Do not even think about it

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El lodo debajo de sus zapatos deportivos solo estaba siendo un obstáculo para la muy llamada "misión" si es que se le puede llamar así el hecho de que habían matado a su madre con toda la cizaña que un hijo podría tener.

Uno por venganza, mientras que otro por amor.

-¡maldición! -gruño Jimin mientras con una pala realizaba un hueco, cosa muy complicada ya sea por el lodo del lugar más que el clima no le estaba dando tregua a ninguno de los dos, como si la lluvia les daba todas recriminaciones por tal acto de maldad- ¡si esto sigue así se nos complicaría más aún!

Seokjin miraba todo desesperado para luego dar un pequeño salto de susto al ver como truenos y relámpagos ya estaban haciendo uso de presencia.

-Jimin, es mejor volver a casa -le grito haciendo que el menor girará a verlo- ¡si la quemamos, es mucho más difícil para que vean nuestras huellas! -el menor asintió para después coger rápidamente la pala y los dos dirigirse hacia el auto abriendo la cajuela, tirando la pala sin delicadeza sobre el cuerpo sin vida de la mujer que estaba en ella.

El menor se sentó en el piloto mientras se aseguraba que Seokjin ya tenga puesto el cinturón de seguridad, se inclinó para abrocharlo para luego darle un pequeño beso en los labios como si fueran una pareja normal y sin tantos secretos.

El sonido del motor y el auto ya en marcha era lo único en que podía pensar el mayor, miraba sus manos con algo de miedo ¿Así eran las manos de un asesino?

No Jin no, recuerda que tú no eres un asesino -se escucho la voz de su lobo en su cabeza mientras cerraba sus ojos- el lo es, él es el que está asesinando Jinnie, no nosotros.

Miro de reojo el perfil de su menor, sentía que poco a poco empezaba a enloquecer y no quería arrastrar a su hermanito en todo esto, en toda su mierda.

Porque él puede ser el que está cometiendo el acto de homicidio, pero también sabía que el mismo hacia que su hermano cometiera todo aquello, el era la mente maestra en todo eso por así decirlo.

El era el monstruo que tanto sus padres habían tratado de controlar.

Sonrió levemente al ver como su hogar ya se podía ver, al detener el auto frente a su casa toda sonrisa se borró al igual que la de Jimin al observar a Hoseok en las escaleras de la entrada esperando por el mayor de los tres mientras trataba de calentar sus manos con su aliento.

Seokjin bajo del auto rápidamente sin importarle mojarse o coger un resfriado por no protegerse de la lluvia, corrió hacia Hoseok quien al verlo sonrió de manera tan radiante que de nuevo lo hacia caer bajo sus redes.

-Jinnie-hyung -susurro mientras se levantaba teniendo el rostro sonrojado mientras se acercaba a él con una sonrisa y con su corazón latiendo como loco- he estado esperando pero... No estaba nadie, ni tus padres ni nada

A la mención de sus padres se tensó mientras recordaba como es que ambos habían sido asesinados tanto bajo sus manos como las de su hermano.
El sonido de pasos hizo que los dos girarán y vean como Jimin se acercaba con el ceño fruncido para luego pararse alado de su amante sin quitar la mirada dura sobre Hoseok.

-y..yo, creo que es mejor que hablemos otro día -susurro mientras se aferraba a su suéter de lana que cubría su pequeño cuerpo- ¿Jinnie, hablamos después si?

Cuando el pelirrojo se dirigía para irse la mano del mayor cogió su brazo mientras lo detenía, los dos se miraban fijamente y por un momento Seokjin también lo odio ya que aún podía sentir como el Omega tenía poder en él.

-te acompañare a casa -dijo para después abrir la puerta de su casa y guardar las llaves en su bolsillo mientras se giraba está vez mirando a Jimin- vuelvo en una hora -le notificó para luego dirigirse de nuevo al pelirojo y coger su mano con delicadeza mientras lo hacía subirse al auto para arrancar.

ERROR DE ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora