Capitulo 7

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Gilzet

El sol se inclina ante la llegada de la luna, a su partida, deja resplandecer por ultima vez en el día el reflejo del agua.

Engruño los dedos de mis pies, haciendo que en estos entrara la relajante y cálida arena. Cada minuto, llega una ola que acompleta y refresca mi piel.

—Entonces así es estar en la tierra — Hablo sola con serenidad.

Me levanto de la arena y admiro la playa por primera vez en todo su esplendor naranja. Muchos regresaban ya a su hogar, otros tenían planeado quedarse hasta el amanecer.

Camino hasta un baño cercano, las palmas de mis pies ardían de dolor, la arena hacia el efecto de puntilladas en la piel.

Veo la luz mas cerca y escucho unas agudas voces. Entro al lugar y encuentro un par de chicas, al darse cuenta de mi presencia se ríen, burlan y critican. Soy sincera lo merezco. Necesito aprender mas sobre la vida humana.

Las chicas salen y alborotan un poco su cabello al sentir la brisa de la playa.
Me miro al espejo, me veo brutal, mi bata me hace parecer extremadamente extraña, mi cara esta quemada, me duele. Pasé mucho tiempo en el cálido sol.

Un pequeño chillido suena en un cubículo.

— A sus ordenes Wiser Die — Digo al sentir su presencia.

—¿Te das cuenta que ya estas en el mundo humano? Mira como estas en un sólo día — Se burla.

— ¿Que se necesita para sobrevivir en este mundo? — Digo temerosa

— ‎Un hogar, dinero y armas

—¿Armas?

- ‎Tus presas no serán fáciles de acabar, no son nada a comparación de la bazofia que colgaste ayer

- ‎Bien

Después de unos minutos Die desaparece de mis ojos.

No tenia nada planeado, tampoco un plan de escape, si acaso las cosas salieran mal solo podría correr.

Ya había anochecido y una reluciente fogata llama mi atención.

Habían muchos jóvenes, divirtiéndose, bebiendo, riendo.
Me acerco al lugar y mantengo mi vista en las bolsas y mochilas que tenían fuera de su alcance.
Espero un momento entre las sombras del lugar, sabía que si conseguía esto, no podría dificultar mi estadía aquí.

Unas horas después, muchos se apartaban en parejas por el simple hecho sexual, unos pocos permanecieron casi adormilados.

Me escabullo entre los lugares mas cercanos de la fogata y uno a uno tenia las maletas a mi poder.

Corro lo mas fuerte posible, hasta salir del lugar. Me escondo en una zona sin sonido humano y empiezo a sacar mi nuevo motín:

Un reloj, pares de carteras, Móviles de marca, ropa, entre otras cosas.
Cada prenda femenina tenia una combinación de colores brillantes, otros eran casuales y juveniles.

Me quito la gran bata y empiezo con la ropa casual, una combinación de cafeces y cremas, unas sandalias tejidas y agregué el reloj a mi muñeca. Limpio mi cara con un paño húmedo y mis gestos relucían en la oscuridad.
Guardo lo demás en una maleta con estoperoles y dejo los desechos en la basura, esperando que nadie me reconociera.

En medio de la gran ciudad, admiro un sinfín de cosas, centros comerciales, autos relucientes y muchas personas importantes, o eso parecen.

Me detengo en un edificio, hay varias fotografías de chicas bellas, admiro una de cabello largo, hermosa sin maquillaje, ropa parecida a la que tenia puesta, caminaba con unas chicas, se hacen llamar la perfección de adolescentes (Teen Perfect).

Miro mi reflejo y suelto mi coleta, mi cabello es un poco largo, negro como la capa de oscuridad que permanece en el cielo y brillante como las estrellas que se ocultan en las densas nubes, parece que pronto lloverá.

Trato de acomodar mi cuerpo con la ropa, no tengo la costumbre de usar prendas ajustadas, camino y sorpresiva mente nadie me nota, cosa que no es normal en el "mas allá", parecen estar ocupados con los móviles o acompañantes.

Me encojo en una esquina y reviso mi mochila, lo permeable es llevado a una bolsa de plástico para no mojarse, lo demás, no importa mucho.

Enlisto mis prioridades principales: tengo dinero, unas que otros ropajes, y algo para vender antes de que el dinero acabe, faltan las armas y un lugar de estar.

Las ideas empiezan a pegarse por mi mente como sanguijuelas, me guío de la primera, una persona que este dispuesto a darme lo que necesitó por dinero.

Me levanto del suelo y vuelvo a cargar la mochila en un hombro, pregunto a un desconocido por un bar cercano, me dan la dirección y camino hacia allá.
Bajo mi pequeña experiencia vigilando los seres humanos, los bares o lugares casi ilegales es donde todos pueden conseguir lo que sea, eso si, con dinero.

Al poco tiempo, mis pasos cambian de velocidad ya que las pequeñas gotas de agua se tornan mas gruesas y la lluvia mas fuerte. Finalmente llego empapada.
Leo el cartel, "Cerrado", pero escucho a personas conversando dentro de el. ¿Lo estará en realidad?

Sigue lloviendo, y ya no me importa, no hay nada mas que me pueda mojar. Miro hacia mi alrededor. La calle esta vacía, los faroles son lo único que ilumina el lugar.

Estoy apunto de irme cuando un grito de auxilio llama mi atención en ese lugar.

Doy dos pasos hacia atrás y corro hacia la puerta, empujando esta con mi hombro. No abre. Miro la perilla de apertura y lanzó una patada a ella, haciendo que esta se rompiera, vuelvo a empujar fácilmente y encuentro a un trio de hombres sentados en las barras principales del bar, se asustan ante mi inesperada entrada y luego echan a reír, ¿Que es tan gracioso?

Dulce Venganza [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora