[Narra Calum]
Hoy es mi cumpleaños, 19 años, me siento viejo. Para celebrarlo toca ir al instituto, bien. Noten la ironía. En fin, me levanto, voy al baño a lavarme la cama y a hacer las cosas que se suelen hacer en los baños, me pongo los primeros pantalones que pillo, total son todos prácticamente iguales, cojo una sudadera gris oscura sin capucha y me pongo las zapatillas. Voy a la cocina y allí está mi padre.
-Hey hijo felicidades. Qué mayor te has hecho ya.-Dice abrazándome y causándome gracia.
-Gracias papá.- Le digo y le sonrío.
- Te he hecho el desayuno por ser tu cumpleaños.-Dice señalando un par de tostadas y un zumo de naranja recién hecho.
-Oh gracias, pero no tenias que haberte molestando.
-No es molestia, no todos los días es tu cumpleaños. Por cierto, de tu regalo hablamos luego, que me tengo que ir a trabajar. -Dice y se pone la chaqueta del traje- Nos vemos esta noche, que tengas buen día hijo.- Coge el maletín y se va antes de poder contestarle porque tengo la boca llena de tostadas.
¿He mencionada lo poco que veo a mi familia? Osea, el único que vive en España conmigo es mi padre y trabaja mucho. La verdad, la culpa es mía, si no fuese por mí no hubiera aceptado este trabajo, pero yo fui el que necesitaba irse de Australia y por eso vinimos aquí y el empezó a trabajar y a viajar mucho. Me he pasado prácticamente desde que llegue aquí solo. Al principio no sabía casi ni hablar español por lo que no tenía amigos y repetí, así que yo era mayor que los demás y me parecían un poco inmaduros. Resumiendo, he estado solo en España hasta que conocí a Lydia. Solo pensar en ella y sonrío como una estúpido. No se como pasó, pensé que nunca me volvería a enamorar pero esa chica es tan... No se como definirla, pero me encanta.
Termino el desayuno, cojo mi mochila, las llaves de la moto y las de casa y me voy al instituto.
Como siempre, cuando llego y voy a mi taquilla a dejar lo que no necesito para las primeras clases. A unos metros de la mía está la de Lydia, la veo llegar, es como si caminase a cámara lenta, pero no me saluda deja un par de cosas en la taquilla y viene hacia mí como si nada. Mierda, temía que no se iba a acordar. Cuando está a unos dos metros de mí se para y me mira directamente a los ojos, creo que no es consciente de lo que provoca en mí cada vez que hace eso. Me sonríe y empieza a correr directa a mi y cuando está lo suficientemente cerca salta rodeándome con sus brazos y piernas quedando colgada de mí y la rodeo con mis brazos por la cintura para que no se caiga. Algunos en el pasillo nos miran, pero no se paran.
- ¿Qué has desayunado hoy Lily?- Digo riéndome.
-Felicidades feo-dice y me saca la lengua arrugando la nariz. Joder, que mona es cuando se pone en plan infantil y lo mejor es que solo la he visto comportarse así conmigo.
-Gracias pequeña.- Digo y se baja de mí. -Uf menos mal, ya estoy mayor para estas cosas.
-Uy sí, que ya con 19 te están saliendo hasta canas eh- Dice y me río.-Anda vamos a clase.
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Las cases han pasado despacio, no me ha felicitado casi nadie porque no he dicho que era mi cumpleaños básicamente, y los que se han enterado no se como lo han hecho. Bueno, acabamos de salir de clase y vamos a comer a algún restaurante Lydia y yo porque hoy es viernes.
-¿Quién soy?- Escucho una voz un inglés y me tapan los ojos por detrás, primero pienso que se han debido confundir pero luego una persona viene a mi mente.
-¿Mali? ¿Qué haces aquí?- Respondo y me suelta, me giro y la veo, inmediatamente la abrazo y ella ríe y me devuelve el abrazo.
-¡SORPRESA!- dice cuando me separo.- Echaba de menos tus abrazos hermanito. Qué mayor estás. Felicidades cielo.
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Seventeen // Calum Hood
Teen FictionHay momentos que la vida es demasiado difícil de manejar. Debes tomar decisiones para seguir adelante porque no te puedes aferrar al pasado. Muchas veces la única opción que tenemos es empezar de cero, ya sea en otra ciudad o en la otra punta del mu...