Capitulo 15

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A días de conocer el lugar, me va siendo más adaptable. El pequeño castaño me ha estado hablando desde que salvé su vida el primer día de clases, y muchas otras salvadas en donde mi mirada y mis frías palabras han apartado al malhumorado de James.

Estaba a punto de cerrar mi casillero cuando justamente él la azotó, encerrandome en la pared del lugar.

— Mira chiquita, podrás sentirte la salvadora de los nerds —dice acentuando la última palabra, después toma el dedo índice y corazón para tomar mi mentón y acariciarlo con el pulgar, me sonríe estúpidamente — date cuenta con quien te metes muñeca.

Se acerca demasiado a mí, el espacio personal ha sido violentado y como respuesta lanzo una patada entre sus piernas, el chico se queja de dolor mientras esta agachado. Tomo su cabeza y la dirijo a mi rodilla fuertemente, haciendola chocar contra su nariz.

James cae arrodillado, una mano entre sus piernas y una en su nariz quebrada.

—Te recitare el mismo consejo: Fijate con quien te metes —digo con seguridad, ajusto mi maleta y camino hasta los baños. Parecía que el golpe en la nariz no fue buena idea, ya que la sangre corriendo por su cara era apetecible.

Y me recuerda al día del delicioso beso con Josaph. A pesar de la sangre que perdió, se recuperó al día siguiente, hasta ahora no hablo mucho con él, siempre mantengo mi distancia porque odiaria debilitarme de nuevo ante un humano como ese día.
Ese día me sentía pequeña ante sus ojos y su estatura, aprisionada en la combinación de su voz, su mirada y sin contar sus brazos tomando mi cintura.

Regreso al presente, sacudo mi cabeza para alejarme de esos vanos pensamientos y empujo la puerta rápidamente; entro y abro el grifo, me doy varias salpicadas de agua en la cara, trato de controlar mi sed, ensarto mis dedos en la mesa y me miro al espejo.

— ¡Demonios! —grito al aire al ver mis ojos rojos.

"¡Necesito sangre ya!"

Observo los pasillos y me dirijo a la enfermería. Llego y doy unos golpes para después entrar.

—Disculpe enfermera, un joven de la clase "H" se ha desmayado —digo con apuro y sin verla a los ojos. Ella se impresiona y toma su botiquín más cercano acto seguido, corre hacia el salón dejándome sola.

Escaneo el lugar y encuentro un pequeño congelador, busco en cada puerta y encuentro la sangre de reserva.

Abro mi mochila y rápidamente ingreso cuatro bolsas de sangre a una bolsa secreta en la maleta. Cierro el congelador y con cautela me voy del cuarto de enfermería.

Me aseguro que no haya nadie por cada pasillo y sigilosamente llego al baño. Entro a un mingitorio y me apresuro a vertir la sangre en mi boca.

"Deliciosa y fría"

Y aunque pueda comer alimentos humanos normales, mis favoritos siguen siendo la carne y sangre humana. Pero no porque pueda matarlos me alimente solo de ellos. Al paso del tiempo me voy dando cuenta que no son tan malos.

• Un chico educado me ayudó en un rescate.
• Un grupo de chicas consiguieron establecerme una identidad.
• Una señora me ayudó alquilandome uno de sus cuartos.

Lamo mis labios y salgo del baño con las bolsas vacías guardadas en mi maleta. Inhalo y exhalo despacio, consentrandome en no llamar la atención por no haber asistido a una clase.

Mirando de un pasillo a otro me encuentro con el pelicafe de siempre, sonriendo inocentemente.

—Scarlette, ¿verdad? — asiento —No me he presentado correctamente...

—Mikel Roht, estudiante promedio y amigable, aunque no tenga muchas amistades —digo interrupiendolo

—¿Como sabes todo eso?

— Estamos en la misma clase ¿Lo recuerdas?

—Pensé que no te acordarias de mí

—Aunque llevemos una semana en este instituto, sería descortés y poco amable no aprenderse el nombre de tus compañeros de clase

—¡Eres muy lista! —responde sorprendido — ¿te gustan los libros?

— No tengo tiempo para leer

— Que pena —responde desanimado —Ya conseguiste amigos ¿No?

— En realidad no... Son una pérdida de tiempo

—En eso no estoy de acuerdo contigo. Los amigos son muy buenos para ti...

Y así siguió conversando conmigo durante el resto del día, saltaba tema por tema y tejía más conversación en el aire como una red al que no me importaba seguir. ¿A eso se le llama amistad?

—¿Quieres ir a la biblioteca?

Asentí solo teniendo en mente una razón para que dejara de hablar. Caminamos por los pasillos y llegamos a un gran salón lleno de estantes de libros, mesas y asientos de todo color y estilo.

—¡Te recomendaré unas historias de fantasía que te encantarán!

Entramos a un pasillo y algo atrajo mi atención, un libro nuevo se estaba presentando en la biblioteca y la portada del libro era muy interesante.

¿"Ángeles y demonios"?

En la portada mostraban a los seres no humanos como algún tipo de bestia despiadada. Y eso me disgusto mucho para ser sincera.

—¿En esa referencia nos tienen?

Dulce Venganza [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora