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   Como cualquier día YoonGi se encontraba en las afueras de su clase, masticando un chicle de frutilla que su hermano le había regalado, pensando entre tanto qué podía hacer. Ya habían pasado meses desde que las clases comenzaron y todavía su clase no conseguía un profesor, así que sus días se basan en hacer siempre lo mismo.

   En un momento, observa a SeokJin acercarse con una gigantesca sonrisa en el rostro hacia él. Al parecer algo bueno le había pasado, porque no muchas veces podía ver esa sonrisa en él.— ¿Te sacaste una buena calificación? —Preguntó, como una posibilidad. El castaño negó con la cabeza, sentándose a su lado.

   Por la forma en la que acomodó sus manos en su regazo y el rostro con el que lo miró, se dio cuenta de que esto era más grande que una calificación. SeokJin rio de los nervios.— TaeHyung me invitó a salir —Anunció.

   Se quedó en silencio.— ¿Cuándo?

   —Recién. Estábamos en el buffet para comprar algo de comer y me preguntó si quería tener una cita —Su hermano jamás se había visto tan feliz y radiante como en estos momentos, y YoonGi se sintió mal de no poder alegrarse por él.

   Se levantó de su asiento, sacando el chicle que tenía en la boca para tirarlo a la basura, debido a que éste de pronto le pareció insulso. Miró a SeokJin con una sonrisa fingida pero que resultara convincente para no preocuparlo.— Voy a ir a hacer algo, pero cuando regrese puedes seguir contándome acerca de eso.

   Salió casi volando del lugar hasta que por fin se encontró en el buffet del que su hermano hablaba. Efectivamente, TaeHyung se encontraba ahí, con una bebida de naranja en mano y un libro en la otra. No dudó en acercarse, sentándose frente a él.

   —Oí que invitaste a salir a SeokJin, mi hermano —Fue lo primero que dijo. TaeHyung lo miró y asintió y sonrió, aunque su rostro parecía una mueca más que una sonrisa.

   Se quedaron en silencio, mientras el castaño volvía la vista hacia su libro. YoonGi suspiró.

   —Te acercaste a mí solamente para poder salir con SeokJin, ¿verdad?

   TaeHyung palideció, cerrando el libro con brusquedad. Intentó estirarse para tomar su mano, pero YoonGi estaba negado, y la alejó rápidamente.

  —Puedo explicártelo —Dijo el chico, desesperado, pero YoonGi no estaba dispuesto a escucharlo.

  —¿Explicarme qué? ¿Con qué fin? Ya tienes lo que querías; conseguiste sacarme información de SeokJin y ahora vas a salir con él. Felicidades. Espero que disfrutes tu cita —Dijo, levantándose del asiento, TaeHyung intentó detenerlo, pero no fue posible ya que el azabache lo empujó, haciéndolo caer—. ¡Déjame en paz, TaeHyung! —Gritó, antes de alejarse de él.

   Nuevamente, YoonGi estaba solo.

***

   TaeHyung ingresó en su hogar con un nudo en la garganta. Ya no podía alegrarse por la cita que iba a tener con SeokJin en unos días, solamente podía pensar en YoonGi y la forma en la que éste le gritó.

   Subió las escaleras del hogar de su hermanastro sin saludar a su próximo padre, con el que próximamente compartiría hogar. Hoy su padre no podía encargarse de él así que pasaría la noche con JungKook. Por una parte este hecho le aterraba, porque en sí su hermanastro daba miedo con esa mirada fría que te lanza.

   Tocó la puerta y al no recibir respuesta la abrió, pensando que su hermanastro no estaría dentro, pero se sorprendió al verlo sentado en el borde de su cama, con su mirada fija en sus zapatos.— Bienvenido —Dijo. Su pie se movía de arriba a abajo, golpeando el suelo de madera. Tragó saliva.

   —¿Gracias? —Dejó su mochila en el suelo, contra una esquina. JungKook se levantó de la cama y se acercó a la puerta para cerrarla. Aquello ya era una mala señal.

   —Espero que el infierno te resulte cómodo, Belcebú.

   —¿Q–Qué? —Tartamudeó, justo en el momento en el que sus ojos se fijaban en JungKook, quien lanzó un vaso al suelo haciendo que éste explote en pedazos.

   —¡TAEHYUNG, ERES UNA MIERDA! —Gritó. Parecía al borde de golpearlo—. Yo te dije que si querías acercarte a SeokJin debías hacerlo por ti mismo, pero sin usar a alguien más. Y no me hiciste caso, te acercaste de todas formas a YoonGi y lo heriste, y ahora te las vas a ver conmigo —Comenzó a acercarse al castaño, quien retrocedía con verdadero terror.

   —¡JungKook, aléjate de mí! —Exclamó, buscando por todos los medios algo o alguien que pudiera salvarlo del infierno que estaba a punto de caerle en la cabeza.

   Y justo en ese momento, el padre de JungKook ingresa en el cuarto y lo toma de ambos brazos con toda su fuerza, poniéndolos detrás de su espalda para detenerlo. El castaño se veía fuera de sí mismo. Sus ojos parecían inyectados en sangre, y por primera vez, pareció como si el diablo hubiese reencarnado en su hermanastro.

   —¡Hijo, detente! ¡Vas a hacerle daño y te estás dañando a ti mismo! —Gritó su padre, reteniéndolo. JungKook forcejeó en un intento de soltarse.

   —¡Voy a matarlo! ¡Suéltame! —Comenzó a gritar y a patalear. Su rostro tenía un ligero color rojo, mientras que sus nudillos se tornaban de blanco por la fuerza que estaba ejerciendo en ellos—. ¡Suéltame! ¡Tiene que sufrir! —Siguió forcejeando, cada vez más lento, hasta un momento donde pareció rendirse y cayó en el suelo de rodillas. Toda su furia se había vuelto cansancio que lo hizo cerrar los ojos—. Él no... no..., no puede salirse con la suya.

   TaeHyung tenía los ojos llenos de lágrimas, y temblaba, mientras se abrazaba a sí mismo. El padre de JungKook lo miró a los ojos y le hizo una discreta seña para que saliera del cuarto, y no dudó en hacerlo. Sus pies tropezaban con cada paso que daba fuera del lugar.

   Nunca más volvería a allí.
   No con ese demonio.

Look Pretty | KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora