Capítulo 13

1.9K 207 28
                                    

Los días siguieron transcurriendo, llevaba casi un mes en esta casa y de a poco iba descubriendo cosas nuevas.

Erick como siempre pendiente de sus asuntos, de él y de nadie más. A veces estábamos bien, a veces no.

Al menos ahora cuando teníamos relaciones ya no era un violento, porque sí, me he seguido acostando con él.

Extrañaba mi casa, mi cama, mi privacidad, a Zabdiel con el que casi no he hablado nada.

- Voy a salir - lo ví buscando algo - ¿Has visto mis llaves?

- Están ahí - apunté el sofá - ¿A dónde vas?

- Al antro, hace días que no voy y tengo que ver unas cosas.

- ¿Puedo ir contigo?

- No, quiero divertirme solo.

- Me aburro aquí - me quejé.

- Mañana si quieres, hoy no.

- Ni siquiera has comido algo ¿Tan urgente es lo que tienes que hacer?

No respondió a mi pregunta y se fue como si nada.

Las horas de la noche avanzaban y él no llegaba. ¿Por qué lo estaba esperando? No lo sé.

A las tres de la mañana con un par de minutos al fin sentí la puerta de la casa, me giré a verlo y a lo lejos se notaba que venía tomado.

- ¿Qué haces despierto?

- Que haces tú llegando a esta hora y así - me puse de pie.

- ¿Perdón? Esta es mi casa y tú no me reclamas nada.

- Vete a dormir, apestas - lo tomé para ayudarlo ya que si subía así capaz y se mataba en las escaleras.

- Tus prácticas me sirvieron bastante bien - no entendía a que se refería.

- ¿Mis prácticas?

- Sí, supieras cómo hice disfrutar a un inútil hoy, como se movía el pendejo ese - saboreó sus labios.

Mi mandíbula se tensó por la rabia, lo miré fijo y con enojo mientras él tenía una gran sonrisa en su cara.

Continúo su camino a la habitación, agaché la cabeza decepcionado quería tirar todo lo que tenía al alcance.

- Estoy celoso maldita sea - puse las manos en mi cabello.

Caminé de allá para acá intentando sacarme esas palabras de mi mente, pero no podía aunque quisiera hacerlo.

Subí para dejarle las cosas claras, no podía dejar que pase por encima mío cada vez que se le dé la gana.

- ESTOY HARTO DE TUS...cosas - lo ví tirado en la cama durmiendo, ni siquiera se quitó la ropa.

Estaba tan ebrio que ni mi grito sintió.

Quité su ropa con cuidado, solo le dejé el bóxer para acostarlo y cubrir su cuerpo con la sábana.

Me recosté a su lado mirando sus marcadas facciones, su cabello estaba alborotado y sus labios rosados como siempre.

Besé sus labios suavemente para acostarme a su lado, lo pegué a mi cuerpo en un abrazo aprovechando que no despertaba, nunca me dejaba hacerlo.

Comenzó a moverse, pensé que me quitaría y no, me abrazó también.

- Se nota que no estás en tus cinco sentidos - susurré.

Necesitaba acabar con esta investigación, era hora de buscar el momento preciso para entregarlo o el que terminaría dañado sería yo.

Erick ya estaba comenzando a provocar cosas en mi y eso no era para nada bueno.

Mi Perdición - Chriserick (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora