Capitulo 2

42 10 0
                                    

El arcángel me escolto hasta el lugar donde condenarían mi castigo.

Llegamos y el lugar ya estaba preparado para mi llegada, los tres sabios estaban sentados en la gran mesa.

- ¿Enserio pensaste que te escaparías fácil de nosotros?

- lo siento. Yo no...

- ¡Calla! - Me interrumpió el primer sabio levitando de su lugar hasta mi - Volveré a preguntar, ¿Enserio pensaste que te librarías de nosotros? Creíste que no nos daríamos cuenta. Gilzel fuiste criada por nosotros, sabes muy bien porque somos los supremos de este lugar y sabes muy bien lo que le hacemos a las personas que no siguen las leyes.

- Por favor... Solo fue una vez

- Es mucho una vez para nosotros ¿Entiendes el significado de perfección?

- Seré mas que perfecta...

- Gilzet, te dimos la oportunidad de la vida y un gran puesto en el "Más allá”. Vienes y nos agradeces regresando a la vida a 3 de los más peligrosos en el mundo ¡Tendrás muchos problemas!

- ¡Piedad!

Mis continuas suplicas dieron resultado al hacer una pequeña reunión entre los 3 para decidir mi mejor castigo. ¿Me he escapado de la muerte?

Al terminar su pequeña discusión, regresaron a mí. Estaba vendada con un hilo dorado, eso significaba que bajo ningún hechizo podría ser roto. No podía correr o me alcanzarían, no podía escapar o me encontrarían, no puedo luchar porque tengo toda la seguridad de que ellos ganaran y yo moriré en vano.

- Gilzet Demo-Human! - llamo mi atención uno de ellos - Tu castigo será algo muy fácil. Sencillo como romper los huesos de un mortal y tan delicado como la seda, así que esperemos que no traiciones nuestra confianza de nuevo.

Lo miré a los ojos y asentí con seriedad.

- Tenemos muy en claro que nadie ha podido trabajar en el campo de la tierra, muchos han muerto y otros han dejado de cumplir nuestros mandatos por la causa de tomar como indefensos a los humanos. Muchos se han revelado por estas y más cosas. Así que, ¡quien mejor para tener este puesto que tú!

- ¿¡Que!? Pero. ¿Quién tomara mi cargo? Hace falta mucho tiempo para poder...

- Seguirás siendo tú. Pero, en la tierra. Por eso, te entrenaran para poder sobrevivir a la monotonía de los humanos, no es tan complicado. ellos si descansan. Pff, débiles..

- ¿Recuerdan que no soy visible a los ojos de estos humanos?

- Pero pronto lo serás, Humana Gilzet - El tono de voz me preocupo mucho.

Odio a los humanos, por culpa de ellos mi familia fue quebrajado hasta el límite, por culpa de ellos, puedo sentir dolor y eso no me gusta, si no fuera por este puesto no tendría alas, no tendría poderes. Los humanos no tienen nada de esto. ¿Cómo sobreviviré en un mundo tan simple y complicado a la vez?

Nos dirigimos al salón del descanso, pero no se confundan, es todo lo contrario a la tranquilidad. En la tierra le llaman salón de tortura, esto es muchas veces más doloroso que los inservibles calabozos y máquinas de tortura, los seres como nosotros somos más fuertes y se necesita más dolor para
hacer que uno de nosotros sea torturado.

Tomaron mis atadas manos y las unieron a un tronco de hierro vertical, quede a espaldas de ellos, no podía ver, pero estaba segura que sus miradas representaban la locura misma.

Arrancaron mi bata negra con un llameante dedo y mi espalda quedo completamente desnuda, poseía todo lo humano en mi ser, cabello, piel pálida y tersa, excepto la mortalidad de ellos y claramente, mis negras y hermosas alas.

Magh, uno de ellos, se puso frente a mí, mi mirada se hacía más cabizbaja ya que estaba completamente desnuda. Con su meñique subió mi cara, haciendo que nuestras miradas se conectaran. Los ángeles eran lo más parecido a los humanos, tan hermosos e inmortales; la perfección pura. Los llamo señores, pero son muy jóvenes para ser sabios. Eran los elegidos desde sus nacimientos y por ello estaban ahí.

Magh, se acercó a mi rostro con mucha peligrosidad.

- No será nada fácil Diablilla - Me susurro al oído y se alejó mirando mis manos aun atadas.

Empuño las suyas con las mías e instantáneamente las chispas de poder aparecieron. Me estaba quitando el chasquido de la muerte y no podía hacer nada para detenerlo.

el dolor era insoportable, como si arrancaran un pedazo de mi alma, no dejada de gritar y eso hacíaque me causarán más dolor.

Al terminar, caí de rodillas, no había sufrido heridas externas, pero sentía algo dentro de mi roto, sangrante, doloroso e inevitable.

Wart y Die eran los peores a comparación de Magh. Cada uno se ocupó de un ala y las jalaron al mismo tiempo. Si mi chasquido era un castigo, esto parecía la muerte misma.

- Las alas son parte de mí, ¿¡Cómo pueden tratar de arrancarlas como si fueran simples ramas de árbol!? - Gritaba con las pocas fuerzas que me quedaban.

Esto causo que se detuvieran y me dejaron unos minutos respirando, seguía desnuda y atada. Serán unos malditos, pero sé que no me asesinaran después de todo, no pueden por más que quieran y no deben si pudieran.

Regresaron con una espada, forjada por los mismos arcángeles destinados a la Herrería Bendita.

Wart cargaba la espada mientras que los otros dos solo me violaban con la mirada, sabían que era un pecado tocarme así que no lo habían hecho, por más que tuvieran oportunidad.

- No te muevas, sólo quédate en la misma posición o además de alas, te volaremos la cabeza.

Mi piel se erizo, ¿Mis alas? Lloré, lloré como nunca, no había empezado y ya estaba sufriendo en silencio.

Tomó impulso y rápidamente la espada se dirigió hasta donde terminaba mi ala, cortándola sigilosa pero muy dolorosamente.

Produjo un sonido de alivio al ver que no me había cortado la piel, después se preparó para el otro.

Sentí el impulso de nuevo y cerré los ojos con mucho temor, el sonido de la espada traspasar mis alas hizo eco en el salón, mire mi espalda y ya no estaban, solo quedo la marca de donde mis preciosas alas fueron quitadas, sentía como caía la sangre haciendo un camino por mis curvas y terminando en mis piernas, dejando un charco de sangre, estas se combinaban con los litros de lágrimas de mi rostro.

Este es el principio de un doloroso camino

Dulce Venganza [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora