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Capítulo 39: "El nuevo Giratiempo"

El es Felkins Zultány, el Encargado de la Cámara del Tiempo en el Ministerio Británico de Magia.— presentó Dumbledore al señor.

Felkins Zultány era un hombre corpulento, hombrudo y barbudo, que vestía una túnica negra de cuero y botas con hebillas gruesas. Tenía varias cicatrices en su cara y en sus manos; su cara también tenía unas cuantas. Era, en aspecto, alguien atemorizante. El color cayó de la piel de Arthur en cuanto lo vió, y se mantenía resguardado en el pecho de su padre, mientras temblaba.

—Buenas noches, tercera, segunda y primera generación —la voz de Felkins era grave y potente, y resonaba en todo el Gran Comedor—. Han pasado aproximadamente 9 días desde que la tercera generación llegó aquí por un giratiempos roto, y a partir de entonces me la he pasado día y noche tratando de llevarlos a su época, nuevamente... Y lo he logrado, finalmente— sonrió ante lo último.

—¿Qué quiere decir?— preguntó Teddy. Zultány sacó una pequeña caja del interior de su túnica, y suspiró pesadamente.

—Este es el Back-turner , un nuevo giratiempo hecho por mí. —abrió la caja, y todos se asombraron. Era un pequeño cubo hecho de cristal azul, que tenía unas cuantas cuentas y cachivaches, pequeños números movibles y una pequeña cadena de oro.

—¿Eso significa que ellos volverán?— preguntó Theo, triste.

—Lo lamento, joven Nott. Pero así tiene que ser.

—¡No, así no tiene que ser!— se negaba Gabrielle.

—Así tiene que ser, señorita Delacour.— respondió Dumbledore, impasible desde su asiento.

—¿Por qué, director Dumbledore? Ellos son nuestra familia, hicieron que nos uniéramos, ¿y ahora quieren separarnos?— alegó Luna levantándose. Draco se sorprendió: su prima era de guardar sus comentarios y abstenerse de la situación, pero que alegara contra el director era algo totalmente nuevo.

Miró a Hermione, que también estaba sorprendida.

Y con los labios hinchados.

Sonrió socarronamente al recordar el beso, y Hermione sólo frunció el ceño de forma adorable.

—Creo que le había comentado anteriormente, señorita Lovegood, lo que pasaría con los chicos: ellos tienen que vivir en su época, y ustedes en la suya. Habrán muerto antes de haber nacido, y así tiene que ser. Ellos vinieron aquí con un propósito, y ahora que lo han cumplido, tienen que regresar a donde pertenecen. Sé que todos lo entienden— todo el Gran Comedor se quedó en silencio. Astoria solo abrazaba a una dormida Isabelle, y derramaba unas cuantas lágrimas sin cesar. ¿Por qué no había aprovechado el tiempo que les dieron?

—No hacemos esto con afán de que se separen nuevamente, jóvenes. Solo para que, a partir de ahora, ustedes luchen y trabajen por el destino que se les dio. Si quieren esto en su futuro, tendrán que trabajar arduamente para conseguirlo— dijo nuevamente Dumbledore. Había cierto aire melancólico y triste, que se profundizó cuando Luna comenzó a llorar en silencio. Theo la abrazó, fuertemente. Y sin poder evitarlo, derramó unas pocas lágrimas que no había derramado hacía 9 años atrás.

—H-Hora de dormir— anunció McGonagall. Todos salieron a paso lento del Gran Comedor, con un profundo dolor en sus corazones. Fueron a despedirse cada uno hasta la Sala de Menesteres, dónde se podían sentir cada una de las lágrimas que eran derramadas.

Era un escenario bastante deplorable y triste; chicas llorando, chicos abrazándose, padres fingiendo sonrisas y otros cuantos que negaban la decisión del sabio director. Pero así tenía que ser, y ellos tenían que respetarlo.

Dear Time-Turner || Harry Potter || » terminada « Donde viven las historias. Descúbrelo ahora