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JungKook se encontraba sentado en uno de los pupitres del fondo, sosteniendo un libro entre sus manos. Parecía sumiso en la lectura puesto que sus ojos recorrían la hoja con interés de principio a fin.

YoonGi lo observaba desde su lugar junto a la ventana, jugando frenéticamente con el lápiz en su mano. Nuevamente, su clase estaba sin supervisión. Sabía de la situación de su instituto mucho antes de que las clases comenzaran, y aún así, se llevó una sorpresa al vivirla con sus propios ojos.

Entonces se preguntó; ¿Por qué JungKook se había transferido a aquella escuela, teniendo en cuenta los problemas económicos que ésta sufría? Tenía la posibilidad de transferirse a alguna otra donde la situación económica no fuese tan severa, y sin embargo, ahí estaba. Sentado en el fondo de su clase, leyendo.

YoonGi no pudo resistir más a la tentación y se lanzó. Caminó con cautela hacia el chico sintiendo sus piernas temblar, y rezó para que ésto no se notara a través de sus pantalones de tela. Cuando estuvo a centímetros de él, dio unos suaves golpes con el índice en su pupitre para captar su atención.

JungKook elevó su vista del libro en sus manos, marcando con el pulgar la página donde había quedado. Enarcó una ceja, esbozando una media sonrisa.— Hiciste bien al no llamarme por mi nombre. Es un acto que me molesta —YoonGi lo miró un tanto confundido. JungKook se acomodó en su silla, preparado para explicar—. Las personas te llaman por tu primer nombre como si tuvieran la suficiente confianza contigo como para hacerlo. Es molesto. Siento que me faltan el respeto.

YoonGi mantuvo el silencio. Luego de su confesión, ya no sabía cuándo era preferible hablar y cuándo no. Era la primera vez en su vida en la que conocía una persona así y le llamaba mucho la atención. ¿Qué pasaría por su mente cotidianamente? ¿Habría algún momento donde se sintiera feliz?

Unos chasquidos de dedos frente a su rostro lo trajo de regreso bruscamente a la realidad. Observó a JungKook señalar el pupitre vacío a su lado.— ¿No prefieres sentarte? Tus piernas de gelatina deben estar cansadas por tanto temblar —Ofreció con un atisbo de diversión en su voz. YoonGi se inundó en una profunda vergüenza, pensó que no se notarían sus nervios.

Aceptó en silencio. Corrió la silla con el suficiente cuidado de no emitir ruido alguno que llegase a molestar a su extraño compañero y se sentó. Lo miró de soslayo, mientras el contrario volvía a dirigir su vista a su libro. Se aclaró la garganta.— Veo que ese libro te interesa mucho —JungKook lo miró de reojo. Se le notaba el fastidio de haber sido interrumpido, así que YoonGi se encogió en su asiento y se prometió a sí mismo no volver a abrir la boca.

Sin embargo, JungKook soltó un suspiro antes de responderle.— Bastante. 'Tempestades de acero'. ¿Lo leíste? —Por la cara del azabache intuyó la respuesta, así que reformuló su pregunta—. ¿Al menos oíste hablar de él? —Preguntó.

Bueno... no exactamente —Murmuró, haciendo al contrario entrecerrar los ojos, para luego negar con la cabeza, como si no pudiera creerlo. Yoongi soltó una risilla antes de volver a un semblante serio, con una nueva pregunta en su cabeza—. Jeon, he buscado acerca de Amon... Y, bueno, he averiguado que es el demonio de la ira —Habló. JungKook lo observaba sin ninguna expresión en su rostro, más que la de una falsa inocencia que ya era casual en él—. Y me preguntaba por qué me dijiste eso.

El castaño lo observó unos segundos para luego comenzar a reír a carcajadas. YoonGi se sintió un tanto estúpido. JungKook lo miró con incredulidad.— ¿De verdad no lo entendiste aún? Ese es el principal motivo por el que no deberías juntarte conmigo. Eres demasiado inocente —Dijo, volviendo a un semblante serio. Guardó su libro dentro de su mochila, la cual colgó sobre sus hombros tras haberse levantado del pupitre donde estaba sentado. Miró al chico desde la altura—. Esa inocencia tuya es bastante atrayente, YoonGi.

El azabache quedó paralizado. No se sentía inocente, se sentía tonto. De repente mucha información estaba ingresando a su cerebro y no le daban la posibilidad de tomarse un respiro para pensar. ¿Acaso JungKook estaba refiriéndose a sí mismo como un demonio? Eso debía ser una locura.

—...Pero no lo suficiente para mí.

Y dicho esto, se despidió de los demás con una gigantesca sonrisa antes de caminar fuera del salón, lo cual hizo que YoonGi no dejara de pensar en él en ningún momento.

Look Pretty | KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora