Mi Perdición - Chriserick (Primera Parte)

Capítulo 27

Era de noche y Erick aún no regresaba, no podía ser que no lo tenía aquí conmigo, mañana era el único día que me quedaba y hoy casi ni lo ví. Decidí llamarlo.

- Dime.

- ¿Dónde estás?

- Voy casi llegando ¿Necesitas algo?

- No, solo apura.

Lo esperé en la entrada, estaba sentado afuera con el aire un poco helado.

Al fin ví llegar el auto, se bajó y le entregó las llaves a uno de sus hombres de seguridad.

- ¡Hey! ¿Qué haces aquí?

- Te estaba esperando - me levanté.

- Vamos adentro, hace frío - tocó mi mano - y estás helado Christopher.

Nos metimos a la casa y Erick activó el aire tibio para que la casa esté un poco más cálida.

Lo abracé de inmediato, de seguro no entendía nada.

- ¿Por qué no llegaste en todo el día?

- Tenía cosas que hacer.

- Que cosas.

- Trabajo Christopher que más - respondió - me estás ahogando un poco.

- Lo siento, no me di cuenta.

- Vamos a dormir, estoy muerto - se quitó la chaqueta.

- ¿No vas a comer?

- Ya comí, vamos.

No quería dormir, quería estar con él pero estaba cansado no podía hacer nada.

Me acosté dándole la espalda, molestarlo sería tener un problema y no aguantaría eso.

Otro despertar, nuestro último día juntos realmente y yo estaba peor.

- ¿Erick? - lo moví.

- ¿Mmm...? - besé sus labios un par de veces - ¿alguien se levantó con ganas?

Reí - un poco, no estaría mal ¿No?

Atrapé sus labios nuevamente, me subí con cuidado encima de él sin recargar mi peso.

El brazo aún me incomodaba, pero eso no sería impedimento.

- Hoy quiero hacerlo como nunca - susurré en su oído.

- Suena bien.

Nos despojamos de nuestras prendas, hoy sería la última vez que lo vea y lo tenga así. Mañana todo quedaría en recuerdos y buenos momentos.

Abrí sus piernas adentrándome en él, quería hacerlo sentir pleno, que se quede con los mejores recuerdos míos.

No logré remover sus sentimientos o que me quiera realmente, pero lo intenté.

- Porqué...estás siendo...tan suave - escuché su voz en mi oído.

- Porque lo estoy haciendo con cariño - respondí con un nudo en la garganta.

Noté su mirada en mi, no me atreví a verlo y seguí penetrando.

- No sé que te pasa a-ah - se abrazó a mi - pero me gusta.

- Eres hermoso - di una embestida profunda.

Debido a mi brazo tuvimos que cambiar de posición en reiteradas ocasiones.

Erick notaba que algo no estaba bien, tonto no era y yo era bastante evidente.

No podía seguir ocultando esto, me sentía mal, ahogado, quería hacer las cosas bien pero tampoco quería quedarme solo, sin él.

Me volví un maldito dependiente de la persona que debería odiar y despreciar.

Mentiría si digo que todo el tiempo la pasé mal, en un comienzo fue así, pero de a poco fui descubriendo cosas en él que me encantaban, que a pesar de que no me veía como un hombre para compartir su vida siempre me protegió, a su manera pero lo hizo y yo le pagaría así, con traición.