia a lo dicho por su padre, enfocándose en la relación que comenzaba con su huésped, inclusive le dio más formalidad al noviazgo, al informarle a su madre que la relación tomaba un rumbo más maduro.

Desde hacía cinco meses que comenzaron a darse uno que otro casto beso en los jardines de la propiedad, los cuales fueron subiendo de intensidad a partir de unas pocas semanas de práctica. Mai aceptó que pasaran de ser amigos cariñosos a novios, aunque Trunks la consideraba su novia prácticamente desde que la conoció, cuando él era un niño. En aquél entonces, cuando Mai y sus amigos llegaron a la corporación, enternecieron a Bulma y sus padres, quienes se caracterizaban por su desinteresado buen corazón. Después de todo, años atrás habían aceptado en su familia a un extraterrestre mercenario, el cual llegó a la tierra con la única intención de eliminar a toda criatura viviente. Si le dieron cobijo al hombre que tuvo intenciones de destruir la tierra, también lo harían con unos huérfanos que no tenían a donde ir, y de pasada su pequeño heredero conviviría con niños comunes, sin fuerza ni habilidades extraordinarias, ya que su único amigo era otro híbrido saiyajin. Otra de las causas por las que Bulma vio con buenos ojos la amistad de su hijo con los tres extraños niños, fue el hecho de que al convivir con ellos, podría comenzar a tener la humildad propia de sus abuelos, ya que el pequeño Trunks tenía mucha de la arrogancia heredada por parte de su padre, en gran parte porque lo admiraba y era su ejemplo a seguir. Con el tiempo, los tres integrantes de la pandilla de Pilaf fueron siendo considerados parte de la familia, por lo que Bulma tomó de buena gana la relación de la joven con su primogénito, pues la científica, erróneamente creía conocerla desde niña.

Pasaba del medio día, en la cocina de la corporación charlaban y reían Panchy y su hija menor. La mujer mayor decoraba con entusiasmo unos pastelitos, los cuales horneó para que su querido nieto se los ofreciera a su primera novia, ya que esa tarde verían una película en la habitación del muchacho. A pesar de vivir en la misma casa, Mai había visitado esa habitación en contadas ocasiones, casi siempre porque le pidieron de favor ir a darle un recado, la joven se había mantenido al margen de los sentimientos de Trunks hacia ella. Pero en los meses recientes, el híbrido dio un estirón de la noche a la mañana, sus rasgos infantiles ya no estaban presentes, ni en su rostro, ni en su cuerpo, sus pómulos no presentaban la redondez que los caracterizó durante la infancia, ahora lucían afilados y varoniles, al igual que el perfil de su nariz, la cual se asemejaba enormemente a la de su padre, pero el cambio más radical para todos, el que tuvo un lapso transitorio más corto, fue su voz, ya no era la de un niño. Comenzaba a asemejarse mucho al otro, al maduro que llegó del futuro hace años, al que la cautivó cuando viajó a su época en la máquina del tiempo.

-¡Que emoción hija! Nuestro pequeño tendrá una cita- chilló emocionada Panchy.

-Me impresiona lo rápido que pasa el tiempo, siento como si apenas ayer jugaba con mi niño a la pelota en el jardín- recargó su barbilla en la palma de su mano derecha, mientras perdía la vista en lo que hacía su madre, -creció tan rápido- suspiró. -Espero que se comporte como todo un caballero con Mai, nunca antes había tenido una chica de invitada en su habitación, al menos que yo lo sepa.

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