Capítulo 4

2.2K 236 20
                                    

Solo logré captar su atención cuando llegué, ahora me estaba ignorando completamente.

Era tan cambiante y difícil de entenderlo. Todo aquí al parecer era en torno a él, saludos por aquí por allá. Hubo un momento en que alguien le estaba entregando dinero, traté de tomar una foto disimuladamente para tener respaldo en el momento de entregarlo.

- ¿Estás solo? - escuché la voz de una chica. Me giré para verla encontrándome con una chica de no más de veinte años.

- Sí.

- ¿No te gustaría bailar? También estoy sola - dijo algo tímida.

Acepté su propuesta, la verdad estaba aburrido y ya que Erick no estaba colaborando quizás provocarlo un poco seria bueno, a diferencia de la gente de aquí que al parecer le tiene miedo y respeto, yo no. Él era como un niño queriendo ser malo.

- Permiso - pasé por su lado con la chica quién iba tomada de mi mano.

Escuché murmullos a los que no les tomé importancia, él solo me miró.

Bajamos hasta la repleta pista de baile, el lugar era bastante grande y estaba lleno, de seguro entra y sale mucho dinero de aquí, no me extrañaría que Erick haga lavado de dinero en este lugar.

No era el mejor bailando pero algo hacía, de vez en cuando miraba a Erick quién veía serio la escena.

Estaba bailando normal con la niña que ni su nombre sabía hasta que un hombre se acerca a decirme que alguien quería hablar conmigo a solas afuera.

Supuse quién era ese alguien así que salí a esperarlo.

Cuando llegó me llevó al estacionamiento que estaba solo y me arrinconó en la pared.

- No me gusta cuando mis acompañantes me dejan solo.

- ¿Tú acompañante? Yo no vine por ti - miré sus ojos verdes.

- Claro que sí, no me provoques que no me conoces - amenazó.

- Con amenazas no - lo empujé - ¿quién te crees? No eres nadie, ni siquiera eres mi amigo.

Su mano en puño se posó en mi cara - no sabes con quién te acabas de meter, si quisiera podría matarte aquí mismo.

Quise golpearlo pero preferí calmarme, no me convenía tenerlo de enemigo.

- ¡Ajá! Cómo digas - caminé dejándolo solo.

- Ven acá - dijo a lo que no obedecí - ¡QUE VENGAS ACÁ! - sentí el sonido que se produce cuando alguien le quita el seguro a un arma. No me quedó de otra que detenerme.

- Que demonios haces...

- Así me gusta, que obedezcan mis órdenes - se acercó hasta donde estaba yo - aquí las cosas se hacen como yo quiero.

- ¿Y que quieres?

- Divertirme un rato, llegaste como caído del cielo - lo dijo en forma de burla - podrías servir para mucho.

Me comenzó a analizar aún con el arma en su mano, al menos ya tenía claro que interés en mi tenía y eso debía aprovecharlo.

Alguien se aproximaba al estacionamiento, me puso la mano en la boca pidiéndome que guarde silencio.

- Mira esto - dijo para dirigirse al tipo que había entrado.

No sé quién era o que tratos tenía con él, solo supe que intentó correr sin lograr escapar.

Erick comenzó a golpearlo sin razón alguna, el pedía que lo suelte pero no cesaba. Era un maldito agresivo.

Mi Perdición - Chriserick (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora