Después de tanto tiempo, la clase de YoonGi por fin tenía un profesor. Una gran noticia, a decir verdad, pues desde que comenzaron las clases hasta el momento nunca hubo una autoridad en el salón más que para cuidarlo durante algunos minutos.
El nuevo profesor ingresó al salón a paso seguro ordenando a todos los alumnos a guardar silencio, los cuales obedecieron sin rechistar. Todos estaban tan sorprendidos como YoonGi de ver a un mayor en el salón, y en el fondo, se sentían emocionados de por fin poder aprender algo, aunque estaban seguros de que en unas semanas extrañarían esa libertad de no hacer nada.
—Buenas tardes. Mi nombre es Kim Jonghyun, y seré su profesor hasta que me transfieran a otra clase. Mientras tanto, espero que podamos llevarnos bien —Dijo éste, haciendo una reverencia. Todos los alumnos los saludaron de la misma forma.
El rubio salió de la clase un momento y cuando regresó traía una mesa giratoria con un televisor encima, al cual lo encendió, dejando ver el nombre de una película. Toda la clase aulló, entusiasmados.
—Veremos un fragmento de una película y luego vamos a discutir de aquello todos juntos —Aclaró, tomando un control remoto—. Apaguen las luces, por favor —Un alumno se inclinó sobre su pupitre para alcanzar el interruptor con su mano, apagando la luz—. Muchas gracias. Presten atención —Y tras decir eso, presionó ‘play’.
Al instante, y con las luces de la habitación apagadas y un remoto silencio, el televisor brilló mostrándose a un hombre charlando con otro. JungKook levantó la vista de su dibujo unos minutos, con poco interés, para echarle un vistazo a de lo que iba a tratar la película. Estaba seguro de que iba a aburrirle. Sin embargo, en cuanto miró, no pudo despegar la vista.
El hombre traía un arma empuñada en mano, con un dedo sobre el gatillo y el pulso temblándole. Mientras tanto, el contrario aclamaba por piedad. ‘Tengo familia. Tengo esposa e hijos’, dijo aquel hombre con lágrimas cayéndole por las mejillas. El labio inferior le temblaba al igual que todas las partes de su cuerpo. Estaba arrodillado en el suelo, acorralado contra la pared de un edificio, y se veía gravemente herido. Tenía moretones y cortes por todos lados, tanto rostro como manos.
JungKook tragó duro, con su saliva de repente espesa. Se sintió como si estuviera en mitad de un desierto. Una oleada de calor lo cubrió de pies a cabeza y comenzó a sudar sin motivo. ¿Desde cuándo hacía tanto calor en el lugar?
‘Yo también tenía familia, y tú me la quitaste; nos sacaste hasta el último centavo que teníamos, nos dejaste sin comer. Mis hijos murieron de hambre. Mi esposa enfermó y no tengo dinero para pagar una operación pronta’, Gritó el hombre que sostenía el arma. Parecía furioso y aterrado al mismo tiempo. ‘He aguantado mucho, pero no creo hacerlo más’ y le disparó.
La bala atravesó su pecho limpiamente y se enterró en los ladrillos que recubrían la pared a sus espaldas. Y así cayó el hombre; muerto. Sangre se deslizó como el agua del río que desborda y empapó las suelas de los zapatos del ahora asesino, quien cayó al suelo de rodillas, frente al muerto. No sonreía, pero tampoco lloraba; simplemente observaba. Como se podrían observar a los pobres animales enjaulados injustamente en un zoológico, incapaces de hacer algo para cambiarlo desde nuestra posición.
El pecho de JungKook comenzó a doler como si la bala lo hubiese atravesado a él en vez de a ese hombre, y se vio sus propias manos, temblando. Y cuando subio la mirada a la película nuevamente, ya no veía a aquellos dos hombres desconocidos; se veía a él. Se vio a él disparándose a sí mismo. Se vio a él tirado en el suelo, sangrando. Se vio a él de rodillas, observando.
Se vio. Una y otra vez. Hasta que ya no pudo resistirlo y saltó de su silla, tambaleando hasta quedar fuera del salón. En ese momento, por primera vez, sintió miedo de morir.
Siempre se dijo a sí mismo que no le importaría morir. No es que fuera a matarse o algo por el estilo, pero, si algún coche estuviera cruzando a una velocidad más alta de lo normal y él estuviese en mitad de la calle, no haría mucho esfuerzo en correrse.
Sin embargo, en esa situación, se aterró ante la simple idea de morir. Ahora tenía algo realmente bueno en su vida como para perderlo. No podía irse sin más.
Unas manos sostienen sus hombros por detrás y lo voltean. De repente, todo esto le parecía irreal, como si estuviera en algún tipo de sueño. Como si estuviera durmiendo, pero no del todo. Ve a YoonGi frente a él, hablándole, moviendo la boca, aunque sin emitir sonido.
Tenía miedo. Sentía que en cualquier momento sufriría un infarto. Su corazón palpitaba fuerte contra su pecho, tanto que parecía a punto de salirse. ‘¿Qué me está pasando?’, preguntó en su cabeza a alguien que no podría responderle.
‘Dios te está castigando’, dijo esa persona.
Y cayó.
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Look Pretty | KookGi
FanfictionRecuerda: una cara bonita no significa un bonito corazón. SIN EDITAR. Finalizada el 25/01/2019. #1 en KookGi el 26/2/2019. ¡La imagen de la portada no es mía! Créditos a @kkkktzr1 en Twitter. ⚠️ Se tratarán ciertos temas que pueden perturbar al púb...