Look Pretty | KookGi

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YoonGi debía admitir que estaba nervioso. Por más que intentaba poner su mejor cara, no podía hacer detener el fuerte golpeteo de su corazón en su pecho a punto de salirse, pues estaba por hacer lo que hace unos meses le habría sido inimaginable; conocer al padre de JungKook.

Había oído hablar de él. Sabía de su existencia y también que éste era gay, además de que estaba en una relación con el padre de TaeHyung, pero eso era lo único. Tampoco tenía idea de cómo se veía. ¿Sería alto, bajo? ¿Tendría el cabello largo, corto? ¿Cómo se llamaría? Ni siquiera sabía su nombre.

Soltó un suspiro en un intento de relajar los nervios, cuales tenía a flor de piel. No podía presentarse en la casa de JungKook de esa forma. “Vamos, YoonGi. Vas a conocer al padre de tu amigo, no a tu suegro”, se animó. Y entonces tocó el timbre.

No escuchó nada. No quiso apoyar su oído en la puerta para ver si se escuchaba algo desde adentro, pues tenía miedo de ser descubierto en el acto, así como en las películas. Así que esperó en su lugar, preguntándose si debería tocar de nuevo, y al final eso hizo.— ¡Ya voy! —Escuchó la voz del castaño en el interior del hogar, y eso lo tranquilizó un poco.

La puerta fue abierta a los pocos segundos de que la persona detrás de ésta le hablara y dejó ver al alto y lindo muchacho de nombre JungKook, quien vestía una simple remera negra y unos pantalones sueltos que lo hacían lucir un estilo casual. YoonGi lo saludó con una rápida reverencia.— Vamos, tonto. Llegaste a tiempo para el almuerzo. —Dijo el contrario, haciéndose a un lado para dejarlo pasar.

Caminó el pasillo del hogar. No estaba muy iluminado como el suyo, sino que tenía un aspecto bastante oscuro que le daba una pinta aterradora, pero que dejó pasar. Se adentró aún más en el lugar hasta llegar a la cocina, donde el padre de JungKook servía la comida.

El hombre se dio vuelta y YoonGi se vio realmente sorprendido cuando descubrió que no se parecía en nada a JungKook. Lo único en común eran sus ojos, ambos de color marrón que reflejaban oscuridad. El chico lo saludó con timidez.— Tú debes ser el famoso YoonGi. JungKook me ha hablado de ti. Siéntate, por favor. —Señaló el asiento al lado del de JungKook. Obedeció, mientras esperaba a que el hombre le sirviera de comer.

El castaño le tocó el hombro discretamente.— Relájate. Noto desde aquí tus nervios. —Ordenó el chico, haciéndolo asentir, aunque ahora se sentía muchísimo más nervioso que antes—. Esto no es un interrogatorio, solo un almuerzo, ¿bien? —Susurró ahora con una voz más tranquila que lo ayudó a relajarse un poco.

El padre de JungKook tomó el plato de YoonGi y lo llenó de gimbap, el cual lo dejó cuidadosamente frente a él, embriagándolo con tu delicioso aroma. El chico sonrió. Esa era una de sus comidas favoritas, hacía mucho que sus madres no la preparaban.

—Lamento preparar una comida tan simple, no soy de cocinar mucho. —Se disculpó el hombre, pero al instante YoonGi negó con la cabeza.

—No se disculpe, esta es una de mis comidas favoritas. Permiso. —Se llevó uno a la boca y le dio un gran bocado, esbozando una sonrisa al volver a sentir ese sabor tan familiar—. Está delicioso.

—A esto le vendría bien salsa. Iré a preparar un poco. Ya vuelvo. —Dijo JungKook, levantándose de su asiento, hasta salir de la cocina.

El ambiente quedó en un cómodo silencio que llenado por el aroma que desprendía el gimbap. El padre de JungKook se alejó de la sartén durante unos segundos, quitándose los guantes blancos de goma de las manos, sobre dejarlos sobre la mesa. Se sentó frente a el chico, mirándolo fijamente.

—¿Te gusta? —Preguntó. Parecía estar conteniéndose. Como si se estuviera decidiendo entre hacer algo o no.

—Sí, está bueno. —Asintió, saboreando la comida.

Siguió comiendo en silencio un poco más, hasta que el padre abrió la boca.— JungKook te agrada, ¿no? —Comentó el padre, para crear conversación. El azabache asintió nuevamente con la cabeza, con la boca llena.— ¿Sabías que es adoptado? —Se atragantó con la comida. Debió de ayudarse con palmadas en el pecho para tragarla. Bebió agua al instante, mientras el hombre frente a él entrelazaba sus propias manos, paciente.

—¿P-por qué usted me está contando esto? —Habló cuando por fin no tenía comida en la boca.

El hombre suspiró.— JungKook es un chico bueno... De no tan buenos actos. Por eso quiero saber si oíste o viste hacer algo que lo comprometa.

Se quedó en silencio.

“—Porque... Creo que ha sido él quien puso un pájaro muerto en el picaporte de mi casa, y... No lo sé, está enfermo, YoonGi.”

“YoonGi, yo maté a alguien”.

“Verás... Dios me está castigando porque cree que soy demasiado para él.”

“Nadie en este mundo es buena persona, YoonGi. Todos somos pecadores.”

“...Ojalá no hubiera matado a esa persona.”

Negó. —No, no oí nada.