Capitulo 4

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- Por favor...

- No.- negó el alejándose de ella de nuevo. Eso hizo que ella gimiera de frustración. Se irrito ante su negación y trato de mover sus piernas para darse placer a si misma. Estaba tan cerca podía sentirlo.

Las manos de el se cerraron sobre sus caderas y su cuerpo se inclino sobre el suyo. Aun estaba vestido pero no le impedía notar el calor que exudaba su cuerpo ni la dureza que instalo entre sus piernas.

- No me hagas atarte a la mesa.- le indico deteniendo sus movimientos.

- No puedes hacer esto aquí. Cualquiera podría entrar.

- Eche la llave. Las paredes son gruesas, no oyen nada desde afuera. ¿O has cambiado de opinión y quieres irte?

¡Por supuesto que no quería irse! Y menos en el estado en el que estaba. De seguro si intentaba moverse un poco su orgasmo la catapultaría a otro mundo y estaría varios minutos sin moverse de donde hubiera caído. Sus manos empezaron a subir por los costados con suavidad y llegaron hasta la parte inferior de sus pechos. Metió las manos por debajo del sujetador y lo subió junto la camiseta para acunarlos el mismo con las manos. Eran perfectas para el, podía sostener cada una en su mano por completo mientras sentía el cuerpo de Alexia contraerse contra el. Era tan hermosa...

Llevaba dos años teniendo que sufrir por tenerla en sus clases y no poder acercarse a ella. Era su profesor, se suponía que tenia que mantener sus deseos en los pantalones y pensar con la cabeza. Solo quedaban dos semanas para que ella desapareciera de su vida y tuviera que dejar de fantasear con ella en su cama completamente desnuda a merced de sus deseos.

Encima ese día la mirada de Alexia era como de una loba. Se lo estaba comiendo con los ojos y esos iban directo a su entrepierna que cada vez estaba mas y mas comprimida en sus pantalones. Si por el fuera, en ese momento la hubiera follado delante de todos. Pero en cambio su humor había ido a peor y cuando se acerco a llamarle la atención no pretendía sonar tan duro. La había hecho llorar por sus palabras y eso tampoco se lo perdonaba.

Ahora la tenia solo para el unos minutos. Unos dulces y sabrosos minutos. Desde que ella le cayo encima ese día su deseo se inflamaba casa que a veía en sus clases. Suspiraba por ella durante las vacaciones pero había logrado verla de ves en cuando por la calle.

Le acaricio los pezones presionándolos suavemente al principio, después con mayor intensidad hasta que noto el limite de ella. Si...Era caliente, esa chica tenia fuego en su interior y el iba a encargarse de ser su catalizador para hacerla explotar hasta lugares en los que nunca había llegado. En la postura que estaba no podía catar sus hermosos pechos  y tuvo que contenerse con juguetear con ellos en sus manos. Tampoco parecía que a Alexia le importara como se movía bajo el a pesar que le había dicho que se mantuviera quieta. Era demasiado impaciente pero el se encargaría de domarla.

-¿Quieres correrte?

- Dios, si...- respondió sonando desesperada. El sonrió feliz por conseguir ese tipo de reacción en ella. Seria suya, tarde o temprano la tendría solo para el.

- No puedes hacerlo.

 Mi regalo de graduación  HOT (CHRISTOPHER VELEZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora