P R Ó L O G O

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Capítulo editado ✔️

Era un día soleado, bastante cálido y muy alegre: el momento perfecto para poder celebrar un cumpleaños en la piscina. Era el cumpleaños de aquel muchacho de rebelde cabello castaño y suaves ojos azules, que sonreía a sus invitados y aceptaba con dicha los presentes que le daban. Sus padres, a una prudente distancia, lo miraban con mucho orgullo. ¿Cuándo había sido que su pequeño hijo había crecido tanto?

La casa anfitriona había sido la casa Longbottom, que si bien no se parecía a la casa de sus padrinos o de sus tíos, tenía un amplio espacio para festejar al aire libre y una linda piscina en donde estaban metidos todos sus primos y amigos.

—¿Y sí vamos a mi habitación? Estoy algo aburrido.— admitió el muchacho pelinegro. Los chicos a su alrededor le habían dado la razón, pues poco a poco parecía que los adultos comenzaban a tomar el protagonismo en la fiesta.

Al castaño no le importaba, en realidad. Creía que ya había sido suficientemente celebración para él.

—¿A dónde van?— preguntó la madre mirando a su hijo desfilar detrás de todos los demás chicos.

—Al cuarto de Frank.

—No tarden, ya casi partimos el pastel.— el chico asintió. A paso veloz, subieron las escaleras de la casa y entraron a la amplia habitación del mayor del matrimonio, sentándose en la cama y cerrando la puerta.

—Chicos— dijo Frank, cerrando la puerta—, encontré esto en el cuarto de Alice.

—¿Por qué entraste al cuarto de tu hermana?— preguntó Fred, interrumpiendo a Frank.

—Tiene mi libro de Historia de la Magia, y ahí tengo unas cosas guardadas.

—No sabía que te gustaba Historia de la Magia.— se burló Lorcan.

—¡No me gusta!—chilló—, que yo tenga algo ahí no significa que me guste... Sirius, cállate.— señaló amenazante a su primo, tras ver que abría su boca para replicar.

—¿Qué encontraste?— preguntó William.

—Esto.— todos miraron con sorpresa el objeto mágico que sostenía el muchacho. Era pequeño, de un hermoso color dorado y con un reloj de arena en el medio; tenía pequeñas tuercas a los costados y una larga cadena del mismo color en él.

Todos estaban asombrados. ¿Qué ese objeto no era prohibido para venderse?

—¿Es un Giratiempo?— preguntó George asombrado.

—Espera, ¿de quién es eso?— preguntó Scorpius.

—No lo sé, estaba en el cuarto de Alice.— y tras mencionarla, la puerta fue abierta de golpe, haciendo un gran estruendo y que todos los chicos se sobresaltaran. Frank sostuvo contra su pecho al Giratiempos mientras miraba con terror hacia el culpable de la intromisión.

—¿¡Cómo te atreves a entrar a mi cuarto?!— gritó Alice al ver a Frank con el Giratiempos.

—¿¡Con qué derecho lo dices tú, zopenca?!— gritó Frank de vuelta. Alice gruñó con fuerza.

—¡Dame eso, ahora!

—¡No, hasta que me des mi libro de Historia de la Magia!— gritó Frank a su hermana.

Dear Time-Turner || Harry Potter || » terminada « Donde viven las historias. Descúbrelo ahora