Mi Perdición - Chriserick (Primera Parte)

Capítulo 25

El tipo se acercó a mí poco a poco, estaba loco.

En un intento de cortarme me tiré hacia atrás, no tenía nada para defenderme. Tendría que ocupar mis habilidades con los golpes.

Le lancé el primer golpe que el muy imbécil esquivó. "Concéntrate" pensaba en mi mente.

- Anda ven - lo desafié. Se acercó con las intenciones de clavarme el cuchillo y por fin pude darle un golpe, estuvo a centímetros de hacerlo.

Le di una que otra patada acompañadas de golpes de puño. Ambos estábamos en el suelo, en un descuido cuando pensé que ya había terminado con él se aprovechó.

- ¡AAAAH! - sentí el filo de su cuchillo en mi brazo - hijo de perra - le di un golpe en la cara y aventé el cuchillo.

Salí del baño presionando el corte ya que estaba sangrando.

A medida que iba avanzando la gente me miraba.

- ¿Qué te pasó? - preguntó de inmediato.

- Un imbécil que me quiso apuñalar en el baño - dije con algo de molestia.

- ¿Dónde está ese idiota?

- En el baño aún - caminó furioso en dirección al lugar - ¡Erick no!

Lo seguí rápido, no quería que cometa alguna estupidez.

Cuando llegué lo ví como golpeaba al tipo, me quedé paralizado al ver con la rabia que le pegaba.

- TE DIJE QUE NO TE METIERAS CONMIGO - una patada fue la que recibió ahora.

- ¡ERICK BASTA! - intenté quitarlo pero me empujó - LO VAS A MATAR.

El hombre básicamente no se movía, no quería que se manche las manos.

Cuando lo dejó de golpear me relajé un poco, comenzó a caminar por el baño, no entendía que hacía.

Ví que recogió el cuchillo del suelo e iba en dirección a él.

- ¡ERICK NO! - lo abracé con el brazo que no tenía lastimado.

- ¡SUÉLTAME!

- No no no - lo pegué a la pared sin dejar de abrazarlo - terminó, terminó - susurré en su oído - suelta eso.

- Quítate Christopher.

- Por mi, házlo por mi - pedí. Sentí el sonido del cuchillo caer - vamos.

Lo tomé de la mano y lo saqué de ahí. Nos fuimos del lugar inmediatamente, mi brazo seguía sangrando y Erick iba manejando como loco.

Ya en la casa buscó un botiquín y comenzó a curarme el mismo, el corte no era profundo pero ardía y dolía bastante.

- ¿Te hizo algo más? ¿Se sobrepasó o algo?

- No, solo me dijo que le debias varias y que se las iba a cobrar conmigo - respondí - ¿le debes algo?

- Claro que no, yo no le debo nada a nadie.

- ¡AAAH! - me quejé al sentir ardor.

- ¡Ups! - hizo un gesto con la cara que me causó risa.

Puso una gasa y una venda para evitar que se infecte o algo - te manejas en esto.

- Algo - dijo guardando todo - al menos no me busqué un inutil.

- Porqué lo dices...

- Eres capaz de defenderte, eso es bueno.

Sonreí al escuchar eso - gracias por curarme.

- Voy a dejar esto, deberías cambiarte.

Le hice caso y subí a cambiarme. En ese momento que disponía a cambiarme me entró una llamada, era Zabdiel.

- No puedo hablar.

- Tienes tres días a contar de mañana, no pude hacer más.

Colgó de inmediato ¿tres días? Esto no podía ser verdad.