Capítulo 14: Segundo gran invierno

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—Como quitarle un dulce a un bebe—Quill quebró el silencio creado instantes después de que la pantalla espectral se cerrara—Nada mal para un mago.

—¿Un brindis entonces?—Propuso Loki, retirando los accesorios de su cabeza.

—Su majestad—Interrumpió Byleistr—Puede que Odín se haya marchado por ahora, pero Asgard siempre estará observando...¿Quizás sea muy pronto para celebrar?—Terminó nervioso por la posible reacción de su Rey.

—Tienes razón—Reconoció cambiando levemente su expresión satisfecha.

Por milenios soñó con tomar la corona a sabiendas de lo que significaría; el guerrero le recordó cierto aspecto de su plan, que era necesario incluso si no le complacía a nivel personal.

Fuese por su propia naturaleza o por la crueldad que padecieron por tanto tiempo, los Jotun carecían de una conducta frívola y libertina. Su prepotencia, encanto y carisma contrastaba como agua en aceite, con la de su pueblo; por lo que era evidente que de ahora en adelante, debería enfriarse y menguarse en aras de hacer lo correcto.

Tal vez algún día las cosas serían diferentes, el reino de escarcha se adaptaría y la dura transición daría paso a una aceptada costumbre; podría pasearse por los caminos congelados, riendo, compartiendo burlas y comentarios subidos de tono, tales como los que frecuentaba con el mercenario.

Su actualidad era otra, una en la que primaba la lealtad y obligación como soberano de Jotunheim, por encima de todo, incluso de sí mismo.

—Confía en mí, estamos a salvo por ahora—Declaró el hechicero—Odín no tiene la menor idea de lo que ocurre; su clase es tan obstinada y orgullosa que le permite volver a casa creyendo que tiene todo bajo su control.

—En ese caso, ¿Cuáles son sus órdenes?—Preguntó el guerrero.

—Es nuestro turno de reagruparos y fortalecernos—Loki se puso de pie y transitó hasta la entrada del salón—Caminen conmigo—Ordenó con finura, observando de reojo como el mercenario miraba para otro lado—Todos ustedes.

Loki le hizo un gesto con sus manos, simbolizando que su pago dependería de si salía o no, por esa puerta con él.

—Ya oyeron al hombre—Secundó Quill, adelantándose y andando a un costado de la mujer—Eres la madre de Loki.

Farbauti dudó en contestar, esa era la primera vez que interactuaba con un humano—Lo cuidé y crie desde que era un bebe, hasta que tuvo que abandonar el planeta—Susurró.

—Lo que hizo es admirable, debo reconocer—Afirmó el castaño.

—Tu eres su amigo...eso lo agradezco profundamente, Star-Lord—Reveló la madre.

—Llámame Peter, soy allegado de la familia después de todo—Bromeó una última vez, previo a andar en silencio.

El cúmulo de Jotuns que le acompañaba, fueron en aumento a medida que se alejaba del salón del trono. Recorrieron el nuevo palacio, todas y cada una de la grandes habitaciones de las plantas superiores. Cumplido ese recorrido dejaron atrás el castillo, para así apreciar a mayor detalle la maravilla que era Utgard.

—Esta será la casa de crianza, madre—Indicó Loki, apuntando a un edificio casi tan amplio como el palacio.

—Loki...sé que mi refugio es pequeño para albergar a los niños, pero esto es demasiado—Comentó Farbauti impactada—No sabré qué hacer con tanto espacio.

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