Capitulo 16

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— ¿Cómo dices? —me sorprende Mikel detrás de mí.

— Nada— digo un poco sobresaltada

Él se acerca y mira la portada conmigo.

— La leí hace unos días —responde poco después.

— ¿Crees que así sean los demonios? -—pregunto con sutileza.

— Claro, y creo que no pensaría dos veces para huir de uno

Reí en mis adentros.

— Se supone que estas en una escuela especial, no deberías temerle a ello

— Los demonios son capaces de todo, se que sin pensarlo dos veces me atacarian sin piedad. Mi única alternativa es eso...

Lo volteo a ver y tomo sus hombros. Mis ojos serios miran a sus ojos tímidos y le entrego una pequeña sonrisa.

— Sé valiente y trata de no morir si estoy ahí

Él asiente con nerviosismo y tomamos el libro prestado un poco antes de que la campana sonara.

Ya en mi departamento, dejo la mochila en la cama y a ésta la levanto para mirar la hoja de mis próximas víctimas.

Bajo la cama con fuerza mientras leo los nombres y me paseo por el cuarto.
Escucho un libro caerse y veo la bestia al que le tienen bautizado como demonio.

Tomo el libro y me acerco al espejo, examino mi rostro y la tomo de diferentes formas.

Escucho el pequeño campanar y veo en el espejo, un Wiser.

— Yo no soy así, ¿verdad?

— Los humanos siempre tienen pensamientos confundidos. Creen estar bien en todo. Pero son seres humanos, se equivocan como todos. No hay ser perfecto más que dios...

Así como los humanos tienen las peores intenciones con los seres diferentes, así nosotros tenemos el mandato de controlar su población.

Tomo la daga; es tan hermosa como peligrosa. El Wiser me da los nombres y la dirección exacta de donde puedo encontrarlos.

— Creeme, nosotros no somos los malos. Son ellos y sus ideales corruptas y sucias los que nos hacen llegar a medidas drásticas. — comenta el Wiser y yo asiento.

El sol se oculta, al igual que mi sombra y gentileza. En las noches no tengo piedad alguna.

— Se llama Erlik, está a horas de hacer explotar un barco lleno de mucho dinero y personas. Es una especie de terrorista que sólo busca la muerte de los demás -dice mientras ato una capucha a mi cuerpo y admiro mi daga para luego ser guardada en mi ropa.

Tomo la dirección y subo el departamento hasta llegar a la terraza, miro la distancia de un edificio a otro y tomo impulso para correr, a pesar de sentir un miedo intenso no puedo quedarme aquí por cobardía. Así que corro y al llegar a la orilla del edificio salto lo más que puedo, caigo de manos dando una pirueta y regreso del otro lado.

Repito la misma secuencia y me sorprende la poca cantidad de personas que se pueden encontrar. A lo lejos veo una pequeña figura que podría reconocer fácilmente.

"¿Pero que hace este sujeto aquí?"

El viento empieza a azotar fuertemente y la camiseta de botones abierta solo mezia la poca cordura que tenía en la cabeza.

Al ver como saltaba mi alma y cuerpo sintieron que el tiempo se detuvia y antes de darme cuenta lo hizo: el tiempo se detuvo por completo, así que antes de caer en estado confusión tomé a Mikel, el tiempo regreso y su cuerpo chocó en la pared, mi traje ocultaba mi identidad, así que a pesar de ver hacia mí, no lograba reconocer a quien lo acababa de salvar de una muerte inminente.

Jalo su cuerpo para el suelo de la terraza y en ese momento mi capucha se bajó debido al fuerte viento y los bruzcos movimientos que tuve que hacer.

—¿Es-escarlett? —preguntó

"¿Como puedes justificarle a un humano el simple hecho de haber sido salvado por una demonia?"

Parapade un par de veces y lo mire a los ojos, con el intento de lograr otro de mis poderes y los de él se tornaron blancos para después quedar aturdido en ese lugar. Escuché la policía hablar desde la puerta de la terraza y apunto de que cayera huí del lugar.

Lo extraño es que no creía aún lo que acababa de pasar. Porque, se suponía que no tenía poderes, y acabo de utilizar dos.

"Son muchas las incógnitas que aún quiero resolver y no puedo"

Dulce Venganza [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora