Mi Perdición - Chriserick (Primera Parte)

Capítulo 19

- Estoy trabajando - respondí.

- Cómo que te estás demorando mucho ¿No crees?

- No ha sido fácil.

- ¿Para la investigación o para ti? - impuso la duda.

- Sin insinuaciones - pedí.

- ¿Llevas un mes y aún nada? Nunca habías demorado tanto, quieren avances Christopher.

- Lo sé, lo sé - estaba bastante nervioso - solo unos días más.

- Más días...

- Tiene en camino un negocio muy grande, si desde ya está hundido con esto puede pasar muchos años encerrado.

- ¿Y que esperas?

- A que acepte, aún no puedo proceder - Zabdiel negó con la cabeza - solo unos días y lo entrego.

- Está bien.

- Gracias, yo te llamaré cuando esté listo - fue lo último que dije para volver con Erick.

Me senté lo más rápido que pude, no quería demostrar mi nerviosismo.

- Ya estabas tardando - lo miré fijo sin reaccionar - ¿Qué te pasa? ¡Christopher! - movió mi brazo.

- Nada, lo siento me quedé con la mirada fija.

Se me estaba acabando el tiempo, esto estaba siendo más complicado de lo que pensé.

Comimos, aunque ya el hambre se me había quitado.

- ¿Vamos?

- Estás raro me vas a decir que demonios te pasa - exigió.

- Ya te dije que nada ¿Podemos irnos?

Pagó la cuenta y salimos del lugar, le di la última mirada a Zabdiel para irme.

Durante el camino no hablé nada, tenía muchas cosas que pensar, sobre todo cómo detendría a Erick, mi identificación de policía la tenía en mi casa, sin ella no podía proceder.

- ¿Subimos? - se pegó a mi cuerpo por detrás y con su mano agarró mi miembro.

- Está bien - dije desanimado.

- ¿Qué pasa? - desabrochó los primeros botones de mi camisa - ¿No quieres?

- La verdad no, quizás en la noche - subí las escaleras rápidamente.

No quería confundirme más con él, quizás dormir un rato me relajaría bastante, ver a Zabdiel me dejó mal.

- No quiero pelear, pero que te pasa Christopher - se sentó a mi lado.

- No sé, de pronto me sentí desanimado ¿No te ha pasado?

- Hace mucho que no.

- Quiero dormir ¿Te molesta?

- No, claro que no - se levantó - estaré abajo.

- Quédate conmigo.

- Yo no tengo sueño.

- Por favor - pedí.

- No - dijo para abandonar la habitación.

Lo mismo de siempre, a lo que estaba tan acostumbrado.

Pensaba y pensaba en que es lo que tanto me gusta de él, debería dejar de insistir ya que siempre eran rechazos los que recibía, pero no podía.

Quizás mis ganas de ayudarlo me estaban confundiendo, porque si quería ayudarlo, protegerlo aunque estaba conciente de que tenía que recibir su castigo.

- ¿Habrá asesinado a alguien? - nunca se me había pasado por la mente esa pregunta. Esperaba que no o sería otro delito por el cual lo condenarían.

Erick quizás me iba a odiar cuando se entere de todo, pero en parte es por su bien, tiene que salir de esto, es jóven y puede enderezar su camino.

Temo que ese odio tan grande que tiene acumulado lo lleve a perderse más.

Quería hacer tantas cosas por él y tenía tan pocos días, me salió mal la jugada tal y cómo lo temí.