Capítulo 18: Buscando mi identidad profesional

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Como lo comenté anteriormente, durante las primeras semanas asumí un perfil bastante autoritario, ya que los consejos que había recibido durante mi formación universitaria recomendaban que el profesor debía ser bastante estricto durante las primeras clases. Sin embargo, con el paso de las semanas fui comprendiendo que no me sentía cómodo con el rol de profesor autoritario e intransigente que había asumido desde el inicio. Yo no era así y mi relación con los estudiantes era tensa e incómoda. Por este motivo, es que paulatinamente fui cambiando mi actitud dentro del aula, por lo que semana tras semana me iba acercando a los estudiantes, mostrando preocupación por sus intereses y opiniones. Con el pasar del tiempo, me fui sintiendo cada vez más cómodo con mi nuevo perfil y rol dentro del aula, por lo que comprendí que debía alejarme de los ideas preconcebidas que tenía sobre el ejercicio de la docencia, haciendo lo que yo "sentía" que era correcto. Desde ese momento, comencé a comprender que la docencia era una profesión esencialmente emocional.

De esta manera fui encontrando mi sello profesional. A través de aciertos y errores, descubrí mi identidad docente. Me fui percatando que las emociones y el afecto son fundamentales dentro del aula. Tenía la convicción de que sólo dentro de un clima emocionalmente agradable se podían generar aprendizajes significativos.

Es importante señalar que el clima de aula era fundamental no sólo para los estudiantes, sino también para mí. Paulatinamente me fui percatando que cuando el clima de aula era emocionalmente negativo, mi tartamudez se hacía cada vez más evidente, transformándose en un obstáculo dentro de mi desempeño profesional. Debido a que con el pasar de los meses fui generando una relación cada vez más fuerte con los estudiantes, mi tartamudez pasó a ser un tema irrelevante dentro de mi ejercicio docente cotidiano. Me comencé a sentir acogido y aceptado, como nunca me había pasado en la vida.

De esta manera, mi sello como profesor se caracterizó por la importancia que tenían para mí las emociones en el aula. Podría afirmar que mi mayor objetivo en todos mis cursos fue el poder crear un ambiente emocionalmente positivo que permitiese que cada estudiante se sintiera cómodo para expresar las emociones que sintiesen en ese momento o alguna opinión respecto a cualquier temática. Así los estudiantes sabían que podían criticar la clase, la metodología que utilizaba o los instrumentos de evaluación a los que se enfrentaban.

En este contexto, recuerdo un episodio que refleja esta situación. En una ocasión, los niños del último año de educación primaria hablaron con su profesora jefe (tutora) para que ella conversara conmigo, porque según ellos yo los hacía "escribir mucho" en clases, por lo que no me entendían lo que les explicaba. Aunque me dolió bastante el comentario de mi colega, comprendí que era la oportunidad perfecta para trabajar las emociones y la confianza en la relación profesor-estudiante. Les dije que me afectó mucho la situación porque sentía que les había entregado la confianza suficiente como para que hablaran directamente conmigo las situaciones generadas en la clase. Ellos me comentaron una serie de situaciones que les dificultaba entender lo que les explicaba, pero en ninguna de ellas estaba mi tartamudez. Hablamos sobre mi metodología de trabajo y diseñamos en conjunto alternativas para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto no me había ocurrido con los demás cursos, por lo que aprendí una valiosa lección en relación con la pedagogía: todos los cursos son distintos y uno debe adecuarse a las necesidades y características de cada uno. No al revés.

Y ese es precisamente otra de las características que definen mi sello profesional. No le tengo miedo a los comentarios de los estudiantes porque estoy convencido que ellos tienen el derecho de criticar mi metodología de trabajo. El que yo haya estudiado en la universidad no me hace una persona divina, con perfil intocable e incuestionable. Los estudiantes, que son con quienes uno trabajaba día a día, deben tener la oportunidad para expresar sus opiniones y criticar lo que les parezca inadecuado de la labor del profesor.

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⏰ Última actualización: Sep 21, 2018 ⏰

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