LIFE NOT EASY [SuperCorp - AU]

13

Este es mi turno de contar mi historia.

Mi nombre es Lena Luthor. En mi escuela me consideran popular. Aún así soy la más inteligente, con un promedio casi perfecto. Formo parte del equipo de ajedrez, campeona regional, tercer lugar en nacional.

En esta escuela no he tenido ningún problema con el hecho de ser nerd. Y no es por ser la mejor amiga de la capitana de las animadoras, todo fue antes de eso.

Nosotras al llegar, quisieron molestarnos con que eramos novias por estar siempre juntas, pero buscamos la forma de demostrar que sólo eramos amigas, salíamos con chicos que jugaban futbol. Nos hicimos respetar. No queriamos seguir sufriendo, ya fue suficiente para las dos.

Yo sabía lo que le había pasado a Sam. Sabía por lo que pasó antes de que nosotras entraramos a esta escuela para completar nuestro ciclo escolar. Pero ella no sabía por lo que yo he pasado, no le contaba mucho mis secretos.

Mi secreto: soy lesbiana. Ella no lo sabe aunque sea mi mejor amiga.

Hace unos dos años atrás, viajé a Midvale, tenía la competencia nacional. En una de las salidas con unas amigas, fuimos a comprar cosas para comer y de recuerdos, mientras ibamos caminando de vuelta al hotel en que nos alojamos, de sentido contrario venía una chica rubia con lentes puestos caminando con su bicicleta al lado suyo, venía con la mirada baja, yo sin querer o ella, o ambas, chocamos, las cosas que tenía en la bolsa se cayeron al suelo.

— Perdón. No quería.— dijo sin levantar su vista, ayudándome a recoger las cosas.

— No te preocupes. Creo que fui yo la idiota que chocó contigo.

— Yo iba mirando el suelo. Créeme, la culpa la tengo yo. Diablos.— dijo entre dientes lo último. — Yo... yo mejor me tengo... me tengo que ir.- su voz se escuchaba apaga.

La chica rubia siguió avanzando por el sentido en que iba. Miré como se alejaba, volví mi vista donde estaban mis amigas esperando, me acerqué a ellas.

— Hey, tomen.— les entregué las bolsas.— Ustedes vayan, las alcanzo en un rato.- ellas asintieron y se fueron sin hacer preguntas.

Troté hasta esa chica rubia, escucharla con esa voz me hizo pensar en que una vez tuve un vecino, de mi misma edad, hablaba con el mismo tono que esa chica, nadie sabía por lo que estaba pasando y nadie quiso hacer algo para descubrirlo, semanas después se había suicidado.

— Oye, espera.— la alcancé.

— ¿Qué haces?

— Emmm... ¿hacer amigos?

— Buen intento. Pero yo no tengo amigos.

— ¿Eso por qué?

— No lo sé. Quizás porque soy la chica rara de la escuela.

— ¿Rara?— asintió, ella aún no me miraba.

— Yo no veo que seas rara. Digo... no te conozco, pero algo me dice que eres especial.

— ¿Especial en que sentido?— lo pensé y me coloqué al frente de ella deteniendo nuestro paso.

— En que ves esperanza, logras ver un punto que brilla en medio de la oscuridad.— de ahí ella me miró y yo pude ver sus ojos azules hermosos.

— ¿En verdad crees eso?— asentí. — No lo sé. Puede que antes de que mis padres murieran. Pero después de ser adoptada creo que me ha costado encontrar esa luz de la que me hablas.

— Creo... que con lo que me acabas de contar. Tu ya debes estar en esa luz, tu familia adoptiva, sólo que no te has dado cuenta. Es cómo si tu luz interior se apagó, que sigue buscando cómo volver a encenderse teniendo la respuesta al frente.