Capitulo 10

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Hanna toma mi mano y todas caminamos por la desolada ciudad, ya era muy tarde.

Y a pesar se haber sido violada la regla de libertad con ellas, aun seguían sonriendo. Tal vez por el echo de ser libres de nuevo.

Llegamos a una calle de casas iguales o parecidas, era un callejón limpio y grande.

- Disculpa... - Llamó mi atención una chica morena de pelo rizado - ¿Podrías romper la cerradura de la puerta?

Asentí y di una patada justo en la cerradura , esta abrió por la fuerza.

Las cinco chicas entraron encendieron las luces del lugar, este era un casa de dos plantas, coloridas. Una pequeña sala, a los pocos metros una cocina con barra y a mano derecha una escalera que llevaba a la segunda planta.

‎- Nos gustaría que te quedaras pero alcanzamos el limite de vivienda - Dijo una chica de cabello negro, piel blanca y sonrisa reconfortante. - Pero puedes quedarte aquí hoy y mañana si lo deseas
- Gracias - Respondí

Todas se presentaron:

Maia es una chica baja pero de cuerpo deseado, cabello rojizo y piel clara, las pecas y los lentes la hacían ver mas inocente de lo que era.

Abby es probablemente la mas alta de las cinco, tiene el cabello largo y café, ojos verdes y piel pálida.

Nicole es la chica morena de risos oscuros, al igual que sus risos, sus ojos combinan un tono oscuro e interesante.

Luego esta Sophia, la chica de cabello negro y corto con piel blanca, labios delgados pero delineados, no tenia mucho que decir de ella.

Y al final Hanna, la rubia amable que me agradece en cada minuto el echo de haberlas rescatado de ese infernal y perverso lugar.

Todas suben a los cuartos mientras yo espero en la sala, admiro el lugar, cada minúsculo detalle y veo que todo fue echo exactamente para ellas.

-¿No eres de aquí verdad? - Bajó sola Hanna, se queda en los barandales

-‎ No en realidad

-‎Entonces... - Salta desde el barandal y llega a mi - Necesitas una identidad - Me confundo - No entiendes ¿cierto?

-‎Lo siento... Tengo tanto que aprender de este lugar

-‎No es tan complicado como parece, tranquila... Y se como ayudarte - Piensa

Sube en busca de algo y baja rápidamente con una mochila, me guía hasta la barra de la Cocina, ahí la abre, hay muchas carpetas de colores, hojas sobresalidas y dinero, mucho dinero; muy en el fondo, una pequeña portátil, esta la abre y enciende.

- Crearemos una nueva identidad para ti

- ‎¿Y eso no es ilegal?

- ‎Mataste a dos sujetos esta noche, después de eso ¡Nada puede ser mas ilegal! - Habla emocionada

Las demás chicas bajan, parece que todas saben de este tema, unas visten hasta los tobillos y otras, prendas cortas.

- Empezemos con el nombre... - Me voltearon a ver - ... ¿Que nombre te quedaría a ti?

- ‎Oh, que sea Rosy, ¡No! Monick, Laya... - Decía Abby peinando su largo cabello.

- ‎Que les parece Scarlett - Dijo la tierna Maia

- ‎Me gusta - Accedí

- ‎Scarlett será, ¿Ahora un par de apellidos?

Así siguió la conversación hasta tener los datos necesarios

- Muy bien - Todas prestaban atención a la lectura de Hanna - Seras Scarlett Parks, tienes 18 años y estudiarás en la Universidad de la costa. Lamentablemente aun no estamos en ese colegio porque aún somos preparatorianas, conseguiremos un departamento para ti y vivirás sola, vienes a estudiar de lejos y aquí no tienes familia... Solo que, las armas no podemos conseguirtelas...

- ‎No. Tranquila, gracias por todo esto - Dije, unos segundos después un pequeño estornudo venido de mí las asustó.

- ‎Pero mira, sigues mojada, que tontas... No los dimos cuenta... - Nicole se preocupó, luego tomó mi mano - Vamos arriba

Subimos a los cuartos, entramos a uno y me vistieron a su modo las chicas. Me comparaban como un pequeño "Maniquí" ya que me hacían probar ropa tras ropa.

Entré a su baño, lo admiraba de pies a cabeza, mi ropa estaba demasiada sucia, dudaba si se podía quitar con agua.
Enciendo la regadera y siento como las cálidas gotas caen en mi frío y sucio cuerpo, la sangre está un poco seca pero se quitara, de mi cabello, a pesar de estar largo, es manejable.

Veo como el piso se vuelve carmesí de la sucia sangre, sucia pero deliciosa. Toco mi muñeca, y recuerdo al rubio que me ayudó hace poco, creo que sin él hubiera sido una mas de esas chicas.

Froto mi espalda y siento los cortes de mis alas, ya no siento mis alas, ya no siento mis poderes. Soy una simple humana.

Caigo en el suelo, con el agua aún cayendo, siento como mi cabello tapa mi cuerpo, mi vergüenza, mis miedos. Odio llorar pero es necesario.

Tomo una toalla del baño y salgo del cálido lugar, las chicas me esperan con veintenas de prendas.

...

Un nuevo día y nuevas cosas que hacer, las chicas me contaron sientos de cosas que se hacen en esta ciudad, lo que debo hacer y como me debo comportar, además de mi vestimenta.

– Tienes suerte, mucha suerte en haber sobrevivido dos días fuera de casa en esta ciudad — Comenta Hanna mientras en sonido del cierre de mi mochila se hace presente.

– Espero que el dinero que conseguí me sea suficiente

– Descuida, la mujer del departamento es amiga nuestra, solo es necesario que te presentes y listo

Agradezco y tomo mi equipaje, no solo la mochila que traía al principio, si no que ahora debo cargar con mas ropa y cosas que las chicas me regalaron.
Aun me pregunto la razón por la que hacen todo esto: ayudar a una desconocida.

Salimos de su casa y el taxi llega, le doy la dirección del papel y entro al automóvil. Las chicas gritan y sonríen mientras ven al taxi moverse. Las Extrañaré.

Admiro la ciudad de día, es hermoso a pesar de que no hayan luces como en la noche, veo el bar de hace unas noches con cintas amarillas y coches de policías.

– Fue un golpe bajo para los trata de blancas — Comenta el conductor

– ¿Como?

– Como lo escucho señorita, hace unos días mataron a los jefes del "clan T" solo sobrevivió el dueño del bar, pero a este lo arrestaron, aun no saben quienes fueron, no hubo testigos.

Hago una expresión de curiosidad y el conductor prosigue:

– El dueño del bar jura que fue una chica y no un clan enemigo, aun lo están investigando, al igual que el caso de los tres asesinos, fueron encontrados una mañana muertos en un callejón de los barrios bajos, uno de ellos fue brutalmente torturado. El único testigo era un viejo de la calle. Lo que tienen en común estos casos es que ambos testigos declaran haber visto una chica con ojos rojos y una cicatriz del lado derecho de uno...

Me asusto y oculto mi cicatriz, el lado bueno de mi son mis ojos, estos solo están rojos en presencia de sangre.

– Hay que tener cuidado señorita — dice el hombre deteniendo el auto.

Asiento y finjo una sonrisa, salgo del taxi con mi gran equipaje.

El taxi se va, dejándome sola admirando un gran edificio.

"Una nueva vida se acerca a mí y debo prepararme para ello"


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Disculpen mi tardanza. Culpo a Wattpad y la escuela :'v
Los quiero. Adiós

Dulce Venganza [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora