Capítulo 24

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Narra Josaph

Horas antes

Despierto y lo primero que mis ojos encuentran es una pared blanca, junto con muchos aparatos a mis costados.

Segundos después, presencio algo que en mi vida quería volver a ver: Mi padre besando una mujer.

— ¿Qué significa esto? —digo con enojo.

Ellos voltean y se separan, la mujer se muestra apenada y mi padre serio.

— Has despertado, enserio me alegra...

— Estabas alegre antes de que despertara — le reclamo mirándola, él voltea y le hace una seña para que se acerque.

— Tenía pensado hacerlo en un mejor momento –saca una pequeña sonrisa, como si fuera un adolescente apunto de presentar su primera novia a sus padres — Ella es Brooke, mi pareja y futura esposa —la toma de la mano con seguridad y muestra su anillo.

La mujer es pálida, con un cabello cenizo muy brillante, ojos oscuros y unas facciones familiares para mí.

"No recuerdo donde vi esas facciones"

"Aún así el echo de que esté aquí, con él. Me hace querer odiarla"

— ¿Cuanto tiempo estuve dormido?

— Unas pocas horas

— Entonces, ¿cuando pasó?

— Lamento habertelo ocultado. Hay cosas que los padres no podemos decirles a los hijos, por temor a su reacción, como ésta

— Yo... La verdad... — no tengo palabras — Maldita sea, pensé que contábamos uno con el otro

— Sé lo muy apegado que estabas a tu madre...

"¿Enserio? No recuerdo mucho"

— Si te lo contaba, no la aceptarías

"Pero el simple hecho de que me hayas guardado esto, duele"

Inclino la cabeza, me cuesta pensar. En ese momento llega el doctor, quién, debido a mi estado, me da de alta.

— Solo debes darle la dirección a la enfermera para que pueda ir a instalar el equipo de venoclisis —señala el médico.

Asiento y empiezo a levantarme con cuidado. Mi padre empieza a acercarse, en un intento de querer ayudarme

— Espera hijo, deja que te...

— ¡No! Yo puedo solo— rechazo su ayuda y consigo levantarme, gracias a mi orgullo — Ah, y otra cosa. Me quedaré en el departamento por unos días

Después de aquello, no vuelve a dirigirme la palabra, en todo el camino.

"No me importa"

Llegamos al edificio, uno de los botones me ayuda, ya que solo cuento con una mano. La otra esta herida por el vidrio que le incruste.

"¿Cuándo empecé a perder la noción de mi vida?"

Recuerdo a una mujer, rubia, ojos azules, labios delgados, una sonrisa que reconfortaba tu alma al apreciarla.

Zenaide se llamaba

Recuerdo que siempre se hacía una coleta alta, se aplicaba un poco de maquillaje, ya que no le gustaba mucho ponerse. Su uniforme, su chaleco anti balas, todo en ella era correcto y perfecto. La admiraba, junto con mi padre.

Ella hacía justicia legal, aunque no siempre lo legal es justo, y mucho menos, lo justo es legal. Eso era lo que odiaba.

Siempre me contaba aquellas ocasiones como si fueran historias. Tiroteos, redadas, investigaciones. Casos abiertos, Asesinatos.

Si, sin duda fue una madre ejemplar para mí.

Pero todas las cosas buenas tienen un límite, siempre este tipo de cosas que te hacen feliz, terminan dañando tu vida.
Aún así, ella lo hacía por amor a la justicia y murió feliz. Eso me quedó en claro.

— Joven, ¿se siente bien? —la enfermera mueve mis hombros, haciendo que recupere la conciencia. Apenas y recuerdo donde estoy.

— Si, ¿por qué lo preguntas? —ella señala mi cara, la toco y siento un par de lágrimas caer.

"Malditos sentimientos"

"Benditos sentimientos"

— Lo siento —digo — No me di cuenta —le sonrío.

Ella me regresa la sonrisa con un poco más de coqueteo.

— Cualquier cosa, estoy para servirte

— Puedes retirarte. Si ya has terminado, no entiendo que más puedes hacer por mí

— Yo pensaba en limpiar esas pequeñas lágrimas tuyas, ella no te merece —merodea de palabra en palabra, tratando de seducirme

"Odio este tipo de mujeres"

— Deberías darte a respetar, así nunca llegarás a nada con nadie

Miro sus ojos y su rostro reflejando su vergüenza pintada de ofendida, cruza sus brazos y se da la vuelta, para después cerrar la puerta con fuerza.

"Wow Josaph, eres todo un cazanova"

"Se molestó porque no le hice caso. Aceptalo"

Además, no es mi tipo. Tengo a alguien más que turbia mi mente, que me hace perder la razón, que me enamoran sus acciones.

Una defensora de la justicia, no le importa que sea legal o no, ella hace justicia.

Miro mi ventana, la noche hace que los edificios brillen, recuerdo su sombra su olor.

"Una amante de la noche"

"Una reina de la noche"

"Mi shadow queen"

Suspiro y cierro las cortinas, me dirijo sin duda a la cama, me siento cansado tanto mental como físicamente.

Me recuesto, acomodo mi cuerpo y cierro los ojos, recordando los suyos.

Dulce Venganza [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora