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Hola, Kookie. —Saludó YoonGi, acercándose a él con una sonrisa tímida después de casi tres meses sin haberse visto.

Luego de la sesión que YoonGi había presenciado, le hicieron varios estudios a JungKook y decidieron internar al castaño en el hospital para así poder comenzar con su tratamiento, por lo que durante todo este tiempo no tenía permitido las visitas tanto familiares como de amistades.

Pero por fin habían podido verse. JungKook se levantó del banco en donde estaba sentado y se acercó a él para darle un abrazo, el cual el contrario correspondió gustoso. Se habían extrañado demasiado.

¿Cómo te sientes? ¿De qué me he perdido? —Preguntó el más alto, ahora separándose de él. YoonGi se preparó para contar; se había perdido de demasiadas cosas.

A mí no me pasó nada, en realidad, fue JiMin quien sufrió bastante... Pues, hicieron una denuncia a su médico por violación, y descubrieron que éste hombre ya tenía otras tres denuncias desde antes... Pero lo bueno es que ahora JiMin está mejor, se está preparando para el juicio y contrataron a un buen abogado. Y HoSeok va a estar con él.

— ¡Pobre chico! —JungKook negó con la cabeza, sintiéndose disgustado al pensar en todo lo que el pequeño tuvo que pasar. El castaño pensó en que, si no hubiera hecho ese tratamiento, ahora mismo estaría explotando en una furia incontrolable, capaz de hacer cualquier cosa.

Pero no. Había mejorado. Por fin estaba teniendo más control en sí mismo, lo cual lo enorgullecía.

Por cierto, JungKook... —El tono de voz de YoonGi le indicó al de más alta estatura que algo andaba mal—. El otro día estaba con tu padre ayudando a ordenar el ático, y encontré esto... —Le tendió un cassette, como los que se usaban un par de años atrás. Cuando lo inspeccionó, se dio cuenta de que tenía algo escrito sobre la tapa; una fecha y un "para JungKook" con letra en cursiva.

Es de tu madre. —Finalizó YoonGi, y el castaño sintió como su mundo se caía a sus pies—. Lo grabó un día antes de morir. Pensé que quizás te gustaría verlo.

— Yo... No sé qué decir...

De verdad no sabía qué decir ni qué hacer. Su mente era un remolino de emociones que durante tres meses había intentado evitar. Toda la paz y tranquilidad que tenía hace unos segundos se había ido por completo y ahora quedaba un confundido chico que volvía a comportarse como adolescente y no como paciente.

A tu padre se le ocurrió la idea de que, después de verlo, lo lleváramos al cementerio y lo pusiéramos en la tumba de tu madre. Pero eso lo decides tú. ¿Estás de acuerdo?

— Primero necesito ver el cassette.

Ni siquiera esperó a despedirse; tras tener el cassette entre sus manos, comenzó a caminar a largas zancadas hacia la gran estructura del hospital, dirigiéndose hacia la sala de descanso que tenían las enfermeras, donde sabía que había una radio de aquellas viejas donde se podían reproducir este tipo de vídeo. YoonGi lo observó partir, y se sentó en la banca en la que antes el castaño se encontraba para poder esperarlo.

A JungKook no le permitían entrar en ese salón porque era únicamente para el personal, pero no le importaba. Si debía echar a alguien a paradas de allí, lo iba a hacer. Pero necesitaba ver qué tenía su madre para decirle.

Corrió escaleras arriba encontrándose con médicos que lo miraban extrañados y pacientes que lo saludaban con una sonrisa, sin embargo, no correspondió a las miradas de ninguno. En ese momento, su objetivo era más importante que cualquiera de los que estuvieran allí.

Look Pretty | KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora