Capitulo 3

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Los Wisers se fueron dejándome sola, escuchando las gotas que caían en el charco, me abrazé por la desnudez de mi cuerpo y seguí llorando, haciendo sonar mis sollozos por el gran lugar.

— ¡Gilzet! — escuché esa familiar voz de tras de mí.

Me abrazó tendiendo una manta en mi desnudó y ensangrentado cuerpo, sentía como la fría capa se pegaba a las heridas mientras se expandía la sangre en el.

— Dime que no te desterraran, dime que seguirás a mi lado... Hermanita — Su voz se agudizo

Después de la muerte de mi padre y la desaparición de mi madre, mi hermano menor se adapto a la soledad media. Ya que no podemos vivir juntos, siempre me visita o viceversa con tal de estar juntos como lo que somos, una pequeña manada.

—Descuida —Apenas alcancé a pronunciar de mis temblorosos labios.

— ‎¿Y tus alas?... ¿Que han hecho con ellas?

—No lo se, fue mi castigo. No me dejarían pasar este problema aunque fuera la elegida de los dioses.

Me abrazó mas fuerte y bajo la mirada, contemplándo el charco de sangre y mirando de nuevo hacia mi. Era sangre como cualquier otra, tan apetitosa y jugosa como siempre. Sólo que no dejaría a mi hermano beber de esta.

—Soy tu hermana. No una humana cualquiera

— ‎Vamos a casa Zet — Dijo mi Hermano tomando mi mano y ayudando a levantarme, mientras con la otra mantenía la tela en su lugar.

Asentí y acomode la sabana a mi cuerpo.

Mis débiles y tambaleantes pasos se hicieron de esperar gracias a la sangre que perdí, Jeff, Mi hermano menor de unas cuantas décadas, me ayudo a caminar hasta la entrada.

Prosiguió cargándome en sus brazos, era un Demonio completo, así que la fuerza y la capacidad de volar era muy normal a esta edad. Yo tomé tiempo para volar y arduo trabajo para tener la suficiente fuerza de los Demonios Normales.

‎ "Todo para nada"

Estiró sus alas, medianas pero hermosas alas negras; tomo impulso y emprendió el vuelo a su casa, yo seguía aferrada en su pecho tratando de calmarme por todo lo sucedido.

Casi todo "Mas allá" se dio cuenta de mi presencia y la causa del porque estaba así.

No tardaban en llegar los rumores al mas recóndito lugar.

Sentía mi alma quebrantada, corrompida, violada. No me preguntaba lo que pasaría mas adelante, ¿como diablos entraría al mundo humano? ¿Como les pude fallar?
Mi vida se vuelve mas deprimente que la de una preparatoriana estándar. Y ya llevo siglos en este lugar.

Veo los pies de mi hermano bajar la entrada de su casa, me pongo de pie con la mirada cabizbaja y entramos con unos cuantos giros en los dedos en la perilla de la puerta.

Entro a lo que era mi cuarto hace décadas y lo encuentro como si el tiempo no hubiera causado algo en el. Todo esta igual de ordenado que la ultima vez.

Admiró mi pequeña colección de anillos, estos están guardados en una pequeña caja, sus diferentes colores cafeces teñian una caja especial, diferente, original dentro de el, la colección familiar, en ella, los últimos recuerdos de la gran familia que tenia; o que por lo menos recuerdo tener.

"Que no vez que tu vida es falsa"

Cierro la caja haciendo un sonido hueco al ser azotada. Mi hermano llegó a los pocos segundos, no presente reacción alguna, mas él ya tenia en mente la razón de mi comportamiento.

—Sera mejor que te limpie las heridas — Rompió el silencio del lugar y gire para verlo.

Asentí débilmente recargandome en la pared y tomándome de ella empecé a caminar hacia el baño. Jeff se dio cuenta de mi torpeza y me volvió a levantar.

Seguía callada mientras me bajaba lentamente en una gran bañera, mi cuerpo entraba perfectamente, era como si este hubiera sido fabricado para mi total disposición.

Abrió la entrada del agua y mi cuerpo dio un pequeño salto del frío liquido, me quité la ahora carmesí tela, Jeff ayudaba a lavar mi espalda y toda la sangre que había en mis heridas, dolía, si, pero no lo suficiente para gritar o volver a llorar.

Ahora veo que nada sera peor que esto. Nada dolerá tanto como el saber que no tengo mis amadas alas, si saber que tengo los poderes que tanto me costó tenerlas.

Es traumático que te arranquen algo muy amado para ti de un rato a otro y mas cuando sabes que no puedes hacer nada para evitarlo.

—Lo siento — Sentía como delicadamente frotaba su mano en mi espalda

— ‎Descuida Hermana, sabes que siempre estaré para ti. Hasta que tu nos separes

—Ya no estoy en el puesto Jeff. Me cambiaron a la tierra

En ese momento Jeff se detuvo, y yo sabía la razón del asombro.

— No vallas... No vallas por favor.

— ‎Es la única manera Jeff. Y sabes que no haré lo de Nuestro Padre. No debes tener miedo

Él salio del baño, dandome mi espacio para bañarme, mi mirada seguía perdida en mis oscuros pensamientos, mientras terminaba de limpiar mi cuerpo.

Jeff me prestó una de sus batas y con eso fue suficiente para tratar de regresar a casa.
La fría agua hizo que mis heridas dejaran de sangrar.

Mis manos seguían temblando por todo el poder que me habían quitado, me siento débil, mortal, como un simple humano.

Caminaba hasta mi hogar, veía a los seres que pasan sin querer por mi camino. Es normal para ellos, es diferente para mi, muy diferente para mi.

Veo ángeles hablando con ángeles, demonios con demonios, adas, ogros, entre otras criaturas mágicas, misteriosas, buenas, malas. Todo lo no conocido del hombre esta aquí.

Me ven con odio, me tienen miedo o coraje. Además de haber sido la encargada de matar a las personas también me encargaba de los seres mágicos. De ahí la causa de que no me quieran en su mundo.

Parece que todavía no saben lo que paso conmigo. Y no se si me convendría, podrían tomar ventaja de ello o dejar de temer.

Subo con todas mis fuerzas a la gran nube donde vivo, los ángeles viven en nubes blancas. Nosotros llamamos hogar a las nubes negras y apagadas. Esta es nuestra vida y bajo las expectativas que nos tengan seguirá siendo asi.

Trepo al árbol mas cercano con las fuerzas que me quedan.

Mi memoria y pensamientos no están en este mundo, se esfuman con el paso de los minutos, mi mente no logra procesar los cientos de metros y doy un gran salto.

No llego pero me mantengo en las orillas de la nube, estas son esponjosas y muy débiles separadas, trato con la otra mano pero una parte se rasga, haciéndome caer al vacío....

Esperaré a que pase lo peor y sin mas nada que decir me despediré de todos los mundos....

Dulce Venganza [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora