Capítulo 18

1.9K 205 14
                                    

Me impresionaba que Erick no dejó caer ni la más mínima lágrima, estaba tan lleno de odio.

Lo quería abrazar pero se negó - no me veas con lástima por esto, si no me da pena a mí que a ti tampoco te dé pena, esa gente no merece ni la lástima.

- ¿Hay algo que te ponga sensible? - pregunté enojado y rió.

- No - hubo un silencio en la habitación, no sabía que decir - te dije que cuando te tuviera confianza te contaría esto ¿Recuerdas?

- Osea que...¿Me tienes confianza?

- Sí, debo admitir que si. Eres mi única persona de confianza, me fallas y te juro que no respondo.

Me acerqué para darle un beso pero también se quitó - solo uno - pedí y me acerqué.

Sus labios eran cómo una droga para mí, me iba debilitando de a poco y yo estaba conciente de eso.

Al otro día esperamos a que vengan a reparar el desastre que Erick había dejado en mi casa para irnos a la de él.

Quizás estaba siendo un estúpido por volver pero siempre había algo que me hacía regresar con él.

- Te ves horrible con ese golpe - dije al ver su cara.

- Mírate la tuya, con lo blanco que eres se te ve peor.

- ¿Podemos ir a comer? Tengo hambre.

Llegamos a la casa, cada uno se bañó por separado y nos arreglamos para salir.

- Tengo que decirte algo.

- Qué.

- Anoche no tenía para pagar el taxi y... - hice una pausa.

- ¿Y que?

- Le di al señor el reloj que me compraste, el de oro.

- ¿Eres tonto? ¡Eso fue lo primero que te regalé!

- Lo siento, no tenía con que más pagarle además estaba enojado - me defendí.

- Por estás cosas acabas con mi paciencia.

- Es solo un reloj, puedes comprarme otro. Y no me reclames que si yo no te lo hubiera pedido no me lo hubieras regalado, me lo diste por obligación no porque te haya nacido dármelo.

- Ay no fastidies con eso, mejor vamos.

Me preguntaba si algún día a Erick realmente le nacería hacer algo por mi, aunque sea algo pequeño.

Fuimos a comer a un lugar que yo acostumbraba a ir, era muy bueno y muy acogedor, no era mucho de ir a los lugares a los que Erick prefería ir.

- Se ve bien esto, no está mal - analizó el lugar.

- ¿Verdad que no?

Pedimos nuestro almuerzo, en lo que esperábamos conversamos algunas cosas, le seguía insistiendo en que no haga ese trabajo que le habían propuesto.

Desvié mi mirada de él y por instinto miré a un lugar específico.

¿Zabdiel? ¿Qué hacía acá? Nos estaba observando, me comencé a poner nervioso.

- Voy al baño ¿Te molesta?

- No, anda. Pero no tardes no me gusta comer solo - asentí a su petición.

Me puse de pie y avancé al baño, le hice un gesto a Zabdiel para que vaya también.

Esperé un momento hasta que llegó al fin - ¿Qué haces acá?

- Christopher, siempre vengo a comer acá - tenía razón, incluso siempre veníamos juntos - ahora explícame qué haces tú acá y con ese delincuente.

Mi Perdición - Chriserick (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora