¿Qué pasa cuando pones a 32 jóvenes de 22 años en el futuro en una escuela mágica llena de rivalidades, amores fugaces y viejas tradiciones?
Sencillo: muchos desastres. Y también sorpresas.
"Las consecuencias de nuestras acciones son siempre tan c...
—Siguiente —habló el director—. Faltan 5 chicos más y después podremos tener un breve descanso hasta la hora de la cena. Como siempre, se dejarán aperitivos varios y de todo tipo.
—Mi nombre es Lorcan Nott.— y Theo escupió su zumo de calabaza. Sus amigos Slytherin rieron por su reacción, pero Theo estaba sorprendido: sorprendido y en shock. ¿Él? ¿Con hijos y esposa? El mundo estaba completamente loco.
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—El castaño que escupió su zumo de calabaza es mi padre, Theodore.— dijo nuevamente. Luna, de pronto, entró al Gran Comedor. Todos giraron a verla.
—Oh, lo siento. Fui al baño, pero puedes continuar. ¿Aún alcanzo pudín?— preguntó mientras, a saltos, se acercaba a su mesa.
—¡Hola, mamá!— saludó Lorcan, junto con otras dos voces que se escucharon de la mesa de encapuchados. Theo se desmayó.
—Oh, mierda.— dijo Draco bastante sorprendido. Lucius se sorprendió. ¿Su sobrina? ¿Casada con Nott? Já, esperaba que Pandora y Amelia le hubieran dejado su ganancia.
—¿¡Lovegood?!— chilló Olivia Garden-Wall—. ¿¡Por qué la lunática?!
—¡Déjala en paz, por lo menos ella ha logrado lo que tú nunca pudiste hacer y lo que jamás harás!— gritó Blaise en defensa de la rubia. Ahora sabía y entendía porque Olivia lo había dejado: se había enamorado de su reservado y callado amigo. Estaba molesto, pero no con su mejor amigo, él no tenía la culpa de nada.
Olivia lo miró estupefacta, pero Blaise no la miraba a ella; había ido por Lovegood a la mesa Ravenclaw, donde aún no se había sentado. La jaló hasta la mesa de verde y plata y la sentó entre él y Theo. Pansy y Astoria se encargaban de reanimar a su amigo.
—¿Luna?— preguntó Harry asombrado.
—Es increíble cómo es que la vida te da mil vueltas, ¿no? Tú estás casado con Pansy, Ron con Astoria, y yo estoy casada con Theo. ¡Bastante sorprendente!— rió con gracia.
—Hola, moony. — saludó Draco.
—Hola, dragón. — saludó Luna dándole un pequeño beso en la pálida mejilla a su primo. Draco sonrió.
—Theo...— escuchó Luna que Pansy habló.
—No quiero.
—Theodore, por favor. ¡No seas infantil!— suplicó Astoria.
—¡No, no quiero!— se negaba el castaño, aún tirado en el suelo—. ¡Estoy viendo a mi madre en ella, y no quiero que sea una simple ilusión! ¡No quiero salir lastimado!— dijo con voz rota. Luna, se levantó de la mesa, y se agachó a su lado.
—Theo, no es una ilusión. Aquí estoy y aquí estaré junto a ti a menos que tú no quieras.— dijo, acariciando su cabello. Theo levantó la mirada, con los ojos enrojecidos. Draco se encontraba a una distancia prudente, mirando el show como todos en el Gran Comedor. Diana Vanderwall y Carolina Hustel trataban de controlar a Olivia, su mejor amiga.
—Luna... Eres idéntica a ella.
—Lo sé, lo he escuchado.— rió un poco. Se levantó y le tendió la mano a Theo. Él la miró con desconfianza—. Tómala, no desapareceré.
Theo extendió su mano, y al rozar sus dedos con los de ella, supo que era real: todo era malditamente real. Ahora, gracias a Merlin, tenía una familia a la cual podía amar.
—Awwww, ahora, si mis padres me permiten —Theo y Luna le sonrieron, pero se quedaron parados a un lado de la mesa de Slytherin, y Theo aún no soltaba la mano de la rubia —. Pues... Mi nombre ya lo dije y también de quien soy hijo: soy un ágil Slytherin— los de Slytherin aplaudieron orgullosos, pero no más que Theo, que había puesto la mano de la rubia en su antebrazo, y cuando los aplausos cesaron, entrelazó sus dedos con los de la chica. Luna se sonrojó ante ese acto, pero sonrió a Lorcan.
—Acabo de concluir mi séptimo año de Hogwarts siendo capitán del equipo, con mi puesto de cazador en el Quidditch —Theo, y los aficionados aplaudieron vivazmente y Luna sonreía. Los amigos de los padres aplaudían a su sobrino—. Mis materias favoritas eran DCAO, Transformaciones y Herbología, junto con Aritmancia y Astronomía. Mis padres hablaron conmigo y con otro chico acerca de nuestro futuro, y nos sugirieron la rama de la Magizoología, el trabajo de mamá.
—¿Oyeron eso, amigos? —dijo dirigiéndose a sus amigos Gryffindor—. ¡Seré magizóologa!— dijo emocionada.
—O la medimagia, el trabajo de papá.
—¡Já, en tu cara Malfoy!— se burló Theo. Draco rodó los ojos pero rió.
—Pero, decidimos entrar a la Academia de Aurores; empezamos en Septiembre.— finalizó. Theo no se veía muy feliz, pues el ser Auror conllevaba a muchos riesgos, pero Luna sonrió.
—Sé que serán buenos Aurores, Lorcan. Y estoy orgullosa de ti.— sonrió la rubia. Theo asintió segundos después.
—Mis padrinos son Neville Longbottom y Astoria Weasley.— Astoria se sonrojó y las orejas de Ron imitaron su cabello. Sus allegados rieron, pero aplaudieron; Hugo entrecerró los ojos con una sonrisa ladina: sabía que Lorcan lo había hecho a propósito, porque a pesar de los años, Astoria aún no se acostumbraba a que la llamaran Señora Weasley.
—¿Preguntas?
—¿Tienes novia, guapo?— una furia creció dentro del pecho de Luna, pero se contuvo al ver cómo Theo le sonreía.
—Sí, aún no se presenta. Y espero que no lo haga.— murmuró entre dientes eso último
—Te escuché, amor— dijo la chica desde la mesa de encapuchados.
—Lo siento, lo siento. ¿Alguna otra pregunta?— Luna, alzó la mano.
—¿No te molesta que te digan que eres hijo de "Lunática Lovegood"?— Lorcan, negó inmediatamente.
—Para nada, me enorgullece decir que tengo una madre con una realidad diferente a la de la demás gente. También estoy feliz de decir que soy un Nott en toda la extensión de la palabra.— sonrió. Theo sintió como un calor reconfortante crecía en su pecho, y sonrió.
—¿Alguna otra cosa?— el Gran Comedor guardó silencio—. ¡Es t-esperen!— se auto interrumpió—, soy parte de los Merodeadores 2
—¡Oh, no!— escucharon que McGonagall dijo.
—¡Oh, sí! Soy Lunático, en honor al abuelo Remus.
—P-Pero Remus era tan pacífico...
—Yo no lo soy —guiñó el ojo en dirección a McGonagall—. Mandé un retrete por Red Flu a Rosie-Posie en mi primer año.— McGonagall palideció y todo el Gran Comedor rió.
—Ahora sí, esto es todo de mí, que pase el siguiente!— y bajó de un salto para reunirse con sus padres, que lo esperaban sonrientes. Theo lo abrazó y estrujó en sus brazos, pues Lorcan era la prueba fehaciente de que tendría un futuro
